Capítulo 1: Finnick conoce a Annie

640 32 2
                                    


Finnick Pov. (7 años)

Recuerdo ese día cuando la conocí...

Mi padre estaba enseñándome a pescar, era algo aburrido, pues no aparecía ningún pez que poder atrapar.

-Papá, llevamos esperando aquí mucho tiempo y no hay peces. - me queje. - ¿Podemos ir a otro sitio? - mi padre rió.

-Solo han pasado 15 minutos... No te preocupes, los peces vendrán. - bufe esperar, ¿Cuánto más tiempo tendríamos que esperar para que apareciese uno? Mi padre me miro.

-La pesca es muy parecida a la vida, Fin - me dijo. - Las mejores cosas son por las que vale la pena esperar. Solo tienes que ser paciente. - paciente, es algo de lo que no soy capaz de hacer, me dejo caer sobre el agua. - ¿Qué, no me crees?

-Aprendí la lección, papá. Esperar, no hacer nada y así sucederán cosas buenas. - dije. - ¿Podemos irnos ya?

-Finnick levántate. - me pare algo fastidiado. - Cada movimiento que haces, envía señales a todo lo que tienes alrededor. Expone no solo tu posición, sino también tus intenciones.

-Entonces, ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Dejar de respirar?

-No se trata de detenerla, sino de controlarla. Una mente en calma es la mejor trampa posible. Observa. - mi padre se quedo quito, respiro profundo y cerró los ojos, lo imite, mi padre toco mi hombro abrí mis ojos y lo vi, un pez estaba a nuestros pies. Mi padre me hizo la señal de silencio, tuve lista red y mi padre su tridente, movió su cabeza, avente la red y mi padre el tridente, cazamos nuestro primer pez, así poco a poco nos hicimos de unos cuantos para la cena. Mi padre los puso en una cubeta vieja, la tomo y caminamos.

-Pero, ¿Por qué usar la red, papá? Yo podría atraparlos solo con el tridente. Es lo que hacen muchos chicos, y lo logran a la primera. - me agache para recoger una rama de un árbol, mi padre detuvo su caminar, se giro a mí y me respondió

-Ese es el método de los hombres arrogantes, Finn. Los hombres que se exhiben, que llaman la atención. Ellos se creen infalibles. Pero son irresponsables y cometen errores. Y cuando lo hacen, pasan hambre. Pero nosotros hijo, nosotros nunca pasaremos hambre. - las palabras de mi padre me hicieron reflexionar, el camino unos pasos para después preguntarme.

-¿Vienes?

-En un momento. - vi a mi padre alejarse, me adentre de nuevo en el agua, tratando de canalizar mis emociones en el agua. Camine de un lado a otro, mirando el agua, quería poder pescar, lanzar el tridente como mi padre. Y haciendo práctica de lo que me enseño hoy, cerré mis ojos y respire profundo. Pero un grito me quita toda concentración.

-¡Que alguien la ayude! ¡No sabe nadar! - escuche decir a una señora. Corrí en dirección a la persona que se estaba ahogando, me lance al agua y nade hasta llegar a ella.

-Vale, te tengo. - y la arrastre hasta la orilla. Empezó a temblar pero la abrace.

-¿Estás bien? - le pregunte. Ella asintió con la cabeza.

-¿Cómo te llamas?

-Annie - me contesto castañeando los dientes.

-Te tengo, estas bien. - dije en modo de tranquilizarla.

The Hunger Games: Finnick & AnnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora