°31°

6.4K 400 21
                                    

—Tranquila, amor—Toma mis manos entre las suyas. Sonrío. Con él todo va a estar bien, me animo.

—Llegaremos en veinte minutos—Anuncia, una voz desconocida. Volteo en dirección a ella encontradome con una chica.

—Bien—Asiento, dejando mi vista en Demian.

    Segundos después siento un mareo y empezando a sentirme fatal. Demian me mira preocupado cuando llevo mis manos a los costados de mi cabeza. Joder ¿Ahora qué?

—Cariño—Se pone en cuclillas a mis pies— ¿Qué pasó? —Niego al sentir que ya todo ha pasado—. No me asustes—Advierte. 

—Estoy bien, estoy bien—Alzo las manos al aire. Me da ternura el mirar su rostro de preocupación—. Mi amor, estoy bien—Susurro rodeando su cuello con mis brazos. Se abraza a mí dejando su rostro entre mis senos—. Que pervertido—Me burlo para después recibir un mordisco de su parte—¡Oye! Eso dolió—Chillo. En serio dolió, creo sentir más sensible mi piel allí. Demian se separa de mí volviendo a su asiento.

—Deja lo mentirosa que no te dolió—Ríe. Le saco la lengua y él hace lo mismo.

—Que maduro—Digo con sarcasmo.

—Lo sé, amorcito—Dice divertido.

—Ya aterrizaremos—Avisa la, anterior, chica—, por favor coloquence el cinturón—abrochamos nuestros cinturones. Asiento a la chica que todo esta bien ella hace una señal para luego alejarse.  

   Con nuestras manos entrelazadas caminamos, Demian y yo, a la entrada de la pista de aterrizaje. Uno de los hombres de mantenimiento trae nuestras maletas, algo que agradezco. A la entrada logro visualizar a Jane junto a André y a otros guardaespaldas esparcidos alrededor de una de las camionetas. La gran sonrisa y los brazos abiertos de Jane me reciben haciendo que sonría. Creo que hasta la extrañe.     

—Que alegría tenerlos aquí—Dice llegando a abrazarme—. No sabía que vendrías Blackforh—Susurra en mi oído.

—Sorpresa—Rió

—Es un placer verte, Blackforh—Da un asentimiento en su dirección. Ella y su empeño en llamar a Demian por su apellido. 

—No puedo dejar a mi mujer por mucho tiempo—Dice, pasando un brazo por mi cintura en forma posesiva. Ruedo los ojos y Jane ríe.

—Mejor, vámonos—Digo, dejándolos atrás y caminando a una de las camionetas donde se encuentra de pié André—. Hola, André—Saludo hacie do que sonría un poco.

—Señora, es un placer tenerla, otra vez, por aquí—Abre la puerta, de la camioneta, y deja que suba a ella.

—Gracias—Observo a Demian caminar, en mi dirección, junto Jane—. Muevete Demian—Grito. Estoy de mal humor y no sé porque. Quiero llorar.

—Aquí estoy—Llega trotando—. Calma, mujer—Sube y toma asiento junto a mí.

—Tengo sueño y estoy de mal genio—Explico, haciendo un puchero y recostando mi cabeza en el asiento.

—Ven—Me hala tomando mi cintura para luego dejarme en su regazo—. Ahora ya puedes dormir—Dejo mi rostro en su cuello, justo en el lugar en el que se encuentra mi marca.

—Mm hueles rico—Aspiro su olor y él ríe—. Dile que podemos irnos—Digo, en voz baja.

—Ya podemos irnos—Dice en un tono fuerte y demandante.

—Eso me excita—Digo riendo y a la misma vez cerrando por completo mis párpados.

    Siento que mi cuerpo se mueve y eso hace que abra los ojos rápidamente encontrándome en la entrada de mi casa, todavía en los brazos de Demian.

Mi Mate, Mi hombre. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora