❝ Su niñero desapareció durante muchos años. Al reencontrarse ¿recordará sus promesas?
Pero Jungkook nunca imagino que ni siquiera lo recordaria. ❞ ｋｏｏｋｍｉｎ
➸jeongguk top jimin bottom¡
➸fluff, romanticismo, smut
↳ secuela de bun...
La suave brisa golpeaba sus rostros brindándole justo lo que necesitaban para una mañana de verano. Hoy el sol parecía estar más brillante y hermoso de lo normal o era más porque Jimin tenía a las personas que más quiere jugando juntos.
El día anterior habían pasado con su fiel amigo, Jin, bebiendo café, disfrutando de la agradable tarde de verano como acostumbraban hacer antes de que las clases comenzaran.
Su vista se fijo en el gran ventanal observando el camino. Su alma se encontraba muy alegre pero a la vez nerviosa, ansiosa. Millones de preguntas se pasaban por su cabeza y la desconfianza volvía a tomar rumbo en esta. Todo entorno a su pequeño y a su madre. Siempre había sido una hermosa mujer pero luego de la perdida de aquel hijo que estuvo en su vientre por solamente cuatro meses, ella se había vuelto un poco más sensible con los niños.
— Esto no es un sobrecito de azúcar, es de café. — dijo Tae peleando con BaeHyung.
Estos dos se encontraban en los dos asientos de delante. Desde lo que había pasado ayer el pequeño no quiso despejarse de su ahora "tio", porque sí, así le había pedido que le llamase y no iba a negar que le gustaba.
— Es de aducar, sho se porque tio Jin tiene de esos.
Jimin negó divertido, con solo escucharlos hablar se notaba lo bien que su pequeño la estaba pasando, estos últimos meses han sido los mejores para su pequeño y él.
— ¿Que sucede, cariño? — la dulce voz de Jeon, hizo que diera un pequeño respingó en el asiento, causándole risitas a éste.
— No es nada... — negó.
Jeongguk le miro preocupado, conocía esos ojitos, podía ver que se veía fuera de si. Y estaba en lo correcto, el peli rubio tenía una guerrilla mental.
— Se que pasa algo ¿qué es?
El joven busco la manito de su hyung para tomarla y así entrelazar sus dedos. JiMin de inmediato sintió sus mejillas tomar un fuerte color carmín al igual que en su estomago se formaron cosquillitas. Estas pequeñas acciones le hacían sentir tan vulnerable, y aceleraban el pulso de su corazón.
— Es sobre Bae, tengo mucho miedo, Jeon.
En busca de apoyo y calor, oculto su rostro en el hueco de su cuello respirando su suave fragancia. El peli negro empezó a darle cariños a su peli, así pasando sus dedos por la hebras doradas tan suaves que poseía.
— Sabes que con Bae estará todo bien, ¿hasta el muchas veces no había hablado contigo sobre querer un abuelo o abuelita? — preguntó dejando un casto beso en la coronilla de se cabeza.
— Si pero... ¿y si se enoja conmigo por no haberle contado? ¿y si...
— Te estás preocupando mucho, haciendo muchas preguntas que puedan sucedan o no. — dejo un pequeño beso nuevamente en esta parte.
JiMin elevó su rostro para mirarle directamente, sus ojitos se notaban algo caído y rojos, parecía que en cualquier momento este lloraría por lo que Jeon atinó a tomar su rostro ente sus manitos y acunarlo.
— Bae es un chico muy inteligente, él va a estar muy feliz de poder conocer a su abuela y también de conocer el lugar de donde vienes, no tienes porque estar así. — otro beso fue depositado pero esta vez en su nariz.
— ¿y que hay de mi mamá? ¿y si se enoja? — cuestionó con un pequeño puchero.
Jimin realmente estaba preocupado y le era completamente inevitable no sentirse así, era una maquina de desconfianza y preocupación.
— Debes contarle todo cómo fue, ella es una gran mujer hasta apuesto estará muy feliz de volver a verte y de saber que tiene un nietito. ¿sabes lo feliz que debe ser para ella? — sus pulgares se movieron sobre su rostro y volvieron a dejar otro beso en su naricita.
— Que bonitos. — dijo una mujer que pasaba por el pasillo del autobús con su pareja. — Me hace acuerdo a Peniel y Mark, ellos si eran muy buenos amigos.
Los acaramelados miraron a la mujer de al rededor 50 años que de inmediato les sonrió y murmuro un "hwaiting y sean felices pero usen protección" para luego seguir su rumbo a sus asientos. Jimin muerto de la vergüenza oculto su rostro en el pecho de este mientras soltaba una carcajada.
— Es muy tímido, gracias. — respondió divertido Jeon mientras despeinaba los cabellos del chico.
Bae y TaeHyung de inmediato se voltearon en el asiento mientras se ponían sus rodillas en el asiento y les miraban directamente.
— Aw, que lindo. — inquirió Tae apoyando su rostro sobre el borde acolchonado del asiento mirando a la casi parejita.
Bae por su parte se paro en el asiento y estiro sus bracitos esperando que su padre los tomara para sentarlo entre medio.
— Ya me dejas. — hizo un puchero y se volteó cruzándose de brazos.
— Pedon TaeTae. — dijo Bae mientras se acurrucaba entre ambos chicos.
Si mal o bien el camino era algo largo estar así hacía que fuera menos aburrido su viaje. Bae tenía su cabecita apoyada en el brazo de Jeon mientras que JiMin le abrazaba y jugaba con los regordetes dedos de éste.
— Appa ¿cuanto falta? — preguntó Bae adormilado cerrando sus ojitos con pesadez.
— Una horita, puedes dormir. — murmuró dejando un pequeño beso en su frente haciendo que cerrase los ojos por completo. — Duerme bebé.
Bae asintió aunque no quería dormirse, estaba realmente muy ansioso por conocer el lugar donde vivió su infancia su padre y poder observar toda la trayectoria. Pero poco a poco ese cansancio empezó a hacer efecto en él hasta dormirse.
— ¿Estas más tranquilo? — cuestionó en un suave murmuro mientras volvía a tomar su mano y la apoyaba sobre el regazo de Bae.
JiMin, asintió, por más que preocupación carcomiera su cabeza debía entender que su hijo tenía derecho de conocer a su abuela por más que no reciba una gran visita por parte de su madre aunque en parte, Jeon, no creía que la bella mujer llegase a tratar mal a su nieto.
— Estoy mejor, sí. — murmuró inclinando un poco su cabeza para mirarle y sonreír.
— Me alegro. — respondió Jeon elevando su mano hasta su boca para dejarle un beso en la parte superior de su manito. — debes dormir, bebé, yo me quedare despierto.
Park asintió majando su vista a sus manos entrelazadas para seguido levantarse con cuidado de no despertar a su hijo y así dejar un pequeño beso en la boca de Jeongguk.
— Gracias, Jeon. — y ninguno dijo más nada, si bastaba para decir cuando cariño y cuan agradecidos ambos estaban el uno por el otro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
