Capítulo 11

196 38 8
                                    

Penúltimo capítulo, Starlights! Espero les guste ;3; ♥

-------------------------------------

Desde que vio su ropa supo que era él, con un pantalón de mezclilla, unos botines negros, un cuello de tortuga en tono mostaza bajo un abrigo a cuadros color blanco con guindo y un gorro verde olivo. Nadie podía verse tan mal ni tan bien con esa ropa como Han Sanghyuk, y se acercó a él para saludarlo con una sonrisa y la sorpresa estampada en su rostro.

-Hola. –Le saludó como si hubiera visto a un fantasma, pasando saliva.

-Me sorprende verte aquí, ¿y ese milagro?

-... Ah... Solo... Estaba de paso.

-¿En verdad?

-... Hongbin... ¿Ignoraste mi mensaje a propósito?

-¿Perdón?

-Yo... Te mandé un mensaje... Como sea, olvídalo. –Sonrió por compromiso, negando con la cabeza antes de observar la fotografía frente a sí, de un paisaje demasiado bello como para ser real.

-Lamento... Uh~... Anoche mi madre mojó mi teléfono por accidente, y se descompuso... De hecho lo acabo de dejar en la compañía telefónica que está a dos calles de aquí, para que lo arreglen... Y terminé aquí.

-Era eso. –Murmuró en un suspiro, ganándose una mirada extraña por parte del contrario. –Lamento lo de tu teléfono.

-Sí, igual yo, pero no hay mucho por hacer, solo esperar a que lo reparen y que no pierdan nada de información, aunque... Creo que eso no es posible.

-¿Por los contactos? Se hace un respaldo automático en el chip y...

-Era por los mensajes, más bien.

-Oh, ya veo... Seguro tenías información importante. –Asintió comprensivo, caminando por el pasillo de la galería con lentitud, siendo seguido al ritmo por Hongbin.

-Eran mensajes importantes para mí. –Murmuró, como si no quisiera ser escuchado. -¿Gustas un refresco?

-¿Mh? –Lo miró confuso, hasta que vio a Hongbin señalando discreto la máquina expendedora a sus espaldas, ya que se habían acercado a la pequeña área de cafetería que brindaba la galería, un lugar que lucía demasiado refinado como para tener una máquina de esas ahí, contrastando en la decoración. –Ah, claro. –Y se sintió estúpido porque Hongbin pagó por dos refrescos, agradeciendo al recibir el propio. -¿Arriba también está la exposición?

-Tal vez. –Ambos se quedaron viendo a aquellas escaleras "suspendidas" que quedaban a un costado de la cafetería, ancladas a la pared y que daban un aspecto minimalista, decidiendo subir con cuidado, sin admitir que les daba miedo caerse.

-Creo que no debimos subir. –Murmuró Sanghyuk al darse cuenta que la exhibición del segundo piso era totalmente diferente a la de la primera planta, y que además el lugar estaba más oscuro de lo que creyó, con apenas algunas luces encendidas.

-Mira esto. –Mencionó asombrado, pero lo suficientemente quieto.

-¿Qué encontraste? –Curioseó al ir hasta donde estaba Hongbin, cerca de un pequeño jardín zen vertical contra una de las paredes y que definitivamente les hizo cuestionar cómo el artista pudo hacer aquello. –Me siento drogado solo de verlo.

-Luce espectacular... Si tan solo tuviera una cámara.

-¿Quieres tomar fotos con mi móvil?

-... ¿Puedo? –Preguntó emocionado.

Solo TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora