Los Demonios Corren

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Regrese otra vez al salón resplandeciente, donde ese cristal nos permitía ver todo el estadio. Aún se escuchaban llantos, las explosiones habían cobrado varias víctimas.

Había muchos heridos, los encargados del evento llamaban a la calma pero temblaban ante su inminente despido, por su incompetencia. Yo no estaba seguro de si la culpa pertenecía totalmente a ellos. Red ya había sido tomada por médicos y llevada al hospital, sin preguntarme nada y solo al verla irse inconsciente y con el cabello envejecido, me hizo darme cuenta de que no sabía absolutamente nada,  nada de lo que había pasado.

Red  había explotado literalmente ante mis ojos, dijo palabras sin ningún sentido y su mente, ojos y cabello perdieron vida. Todo en menos de un minuto.

¿Qué estaba pasando? Ella decía la verdad, era especial, ella veía el futuro o al menos ya no sonaba tan imposible.

Sin embargo, todo esto de especial, me recordaba que he visto otro tipo de cosas por el estilo en el mes.

La noche en que SOORK con sus poderes extraños hicieron un duelo de pesadilla que me llevo directo a otro mundo de sombras. Aquella habilidad de Wolfang de hacer real los ataques de los monstruos y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. ¿Cuándo fue que me rodee de fenómenos?

Aunque a quien engaño, yo no soy la esencia de la normalidad. Llevo en mi brazo derecho la cabeza de un dragón escarlata, sin haberme nunca tatuado. Todo este tiempo lo había dado por sentado porque mis problemas eran más grandes que un dibujo en el brazo, pero, ¿podría ser que en cualquier momento explote igual que Red y caiga?  Si fuera a pasarme eso, debo preguntarme, ¿En que soy especial yo?

-¡Tenemos que ayudarlos! ¡No podemos solo quedarnos aquí! ¡Vamos! – dijo el chico de la banda roja en la frente, que con sus puños golpeaba el cristal de la puerta.

-Solo estorbaríamos, guarda silencio y deja que todo fluya. Pronto reanudarán el torneo- le contesto Kuro, me sorprendió que por primera vez saliera de su cueva mental.

-¿Cómo lo sabes? esto es un caos-.

-Porque hay mucha gente metida en esto, el cancelarlo sería equivalente a cancelar la navidad, solo deja de aparentar ser un hombre bueno y espera a que los títeres del evento nos convoquen a la siguiente pelea- Esta vez el que contesto fue Wolfang, con su típico tono frio, calmado y engreído.

-Yo no aparento nada, un hombre bueno es el que se preocupa por los demás, sea cual sea la situación, y ese soy yo-.

-Para mí esa es la definición de un imbécil-.

El chico de la banda volteo a verlo y sonrió.

-Diferentes creencias entonces, imagino-.

De pronto se produjo un sonido que provenía de la puerta adyacente en el lugar, la puerta de salida de emergencia.

-¿A dónde vas?- le pregunte al chico regordete del grupo Alfa, que acababa de abrir la puerta.

-Bueno...yo-yo....m-me voy- hablo tartamudeando y temblando de pies a cabeza.

-¿Eh?-.

-¡¿Qué no lo viste?! ¡La pelirroja estallo en la arena! ¡Estaba a centímetros de ti! De seguro algún corto circuito del campo de fuerza la hizo volar y le quemo el cerebro. ¡No voy a morir aquí! ¡El torneo no lo vale! ¡Me largo!- azoto la puerta y escapo corriendo.

-Sí que saben elegir valientes para este evento ¿eh?- dijo Julio.

-No lo critiquen tan duro, simplemente la impresión fue muy fuerte para él, me agrada que haya podido ser honesto antes de que sea tarde- hablo el chico de la banda.

Neo YU-GI-OHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora