Capítulo 08

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Annabelle

Abrí los ojos escuchar la voz de Benjamín en la lejanía gire en la cama notando su ausencia, me levante de la cama con cuidado pues sentía un enorme cansancio no podía creer que esto había vuelto a pesar pero aún con ello no me molesto en absoluto pues realmente lo había disfrutado, me levante para tomar la primera prenda en el suelo que vine para salir de la habitación.

—Benja... Ah—solté un grito debido a la sorpresa al ver a sus padres, lleve mis manos a mi pecho pues no me había abrochado todos los botones—señor y señora Blaszczykowski, yo a... Benjamín necesitamos hablar.

Pedí apenada mientras volvía a la habitación no podía creer que me había visto de esta manera, escuche una risa de a mis espaldas y gire a ver a Benjamín.

—No te rías, eso fue tan vergonzoso.

—La verdad es que me salvaste la vida.

—Anda burlate.

—Hablo enserio, mis padres vinieron debido a que falte al trabajo tan temprano, recibí un gran sermón sobre comportarme como el adulto que soy pero al ver con quien estaba aquella furia desaparecio.

—Deja de decir tonterías.

—Hablo enserio, cuando te fuiste no hubo ninguna otra persona en mi vida y mis padres pensaron que sería un soltero toda la vida pero bueno tras verte creo que aún ven algo de esperanza.

—No creo que esté bien mentir a tus padres de esta manera, al menos no otra vez.

—Pero yo no estoy mintiendo —se acercó para abrazarme por la cintura—esa camiseta se ve muy bien en ti.

—Es que no encuentro mi ropa.

—Una parte esta en la sala y el resto en la bañera, la mañana fue agitada.

Este hombre con una simple mirada y un par de palabras me hacía sentir tan avergonzada, le mire para recargar mi cabeza en su pecho.

—Estoy tan cansada y hambrienta.

—Creo que es hora de hacerme responsable de ello, ¿que te gustaría comer?

—No puedo salir ya de esta habitación, tus padres.

—Ya se marcharon, dijeron que nos darían toda la privacidad que queramos.

—Ya no podré verlos a la cara.

—No te preocupes, créeme que están muy feliz.

—Aún así, eso fue muy vergonzoso.

—A mi me gustó verte salir así de mi habitación.

Sentí como sus manos bajaron lentamente me separe un poco para darle una advertencia pero al escucha mi celular lo aleje para contestar.

—¿Donde estas Milene?

—Papá.

—No me digas que olvidaste nuestra cita para hoy.

—No, no, claro que no—mire alrededor mientras buscaba mi ropa—yo solo estuve algo ocupada con el trabajo, ya sabes.

Amarte esta prohibido©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora