Finnick Pov.
El tiempo pasó y con ello el tener que sobrevivir a nuestras heridas.
Todo volvía a su cauce. Yo pescaba. Annie recolectaba conchas. Era nuestra terapia, juntos superábamos nuestros miedos, nuestras pesadillas. Vivíamos al día, intentando olvidar, que llegaría el día, en el que volvería al Capitolio.
Odiaba los días de cosecha, ¿pero qué habitante de los Distritos no los odiaba?
Katniss Everdeen.
Era el nombre que se escuchaba por todos lados y hoy no era la excepción. Ganadora de los Septuagésimos Cuartos Juegos del Hambre junto con su compañero de Distrito Peeta Mellark. Bah. ¿Quién iba imaginar, que unas simples bayas fueran la causa para tener dos vencedores en lugar de uno? Sé que Snow no dejará pasar por alto ese detalle y que Seneca Crane debe haber recibido su merecido.
Ingenuos, no entienden. Puede que hayan corrido con suerte al salir vivos de la arena, pero tal vez no lo hagan sus familiares, amigos, gente cercana a ellos. Nadie puede contra el poder del Capitolio. Yo lo sé, porque lo aprendí de la peor manera. Todavía es tiempo que sigo pagando el precio por mi rebeldía.
-Hey Finn, ¿Has escuchado? Habrá un programa especial. Dicen que es sobre la boda de Katniss y Peeta. – me comenta Annie emocionada al entrar a su casa.
No puedo evitar poner cara de asco al tener que ver una pésima actuación de Katniss. Cualquier persona enamorada podría notar que ella no lo está, que todo lo que está haciendo es un débil intento por mantener a su familia viva.
Annie sabe que me desagradan, pero ella parece ser que les ha tomado cariño, sin tomar en cuenta que ellos nunca han hablado. Tal vez ve en ellos, dos jóvenes que la suerte no estuvo de su parte. Que el destino se empeño en juntarlos y que ahora no tienen más remedio que soportarse el uno al otro. O Tal vez vea algo más allá de lo que todos vemos. Puede que Snow utilice las mismas piezas que Katniss Everdeen utilizó para desafiarlo, puede que solo quería volver a casa, pero ahora ella tendrá que compartir el resto de su vida con alguien que fingió querer delante de las cámaras.
El programa empieza y tal como dijo Annie es sobre las próximas nupcias de Katniss con Peeta. Caesar se dirige a las habitantes de Panem, para que voten por su vestido favorito y así poder llevar a Katniss Everdeen con estilo a su boda. Después de la transmisión Caesar pide a su audiencia que permanezcan conectados para el otro gran evento de la tarde. La lectura de la tarjeta del Tercer Quarter Quell.
Suena el himno y el Presidente Snow sube al escenario, seguido de un niño pequeño vestido en un traje blanco, sosteniendo una sencilla caja de madera. El himno termina y el Presidente Snow empieza hablar. Nos recuerda a todos los días Oscuros y me pregunto, ¿si de verdad tuvieron la oportunidad de derrotar al Capitolio? Por supuesto que no, me respondo, el Presidente Snow tiene ojos y oídos puestos en todo Panem, pero, y ¿si llegara el día en el que eso pasara? Si hubiera alguien tan valiente como para enfrentar a Snow, no me lo pensaría dos vences, en apoyarlo.
El Presidente Snow sigue hablando de la creación de los Juegos del Hambre y como dictaminaron que cada veinticinco años el aniversario estaría marcado por un Quarter Quell. Después prosigue con una breve explicación de lo que sucedió en los previos Juegos del Hambre, hasta llegar al de ahora. El niño de blanco se adelanta un paso, alzando la caja a la vez que levanta la tapa, mostrando las ordenadas filas de sobres amarilleados. El Presidente saca un sobre claramente marcado con un 75. Pasa el dedo por la solapa y saca un pequeño papel.
-En el septuagésimo quinto aniversario, como recordatorio a los rebeldes de que incluso los más fuertes de entre ellos no pueden superar el poder del Capitolio, los tributos masculino y femenino serán cosechados de entre su existente colección de vencedores.
Mi corazón comenzó acelerarse tan apresuradamente que creí que se me saldría, mis manos sudan frio y no puedo pronunciar alguna palabra coherente, siento a Annie temblar entre mis brazos, tiene los ojos fuertemente cerrados y sus manos tapan sus oídos, es esa posición la que me hace reaccionar, la abrazo con más fuerza, aferrándome a ella, la escucha susurrar "tengo miedo" beso su coronilla y retiro delicadamente sus manos de sus oídos. "Annie, no dejaré que nada malo te pase" le susurro, pero ella solamente niega con la cabeza y sigue susurrando "tengo miedo".
Es que comprendo, que ella no teme volver a la arena, sino que teme por mí, porque sabe lo que significa, que yo iré a la arena con ella o con Mags y que sea quien sea, teme que nunca más vaya a volver.
-Estaré bien. – le prometo.
-¿Cómo lo sabes? – me pregunta.
-Porque se usar un tridente ¿recuerdas? – sonrió, para eliminar todo rastro de duda en su cabeza. Ella asiente, pero no está convencida del todo.
Nos quedamos abrazados por un tiempo hasta que el rugir de tripas de Annie por falta de alimento nos hace separarnos. Cenamos en silencio como a veces es habitual entre nosotros, más cuando Annie lleva sus pensamientos a otro lugar y esta noche no es la excepción. Después de llevar a Annie a la cama y ver como se queda profundamente dormida, decido que es mi momento para salir.
Me dirijo al único lugar donde me siento en casa, donde mi padre me enseño a pescar y donde conocí a Annie. El mar. Como es de madrugada, el clima es más fresco y las olas alcanzan su nivel máximo. Me siento en la arena y suelto un suspiro, miro el mar como si fuese la última vez y tal vez pueda ser así.
¿Qué voy hacer? La pregunta resonaba en mi cabeza desde que entendí el anuncio del Quarter Quell.
No puedo permitir que Annie vuelva a la arena, pero tampoco puedo hacer que Mags tome su lugar, sería demasiado egoísta, no podría hacerle eso a Mags, ella me ha apoyado más que cualquier otra persona. Sé que entraré a la arena, pero me aferro a la esperanza de que al menos uno de nosotros pueda salir con vida de ahí.
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The Hunger Games: Finnick & Annie
RomancePequeños Drabbles de Finnick y Annie, basado en una mini-serie de MainstayPro.