Capítulo 5

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"¿Estás en tu casa?" cuando Hongbin leyó el mensaje se levantó de su cama y fue hacia la ventana lateral de la misma, la abrió y se asomó por ella, gritando un "Yeon~" a lo que su vecino se asomó con rapidez en su propia ventana, ya que sus habitaciones quedaban a la misma altura.

-¡Voy a tu casa! –Mencionó con cierta emoción y el menor suspiró agotado, yendo al primer piso de su casa, para cuando abrió la puerta, Hakyeon estaba a punto de tocar y recibió un abrazo efusivo, ingresando con confianza. -¿Están tus papás?

-Salieron a una cena.

-Uy ~... Estás solito.

-No empieces con tus cosas raras o le diré a Taekwoon.

-No haré nada raro.

-¿Quieres que te recuerde la vez que viniste ebrio?

-Pero estoy sobrio ahorita... En fin ¿vamos a tu habitación? –Sin esperar respuesta, el moreno subió las escaleras hacia la habitación de su amigo y vecino, pues en verdad que Hongbin había sido desde siempre, su compañero de vida, aunque eso pudiera malinterpretarse.

-¿Qué pasó? –Preguntó mientras lo seguía a prisa, viendo cómo su vecino se apoderaba de su cama con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ah, nada~ Taekwoon es un bobo romántico.

-Siempre luce amargado. –Rió brevemente, sentándose a orillas de su cama. –Déjame adivinar, cumplieron otro año de novios o algo así, ¿me equivoco?

-Claro que te equivocas, me mandó un audio de una canción que tocó a piano para mí y cantó, y... Y... Es un ángel~ pero no vine a hablar de esas cosas contigo.

-¿No?

-No, vine porque necesito saber por qué toda esta semana has estado raro.

-Mh... Es eso. –Rodó sus ojos brevemente, negando con la cabeza.

-¿Me contarás?

-No es nada, Yeon~.

-Bin... No intentes ocultarme las cosas, puede que a Wonsik no le digas nada pero a mí no me puedes engañar. Así que escúpelo.

-No es nada, en verdad. –Asintió firme con la cabeza, frunciendo un momento sus labios.

-Te gusta alguien, ¿verdad?

-No me gusta nadie. –Masculló irritado, frunciendo el ceño.

Hakyeon se quedó con la boca abierta y la palabra en la punta de la lengua, pues el móvil del menor comenzó a timbrar y alcanzó a leer la pantalla con un "Sanghyuk", apreciando en silencio cómo su vecino se apuraba a contestar la llamada y, sin poderlo evitar, sonreía amplio, con los hoyuelos deslumbrando en sus mejillas, hablando con dulzura.

-Hey, hola~... ¿Al fin estás en casa?

-No, recién me dieron de alta pero como prometí llamarte...

-Gracias por acordarte... Uh~... ¿Qué tal te sientes?

-Bien, aunque no puedo caminar.

-¿QUÉ? ¿CÓMO?

-No es nada malo, es solo que me dijeron que no hiciera movimientos bruscos por al menos una semana y como es política del hospital, tuve que salir en silla de ruedas. Vengo en el auto con mamá y papá.

-¿Por eso hablas bajito? –Sonrió un poco más amplio, mordiéndose brevemente el labio inferior.

-Sí. –Soltó una risa, cubriendo sus labios. -¿Te desperté? Lamento si fue así, entiendo que ya pasan de las diez de la noche.

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