Mi Amor O Mi Verdugo.

capítulo 25.

La tomo en mis brazos y me dirijo al auto, la deposito en el asiento, Isabella grita y yo sólo puedo ponerme más nervioso, carajo! no se nada de esto.

- Tranquila te llevare al hospital- digo asustado.

- Rápido por favor- grita.

- Cálmate por favor respira- digo tratando de sonar calmado pero no lo logro.

- No me grites infeliz, esto es tu culpa - llora. Maldita sea nunca quise ponerla en este estado.

- Perdóname, no pensé que sucedería esto, por Dios ni siquiera se cuanto tiempo exacto tienes - manejo como un loco y solo puedo pedir a Dios que lleguemos bien.

- Todavía no era el momento aun me faltaban dos semanas para los 9 meses... ayy!- ella respira profundo y suelta el aire, yo la miro molesto.

- Como se te ocurre salir a la calle a punto de dar a luz eres una irresponsable si yo no he estado que?- digo bufando.

- Si tu no hubieras estado esto no estuviera pasando, cállate!! ni siquiera tienes derecho a opinar...no estuviste todo este tiempo, me dejaste, estabas con ella, no pensaste en mi, nunca me amaste como juraste - ella llora, estamos llegando al hospital detengo el auto y lo rodeo, desabrocho su cinturón y antes de tomarla en mis brazos miro su rostro, esta algo colorada y tiene una capa de sudor encima, hasta en estos momentos me parece sumamente hermosa.

Acaricio su barriga y hago que mire a la cara.

- No tienes idea de lo que dices, te ame, te amo y te amaré toda la vida, me fui si, pero estoy aqui, no estas sola, no están solas, ahora entraremos ahi, tendrás a nuestra bebé y luego arreglaremos lo que tengamos que arreglar cariño, esta bien - me mira fijamente y asiente.

La tomo en mis brazos y entro con ella, rápidamente enfermeras me ayudan a ponerla en una camilla, se la llevan y yo sólo puedo quedarme con los nervios de punta.

Llamo a Leah inmediatamente y le digo lo que sucede solto un montón de maldiciones pero dijo que estarían aquí en seguida, llamo a mi familia y también les aviso. Termino la llamada cuando escucho.

- Erick Mc'Quay - dice una mujer vestida de enfermera.

- Soy yo- digo levantándome rápidamente.

- La señorita Daniel's pidió su presencia en labor y parto, venga por aqui - mis piernas tiemblan pero la sigo, desinfectan mis manos, me colocan una bata y un cubre boca.

Entramos a la sala y ahí está ella, totalmente sudada, muy asustada sus ojos se iluminan al verme.

- Erick tengo miedo, no puedo hacerlo - llora, me acerco a ella y toma su mano.

- Tu puedes cariño, puedes con todo, eres una mujer fuerte, valiente, ella quiere ver el mundo, necesita a su mamá para poder hacerlo, vamos cariño, necesito que pujes - digo con voz armoniosa aunque este muy asustado, lo menos que espere al regresar era verla embarazada, enterarme que sería padre y estar en el parto en menos de un dia.

Isabella apreta mi mano, la doctora le indica cuando tiene que hacerlo y ella sin dudarlo lo hace, susurro palabras de aliento para ella, puedo ver como sufre y quisiera quitarle un poco de dolor, puja una vez más y todo se detiene para mi, un llanto muy sonoro se escucha en la sala y observo como envuelven a una pequeña cosita blanca en una sábana.

La doctora me la extiende y temblando la tomo en mis brazos, mis lágrimas salen al verla, es tan pequeña, tan frágil, su llanto cesa y sus hermosas y largas pestañas aletean intentando abrir sus ojos, me quedo embobado al verla, ella tiene mis ojos, pero estos son los ojos más azules y bellos que he podido ver algún dia, me he enamorado por segunda vez, primero de la madre y luego de la hija, mi Hija.

Acaricio su mejilla y beso su frente miro a Isabella quien llora al vernos, la pongo en sus brazos y la toma con tanto amor que mi corazón se hincha ante esta imagen, esta es mi familia.

- Hola pequeña princesa de mamá, eres hermosa, estoy aqui, soy mamá no sabes como te esperaba - Isabella le habla con ternura mientras la acaricia.

Y justo entonces soy consciente de la realidad, si, ella es la mujer que amo, ella es mi hija, pero yo no estoy en sus vidas, no estuve con ellas. Perdi a mi familia hace mucho.

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ISABELLA.

Despierto algo adolorida, me acomodo mejor en la cama, miro a Erick recostado en un sillon, tiene sus ojos cerrados.

Recuerdo el nacimiento de mi hija, fue tan lindo verlos juntos, nunca me imagine que algo así pasaría estaba segura de que al igual que se perdió el embarazo también lo haria con su llegada al mundo, pero no y aunque las cosas sigan igual que antes este hecho me hace muy feliz, se parece tanto a él, tiene sus hermosos ojos, esos que ame desde el principio... y sigo amando hasta ahora.

El se remueve y al verme despierta se levanta y se acerca, mi corazón se acelera.

- Como te sientes?- pregunta con voz suave.

- Algo agotada- respondo.

- Me lo puedo imaginar - sus ojos están rojos, rastro de lágrimas.

- Alessandra esta bien?- pregunto.

- Alessandra? Así se llamará? - asiento.

- Me gusta es un nombre muy lindo, le hace honor a su belleza, se parece mucho a ti - dice sonriendo.

- Pero tiene tus ojos - respondo con una media sonrisa. Los dos suspiramos ambos debemos de pensar en lo mismo, nuestra situación.

- Quiero que sepas que no es cierto lo que dije de quitartela, jamás lo haria, es solo que estaba molesto por no saber de ella, yo... habría dejado todo por nuestra hija, me hubiera gustado haber compartido tu embarazo, ver su desarrollo. Pero comprendo, estabas en todo tu derecho de no querer tenerme cerca, solo te pido que ahora me dejes ser parte de ella por favor, es mi hija ahora que la conocí no quiero dejarla, la necesito- mis ojos se nublan.

- Es tu hija, jamás haría algo asi - respondo.

- Gracias -musita.

Somos interrumpidos por la llegada de mis padres, Leah y Richard, quien al ver a Erick se sorprende, nada que ver con la mirada que Leah le hecha a Erick, quien parece estar tenso al reconocer a Richard.

Todo se disipa cuando la doctora entra con una cara que nos alerta a todos.

- Han robado a la bebé...

Se vienen cosas fuertes!!!