capítulo 33.

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ISABELLA.

Las horas han pasado y yo sigo en el mismo lugar, pensando en todo y en nada a la vez, mi cabeza duele, mi garganta arde y esta seca, mis párpados pesan, pero no importa, no importa porque ella no esta, el hombre que amo es una farsa, mi vida es miserable y a lo mejor morir seria lo ideal, no tengo fuerzas, no quiero vivir, nada más me ata a este mundo tan dañino, maldito sea el destino y la vida, me robo la pequeña felicidad que crecía y vi salir de mi, no llegue a amamantarla, ni siquiera pude ver sus ojos una última vez, mi cielo mamá quiere ir contigo.

Irónicamente a lo lejos puedo observar mi nuevo objetivo. No lo pienso dos veces mi cuerpo actúa por si solo, mis pasos son rápidos y seguros, cada cada vez estoy más cerca de el, mis lágrimas corren por mi rostro nublando mi vista pero eso no me detiene.

Doy mis últimos pasos y apreto los puños, mi corazón bombea y el dolor se hace más intenso, toco la barra de hierro fría que hace mi piel erizarse no me detengo a pensar, me inclino y paso mi pierna al otro lado y repito lo mismo con la otra hasta estar por delante, solo sosteniendome con mis manos desde atrás, miro hacia el abismo, estoy en lo alto de un puente, ya nada tiene sentido, vivir nunca ha sido más inútil que ahora, perdóname Dios por mi acto cobarde pero no puedo sobrellevar nada de esto, me niego a vivir.

- Te Amo mi cielo, Mamá te ama con todo su corazón, pronto te veré mi pequeña - susurro mirando al cielo.

Cierro mis ojos y tomo una última respiración tan profunda que llena por demás mis pulmones y suelto mis manos de lo que me sostiene, lista para morir, un grito lloroso inunda mis oídos y unos brazos me sostienen fuerte por la espalda.

- Por favor no, por favor no me abandones, tú no - llora Leah del otro lado. Mi corazón se oprime y mis lágrimas salen.

Mi cuerpo se sacude por el llanto, ella no me suelta me sostiene tan fuerte mientras llora conmigo, volteo mi rostro hacia ella su mirada hunde mi corazón, sufre igual que yo, veo a aquella niña que jugaba conmigo, aquella adolescente que me apoyo en mis momentos difíciles, aquella mujer que fue fuerte por las dos, mi amiga, mi hermana.

Con sus brazos y sin dejar de llorar me ayuda a cruzar dejándonos caer en el suelo abrazadas, destrozadas, ella soba mi cabeza suavemente.

- Ya no esta - digo entre llanto- mi niña, mi bebé - la opresión sigue conmigo y no se irá nunca.

No decimos nada más, no es necesario, nos abrazamos la una a la otra, llorando por nuestro pequeño ángel, porque si era de las dos, Leah vivio conmigo cada momento, compartio cada preocupación y felicidad por mi hija, la ama tanto como yo lo hago.

*******

La tarde esta cayendo, mi cabeza esta sobre el hombro de mi hermana! ya no hay llanto, solo respiraciones profundas, suspiros entre cortados, el dolor sigue ahí intacto, latiendo, haciendo presencia, pero mi cuerpo está cansado y tan pesado que mover un músculo me duele.

El celular de Leah suena por quinta vez, ella suspira y lo toma

- Hola? -dice con voz ronca- si estoy con ella ¿como? Pero que sucedio -la miro- esta bien vamos para allá - dice colgando.

-Es Erick algo paso no sé, esta en el hospital y al parecer Tania también, necesitan que vayas realmente no se que pas - dice aturdida.

La miro alarmada le paso algo a Erick? Tania? Me pongo de pie inmediatamente junto a Leah.

En el camino voy inquieta, nerviosa, desde el terrible descubrimiento que hice sobre él no lo he visto, ni siquiera he podido contarselo a Leah, duele tanto que solo proyectarlo hace a mi corazon sangrar, no se como reaccionare al verlo, una parte de mi lo aborrece, desprecia y duele, la otra lo ama, muere y se preocupa por él, el era mi Amor antes de ser mi Verdugo o al menos eso pensé yo hasta que descubrí la verdad.

Nos estacionamos y rapidamente bajamos del auto en busca de ellos, preguntamos a una enfermera y a lo lejos vemos a Tylor moviéndose de un lado a otro, no lo pienso y me acerco a él.

- Tylor que sucedio? Esta Erick bien? -pregunto ansiosa.

Sus ojos brillan y me abraza yo me quedo estática, pensando lo peor, no puede ser, que esta pasando, mis ganas de llorar se atoran en mi garganta.

- No Erick no - jalo su camisa con violencia- dime que no es cierto, dime... - el sostiene mis manos y me interrumpe.

- Calma Isabella esta bien, a él no le ha pasado - frunzo el ceño.

- Entonces que sucede por Dios - digo con lágrimas en mis ojos.

- Ves esa habitación? - señala una puerta- entra ahí, alguien te espera - susurra y besa mi frente.

Lo observó confundida y miro a Leah que lo mira igual que yo. Volteo hacia la puerta, dudando un poco camino hacia ella, mis nervios están a flor de piel, ya no se que esperar todo esto me sobrepasa.

Abro la puerta lentamente y observo una espada ancha inclinada hacia delante sobre una cama, mi cuerpo se tensa al reconocerlo como Erick, tomo valor para seguir, mi respiración esta entre cortada, el voltea sintiendo mi presencia, me observa a los ojos con intensidad y sus ojos se llenan de lágrimas, lo observo tomar algo en sus manos pero aún hay cierta distancia entre nosotros por lo que no logro observar bien que pasa, mi respiración queda suspendida en el momento en que mis ojos contemplan la imagen ante mi, mi corazón late desbocado y mi mente me hace pensar que esta es una mala jugada de ella misma.

- Mira mi amor, aquí está mamá - le susurra él a la pequeña entre sus brazos.

Lágrimas brotan de mi y una sonrisa se me escapa, me acerco a ellos sin dudarlo, tomo en mis brazos a mi bebé y mi llanto aumenta al apretarla contra mi, su olor, su cuerpecito cálido, su cara regordeta,  sus mejillas están rojas, sus ojos abiertos, me miran con curiosidad y pronto en su rostro se dibuja una tierna sonrisa, ¡Dios, Es mi bebé! Mi hija, mi pequeño cielo.

Observo a Erick que esta en silencio y me sonrie al contemplarnos, algo dentro de mi se rompe al admitir nuestra realidad, tenemos a nuestra hija pero nunca más podremos estar juntos, no podremos formar una familia.

- Ella esta bien, sufrió una pequeña quemadura en su pie izquierdo, ya la revisaron y trataron, ella esta perfecta - musita, miro la venda en su piecito y suspiro.

- Esto ha sido un infierno - susurro bajito.

- Lo ha sido - responde él.

- Que sucedio? Como fue que encontraron a Alessandra? me dijeron que ella... - el niega.

- Lo sé! También lo supe. Tania llego a mi casa muy herida, llena de quemaduras y traía a nuestra hija con ella... salvo su vida. - dice agobiado y yo no puedo enconder mi asombro.

- Ella la salvo? - Digo aturdida a lo que el asiente.

- No se como o que sucedio, ella estaba muy mal, Tylor estaba conmigo cuando aparecio, las trajimos inmediatamente, no me han querido decir nada de ella - suspira.

La puerta es abierta por una enfermera, que nos sonrie al verme con mi pequeña.

-Debo suponer que usted es Isabella la madre de Alessandra - asiento ante sus palabras, su rostro se torna serio - La señorita Thorne pidio verlos con urgencia.

Capitulo emotivo😪
Al menos nuestro pequeño cielo por ahora esta con sus padres.
La cosa se pondra interesante mis amores. Besos😘

Mi Amor O Mi Verdugo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora