°7°

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   Al salir de la cafetería lo primero que hago es escribir un mensaje a Jane mientras voy a sentarme a un banquito del inicio de un parque.

Jane, no te dije que iba a salir. Te aviso que llego al rato, estoy dando un paseo y de compras, luego te cuento todo. No te preocupes por mí... Besos.

Harmony.

    Luego de escribirle el mensaje a Jane guardo el celular y sigo esperando a que salga mi compañero de la cafetería.

  Dos minutos después.

    Levanto la mirada por quinta vez a la cafetería y, al fin, lo veo salir. Cada paso que da se nota a leguas lo seguro e imponente que es. Con su cabeza y ojos alzados camina en línea recta por la acera, sin percatarse de mi presencia. 

     Bueno este es el momento de hacerlo

   Me animo a hablarle, aun estando,  todavía, nerviosa. Se aproxima a pasar frente a mí, me pongo de pie rápidamente siguiéndolo solo algunos pasas más hasta que decido tomarlo por la muñeca.

—Pero....¡que carajos!—Dice exaltado. No esperaba que alguien lo tocara y,  además, lo retuviera.

—Lo siento, pero tenía que hacerlo—Lo arrastro por el pequeño parque hasta que observo un árbol más apartado, casi al fondo del lugar. Lo tomo de las solapas del saco y pego su gran cuerpo contra el tronco de este.

—Mmm chica—Dice dudoso, moviendo mi hombro levemente—. No se que te pasa pero...—Interrumpo sus palabras colocando mi dedo índice sobre sus apetecibles labios.

—Silencio—Dejo mi rostro en el hueco de su cuello—Mmm hueles tan malditamente bien—Gruño dejando besos humedos por su cuello hasta su prominente manzana de Adán—Eres mío, solo mío—Susurro posesiva. Él traga grueso soltando un pequeño gruñido y toma mi espalda en sus grandes manos alejándome de su cuerpo. Gruño frustrada.

—Esto es raro—Murmura para si mismo—¡Ey! Ya sueltame, eres una desconocida no puedes hacer eso y menos sin mi consentimiento—Finaliza mirándome a los ojos. Siento que estoy hipnotizada por ellos.

—Puedes decir lo que quieras pero eres mío y ten por seguro que no te librarás de mi tan fácilmente. Eres. Mí. Hombre—Finalizo remarcando las ultimas palabras.

—No sé quien mierda eres y ni me importa; pero no soy tuyo ni de nadie—Dice pareciendo irritado o enojado. Mi corazón se apreta al terminar de escucharlo, no es muy feliz escuchar, por tu compañero, que no es tuyo.

—Sé que esto puede ser raro; pero todo esta bien, no soy una psicópata—Suelto una risita todavía mirando esos hermosos ojos verdes,  claros, casi azules.

—¿Bueno?—Dice dudoso, sin haber comprendido aun de lo que estoy hablando— Ya me voy, tengo cosas que hacer ¿vale?. Voy a fingir que esto nunca paso—Nos señala—¿bien?

—¡NO!—Me apresuro a decir—, no puedes decir eso.

—¿Porqué no?

—Porque...porque—Dudo en decirle la verdad así que me voy por algo más creíble— Porque te voy a  encontrar y no te dejaré en paz—Cruzo mis brazos en mi pecho.

   Alza una ceja y dice:

—Lo dudo, no sabes ni mi nombre—Sonríe burlon y por un momento creo que me he desmayado, sonriendo se ve tan, pero tan hermoso—, no creo que me encuentres, preciosa.

—Lo haré, te lo aseguro—Digo seria. Solo espero que así sea.

—Como digas—Rueda los ojos— Permiso, chica loca—Se gira para después desaparecer por la entrada del parque. 

   Parece un ejecutivo de por aquí ¿será que sí? No sé, solo espero encontrarlo de nuevo. Ya lo vi y no creo poder dejar ir, nunca.

    Me pertenece, todo él me pertenece.

—Te voy a encontrar, cariño—Pronuncio en dirección al lugar por donde se fue.

   Salgo de allí, ya es hora de que vuelva al hotel. Ahora necesito pensar en que hacer para encontrarlo, conquistarlo y hacerle entender que es mío.

Que es nuestro—Pronuncia,  abriendo el link, Kaileh.

   Llamo un taxi, con el mismo método empleado en el hotel, le digo mi destino al chofer y en menos de media hora llegamos a la fachada del hotel, pago y me bajo del auto para después dirigirme al ascensor y subir a mi habitación. 







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  Editado.
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Mi Mate, Mi hombre. [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora