°4°

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  Ya al ver llegado a Berlin lo primero que hacemos es ir en busca de dos taxis, somos muchos para ir en uno, que nos llevaran al hotel.

   Me quedo en silencio observando por la ventana del auto. Berlin es hermoso, lleno de vida, de agitación; pero no, creo, cambiaría mi ciudad ni a mi bosque. En ese lugar se puede obtener una calma infinita, algo que no muchos pueden presumir.

   Las tiendas se encuentran abiertas, unas más que otros, abarrotadas de personas. Algunos optan por camiar sobre la acera metidos en su propio mundo. Nos detenemos en un edificio muy alto, es increíble la pulcritud, la majestuosidad, lo imponente que es.  Se ve que es una empresa, o algo así,  pero ni idea de qué. ¿La dueña o dueño sera igual a lo que refleja el edificio?. Siento que el auto vuelve a  moverse así que decido serrar un poco los ojos y recostarme en el asiento.

Necesito descansar

Necesito una ducha

Necesito dormir

Pfff

—Señoritas ya llegamos a su destino—Escucho la voz del taxista haciéndome salir de mis pensamientos.

—Gracias, ¿cuanto es?—Jane pagó mientras yo salía del auto. El hombre nos ayudo a bajar las maletas.

—Gracias—Decimos Jane y yo al unísono.

   Los chicos llegaron en el mismo momento, Erick vino hasta mí.

—¿Me permite, Alfa?—Me pregunta refiriéndose a las maletas a mi lado.

—Claro, llevalas a dentro.

   Me giro hacía los otros chicos

—André, quiero que rentes un auto y que tu y erick se queden. Manden a los otros a Munich, ¿bien?—Él asiente.

—Entendido, alfa. Erick y yo nos quedaremos acompañándolas a usted y a la señorita Jane

—Así es, nos vemos después— Me despido para después caminar al interior de hotel—Buenas—Me acerco a la mujer de recepción—Tengo cuatro habitaciones reservada por Harmony Ivanoh.

—Buenas señorita, Ivanoh, sus habitaciones están listas—Dice ella entregandome las llaves.

—Gracias—Me despedí con una pequeña sonrisa en mis labios.

  Miro de reojo al sillón a unos metros de mí, Jane que estaba sentada en él entretenida con su celular. Me acerco a ella haciéndola apartar los ojos de la pantalla.

—Nena, arriba—Sonríe y toma mi mano para que la ayudara a ponerse de pie.

—Que amable, jefa

—Siempre—Rió.

   En el ascensor no páramos de hablar del viaje y Jane que quería salir a divertirse para "aprovechar" Berlin.

   Entro a la habitación, apago todos las luces que estaban encendidas ni me preocupe en ver bien la habitación, solo quiero dormir, descansar un rato. Me voy desvistiendo hasta quedar en ropa interior, llego hasta la cama, abro el edredón y entro en esta.






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  Editado.
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Mi Mate, Mi hombre. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora