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  POV' DEMIAN

   Me remuevo en mi cama deseando poder seguir durmiendo; pero eso simplemente no lo puedo hacer. Tengo que ir a trabajar en una hora, creo.

    Me incorporo de la cama quedando sentado en esta, suelto un suspiro mientras niego divertido. Todavía no puedo creer lo que me pasó ayer después de salir del café de Gabi, la mujer prácticamente quería violarme en pleno parque. No dudo que pueda dar causar pensamientos calientes en las mujeres; pero eso de llegar a estanparme con una superficie nunca ha pasado, solo en el caso que yo no este de acuerdo.

    No puedo negar que la mujer es hermosa, jodidamente hermosa. Cuando la observe en el café no me pasó desapercibida sus grandes y buenas curvas. Esas piernas y ese rostro me hacen alucinar. Solo pensar en como sería tenerla debajo de mí rodeándome, con esas buenas piernas, la cadera y su rostro cerca del mío hace que me ponga duro.

     ¡Joder! ¿Qué esta pasando conmigo?, me pregunto alarmado. El autocontrol es la base de mi vida y no lo puedo perder solo por una mujer.

   Dios, resoplo cubriendo mi rostro con las manos. No puedo olvidar como sus ojos me miraban, eran tan expresivos, y lo jodido de todo fue que pude ver con las intenciones que relucían en ellos. Me observaban como si fuera el único hombre en la maldita tierra, como si yo fuera lo mejor que le ha pasado, como si fuera suyo. Eso, sin duda, hizo que el miedo y el pánico se apoderara de mí; pero al mismo tiempo sentí como algo dentro de mí se alterara y le encantará lo que estaba sucediendo.

—No, Demian. Vida planeada, vida planeada, vida planeada. Estas bien como estas ahora, sin líos de mujeres y con dinero a borbones. Eres un campeón—Me repito una y otra vez.

  Eres mío

—No soy de nadie—Digo, ya no muy convencido.

   Siento que su cuerpo aun esta pegado al mío y su rostro olisqueando y dejando besos sobre mi cuello. Oh joder. Esa mujer no puede afectarme así, observo la maldita erección que, ahora, parece que la jodida se endureció aun más.

    Endurece lo que quieres, maldita, nunca probaras ese coño en tu vida.

   Me pongo de pie en dirección al baño, solo con un bóxer cubriendo mi desnudes. Entro a la ducha y al rededor de doce minutos salgo con una tolla atada a mi cintura. Busco el cepillo de dientes y me cepillo moviendo mi cabeza de un lado a otro siguiendo la música de los altavoces. Me dirijo al closet y tomo; bóxer negro; unos zapatos de vestir negros; un pantalón de vestir gris oscuro junto con un saco del mismo color y una camiseta negra.

   Tomo de la cómoda un reloj y salgo de la habitación

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   Tomo de la cómoda un reloj y salgo de la habitación. Bajo trotando las escaleras hasta la cocina.

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Mi Mate, Mi hombre. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora