Capítulo 05

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Benjamín

A la mañana siguiente la observe detenidamente, se veía tan linda dormida, tome mi teléfono para tómale una foto, este sera mi tesoro mas apreciado.
Me levante de la cama con cuidado y me dirigí a la ducha, necesitaba mantener la calma y la cordura, salí en busca de ropa ella aun seguía dormida, mientras me vestía solo la observaba dormida en mi cama no podía evitar sonreír, pero que chica tan mas terca, necia, orgullosa me habia conseguido para enamorarme, me acerque a ella y le plante un beso en los labios, vi como ella sonrió brevemente.
Me dirigí a la cocina me prepare un café y me sente, tome mi tableta para leer los informes del trabajo, después de un rato oí el sonido de sus tacones.

—Buenos días—la oí decir.

Yo voltee a verla un momento el tan sólo recordar como le quite esa ropa ayer me ponía los nervios de punta, vamos Benjamín concéntrate, autocontrol.

—Deberías ir a casa si quieres llegar temprano al trabajo.

—Claro, te veo en el trabajo— la oí decir mientras abría la puerta— adiós.

—Adiós.

Cuando finalmente se fue mire hacia la puerta, golpe mi cabeza contra la barra de la cocina. Esto seria mas difícil de lo que creía, me dirigí a la puerta y la observe tomar un taxi, tal vez debí haberla llevado a casa, solté un gran bufido tome mis cosas y me dirigí al trabajo.

Al llegar observe a Chanel, mi asistente cruzada de brazos golpeando el suelo fuertemente con su tacón.

—¿Que?—pregunte al notar que era a mi quien miraba.

—El día de ayer teníamos una junta, te dije que si ibas a tener esa cita no hicieras mas cosas "innecesarias".

—No hice nada "innecesario" —comente mientras hacia comillas con mis dedos— solo charlamos y bueno se me perdió la noción del tiempo.

—Si claro, ahora andando me ordeno mientras caminaba a la salida.

—¿A donde? —pregunte mientras la miraba.

—Ayer tuve que hacer tu trabajo, me desvele toda la noche y muero de hambre.

—Y quieres que yo pague.

—Eres listo, así que mueve tu inútil trasero Benjamín.

—No deberías hablarle así a tu jefe.

—Antes de ser mi jefe, eres el pequeño niñato que pegaba sus mocos en mis muñecas.

—Supera eso.

—Jamás.

Yo solo seguí a Chanel porque sabia que esto se lo debía, al llegar al restaurante ella comenzó a ponerme al pendiente de todo lo que habia pasado en la junta, yo trataba de prestar atención pero de vez en cuando mi mente recordaba a Milene, sus besos, su pequeña risa, su cuerpo sobre el mío, esto del autocontrol no está funcionando. Desvíe la mirada un momento hacia la ventana en busca de olvidarla por un segundo pero la observe desde la lejanía, ahí estaba ella y sonreí pues creía que esto era el destino, no la perdi de vista ni por un segundo, ahora traía un vestido color verde, su cabello estaba atado en una coleta alta, vi como se acomodo su bolso y comenzó a entrar al mismo restaurante que yo, ojalá que suba al segundo piso.

Amarte esta prohibido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora