Nota + Capítulo 1

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Querida Starlight, antes de leer la historia quisiera aclarar un punto importante, la temática de esta historia que trata sobre un padecimiento natural del cual NO soy muy conocedora, pero lo realicé con el mayor respeto posible.


Esta historia está inspirada en la condición natural de una chica que conocí durante mi época de preparatoria.


Gracias por leerme y mostrar respeto conforme los capítulos vayan mostrando más sobre el tema. Espero disfruten la lectura~

-Nai-

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-Ya deja de verlo, Wonsik.

-No lo estoy viendo, Hongbin.

-¿No? Por favor, no me mientas.

-Bueno ya, lo dejaré en paz por hoy.

Hongbin rodó los ojos y siguió comiendo en la cafetería, cursaba junto a su mejor amigo el primer mes del segundo grado de universidad y ambos estaban atentos a un chico de su salón, un tal Han Sangeun, nombre poco común para un hombre, cabría destacar. El dichoso blanco para el par de amigos había ingresado a la misma universidad y carrera –de idiomas– que ellos a finales del primer periodo del primer grado, era extremadamente reservado, un típico nerd ya que solo estaba enfocado en los estudios y era asquerosamente torpe para lo social... Bueno, podría ser CASI el típico nerd, pero la verdad era que su físico era demasiado atrayente, de piel blanca, preciosa, de ojos muy finos, nariz un poco tosca pero de labios perfectos y encantadores. Era alto, sumamente alto, más que Hongbin y Wonsik, delgado y una vez por accidente lograron ver que sus brazos estaban muy bien formados, ideales para esa espalda que poseía.

Lo que les orillaba a ambos amigos no era más que algo extremadamente curioso que había ocurrido ese día, a primera hora y que se repetía a cada materia nueva que tomaban, Han Sangeun se levantaba de su asiento, platicando breve y silencioso con su profesor o maestra en turno, llevando en sus manos un par de papeles que leían sus autoridades, firmándolos antes de recibir algunas copias de dicho documento. Ambos amigos tenían teorías pero no lograban comprenderlo, no tenían ni un carajo de idea de qué estaba sucediendo con ese silencioso chico quien parecía evitar a toda costa ser un centro de atención.

-¿Vamos a casa? –Preguntó Hongbin, asqueado de pasar tanto tiempo en la biblioteca del plantel, observando el rojo cabello de Wonsik mientras alistaba su mochila.

-¿Hay comida?

-Creo que sí...

-Entonces voy.

Una semana había transcurrido desde aquél intercambio de papeles entre Sangeun y todos sus profesores, y ningún otro escándalo había ocurrido, nada era fuera de lo normal y la absurda monotonía de la escuela los sepultaba vivos una vez más en la biblioteca, dejando de auto-torturarse con la traducción de los libros de historia rusa... Sí, en dicho idioma.

-Oye, ¿puedo saber algo? –Preguntó Hongbin dando la última cucharada a su sopa, mirando con atención al contrario.

-¿Qué cosa?

-... El chico rubio que se junta mucho con nuestros hyungs...

-No hablaré de eso, pueden escucharnos.

-Wonsik, estamos solos, por favor.

-Puede llegar tu madre.

-Está con mi abuela, no va a llegar ahorita, ni ella ni nadie... Decía, el chico rubio ¿quién es?

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