No me beses

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Izuku Midoriya, profesor de matemáticas, joven esforzado, recientemente integrado al mundo laboral después de haber terminado su carrera, profesión que le apasionaba por la dedicación que se le debía dar al futuro de la humanidad, los jóvenes.

Siempre le había atraído el enseñar y desde que su madre le encargó ayudarle en cuidar a la hija de su amiga es cuando descubrió su vocación, la pequeña Katsuki quien estaba indefensa y triste fue el objetivo principal de una meta para él, hacerla feliz.

Con mucha dedicación y esfuerzo Izuku todos los días preparaba algo especial para que la pequeña niña logrará olvidar su tristeza, desde regalarle flores, leerle algún libro o simplemente ver alguna película juntos, le hacía feliz, ver su sonrisa y que su esfuerzo cada día diera frutos le enorgullecía, y es que poco a poco le tomó tanto cariño a la pequeña rubia que su mundo comenzó a girar alrededor de aquella criatura, ambos eran felices y ambos estaban siempre juntos.

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Hermosos recuerdos de juventud llegaban a la memoria del profesor, recuerdo que se nublaban ahora en el presente, ya que esa tierna niña a quien más había querido, había convertido su vida en un verdadero infierno.Desde que la joven inició su plan de venganza, día tras día le ponía a prueba con difíciles preguntas en su materia pues la chica no solo se destacaba por su condición física, su coeficiente intelectual era de temer, con las mejores calificaciones del instituto y una inteligencia superior al promedio, Katsuki intencionalmente buscaba humillar al joven profesor con difíciles preguntas realizadas especialmente con el fin de reírse de él, de demostrar que era incapaz y que debía retirarse de su carrera.

El pobre Izuku pasaba horas y horas estudiando en sus horas libres, sentía que el peso del mundo estaba sobre sus hombros, y la situación se daba aún más estresante que sus años de estudios en la universidad, sin mencionar que su déficit atencional había empeorado después de haberse vuelto a encontrarse con Katsuki.

Todas las noches recordaba aquel beso, aquel beso que había rechazado cuando era un niño, se sentía culpable por el corazón roto de la chica, claramente ella estaba tomando venganza de ese suceso en especial, aun así, recordaba con cierta ternura aquel momento pues le hubiera encantado corresponder aquel beso, pero, la brecha que había entre sus edades hacia a Izuku detenerse, dar un paso hacia atrás, su madre le había hecho la advertencia de que Katsuki en ese tiempo era demasiado joven para él y que esa relación inmadura terminaría muy mal, así que decidió alejarse , por el bien de Katsuki y por su propio bien.

• • •

Izuku en las clases podía sentir la presión en el salón, todos sabían lo que Katsuki hacía contra el nuevo profesor jefe y nadie ponía un alto, todos silenciaron, como muchas otras veces, Izuku estaba indefenso y sin apoyo social, aun así era un hombre maduro y no dio pie atrás, aunque tuviera que amanecerse estudiando él lo haría, cada detalle que se vería en la materia él lo estudiaba detenidamente, habían noches en que llegaba a soñar con aquella niña demoníaca haciéndole alguna pregunta que no podría contestar, veía en sus sueños como el salón se hacía inmenso y la aterradora sonrisa burlona de Katsuki resonaba en el salon.

Katsuki también le hacía otro tipo de humillaciones, todo el curso sabía que había sido un niño muy apegado a su madre y que había sido intimidado por unas niñas en el colegio, aún que supo llevar muy bien esos casos pues les hizo verlo como algo entretenido, lo cual en realidad no lo había sido. Katsuki ya le estaba molestando demasiado, no deseaba dar aviso a su madre respecto a esos hechos ya que sabía que Mitsuki tenía visto un internado para Katsuki, de alguna u otra forma no quería alejarse de ella, así que por fin decidió poner un alto el mismo.

Necesito que pares con tu actitud.

Izuku detuvo a Katsuki en el salón un momento, ya después de tantos golpes bajos el joven profesor no daba más.

¿De qué mierda hablas?

Basta de hostigamientos, Katsuki.

¿Estás loco? ¿Sabes cuánto me entretiene molestarte? Toda la clase se ríe de ti, no es mi culpa contar la verdad o ¿acaso quiere que mienta? Profesor...

Katsuki sabía irritar a la gente con su actitud altanera y déspota, la enorme muralla de paciencia de Izuku estaba desmoronándose.

Tal vez yo podría contarles de tu beso, sería interesante escuchar qué dirían de la líder de los matones, rechazada por el profesor, sería el comentario de los pasillos

Desafío el profesor con total seguridad, colocando su mano en su mentón y mirando hacia un costado, evitando a Katsuki quien enrojeció de solo recordarlo, chasqueaba los dientes mientras miraba rabiosa a Izuku.

No me mires así, no es bueno mentir, ¿Verdad?

Inteligente perr-

Izuku silencio con su mano las agresivas palabras de Katsuki.

Te haré escribir mil veces mi nombre si vuelves a hablarme así.

De un golpe Katsuki quito su mano de ella y comenzó a gritar.

¡¡Suéltame!!, ¿Porque mierda no te vas? Desde que llegaste aquí mi vida se ha vuelto un caos, no puedo concentrarme en clases, no quiero que te me acerques, no quiero escucharte, no quiero que me vuelvas a rechazar como esa vez, ¡¡fuiste una mierda!!

Izuku sorprendido por aquella repentina confesión y lleno de arrepentimiento se agachó para llegar a la altura de la rubia la envolvió entre sus brazos mientras ella se contenía para no llorar y se aferraba al chaleco de Izuku.

Lo siento, lo siento tanto, yo no quería rechazarte, fue tan repentino que no supe cómo actuar, nunca debí empujarte, me arrepiento tanto de haberlo hecho.

Katsuki se separó un instante del profesor, le observó en silencio y colocó ambas manos en los costados del rostro de Izuku, se acercó lentamente sintiendo ambos sus cálidas respiraciones y sin consentimiento y sin aviso la chica nuevamente le robaba un beso, los suaves labios de Katsuk lei hacían perder su subconsciente, su dilema interno lo tenía en serios problemas, mientras más duraba aquel momento ella más se aferraba a su cuello para que no la pudiera jalar. Una parte de él no deseaba soltarla y la otra le recordaba su posición de profesor, su carrera, su futuro siendo visto con una alumna en su primer trabajo, ya no podía seguir con aquello así que un brusco movimiento de cabeza terminó separándolos, la chica seguía aferrada a su cuello.

No, Katsuki, basta.

Dijo tristemente desligandose de los brazos de Katsuki, ella intentando ocultar su rostro lleno de vergüenza y con sus labios temblorosos se alejó de él agachando su cabeza, no dejo que Izuku dijera nada pues tomó rápidamente sus cosas y salió corriendo del salón. Izuku intentó detenerla, pero terminó deteniéndose él mismo, no sabía que decir, que hacer, era una situación difícil pues él al igual que Katsuki no tenía experiencia en el amor.

Katsuki corría por los pasillos conteniendo su llanto, hasta que sin darse cuenta tropezó y cayó de lleno al suelo golpeándose las manos y raspando sus rodillas, enfurecida dejó salir un grito de rabia dejando caer por fin las lágrimas que contenía, se sentía rechazada nuevamente.

Sólo ... sólo está riéndose de mí...

Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora