Capítulo 9

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Al otro día.

Lucero

Mientras Lucero y Felipe desayunaban el niño habló.

Felipe: ma, ¿qué te vas a poner para ir a trabajar?

Lucero: no lo sé ¿Tú que piensas que me puedo poner para verme linda? ¿me ayudas a buscar lo indicado?(Dije sonriendo)

Felipe: ¿Linda? Si quieres verte linda ve y busca a alguien más (Dijo firme, ¡Dios! ¡Ese niño le sacaba todo!)

Lucero: ¿Por qué no? ( pregunté interesada por su respuesta ya que siempre le gustaba que fuese bonita a trabajar, de hecho los días que voy desarreglada entra bravo al kinder sólo porque no me acomodé bien e iba horrible)

Sí, ese es mi hijo, así que más le vale no conseguirse novia o se las verá con "Doña Lucerito".Sonreí al pensarlo.

Felipe: Porque si quieres busca a otro que te deje "linda" (dijo haciendo énfasis a la palabra) pero... Si quieres verte linda, divina, sexy, hermosa y sobre todo, todo una diva aquí estoy yo (Quise reír.)

Mi hijo y sus cosas pero logro aceptarlo lo amo y el es la razón de mi vivir, sólo él.

Lucero: de acuerdo a ver ayúdame, por favor (pedí)

Felipe: ven (me dijo jalándome de la mano y llevándome a mi habitación)

Me dijo que me quedara en la cama sentada y no volteara.

Vi disimuladamente como ágilmente agarraba unos tacones bajos tipo "tacón cuña" tacón pequeño), y sacaba de la extraña bolsa el coso (la verdad no lo abrí), me sentí extraña al darme cuenta de que a mi hijo le habían dado una bolsa y sobre todo alguien a quien no conocía; después se fue y sacó un collar que en verdad no usaba hace mucho, siguió por coger unas bellísimas pulseras con dijes, que no se de donde habían salido.

Se acercó a mí y me hice la que no había visto nada.

Felipe: toma, ponte esto y serás una hermosura de mujer! Mi mamá en verdad es la más linda.

Sonreí.

Lucero: Cariño, ¿quién te dio la bolsa esa del parque? (Pregunté)

Vi como su rostro en palideció y eso solo podía significar una cosa: ESTABA MINTIENDO.

Lucero: Felipe contesta.

Se quedó mirándome hasta que suspiró aún pálido.

Felipe: prometeme que guardarás el secreto. (asenti interesada) el señor con el que hablé, el me la dio pero Shh...

Asentí.

Lucero: se me olvidó el nombre del señor ¿cómo se llamaba? ¿Andrés?

Lo vi y volvió a suspirar y esta vez no sé el por qué, tan solo pregunté si ese era su nombre.

Felipe: dijo que se llamaba Andrés pero mintió, dijo que no quería que tú te enteraras porque te enfadarías con él y mucho. (Dijo sin mirarme)

Lucero: ¿Cómo se llamaba Felipe? ¿Te dijo su nombre en todo el rato que mantuvieron la conversación? (Pregunté seria)

Asintió y lo miré en busca de una respuesta.

Felipe: odio guardar secretos... (murmuró por lo bajo pero logré entenderle a la perfección) ahora no me dejarás volver a verlo (dijo triste) se llamaba Fernando... (lo miré con una mirada foraz con la cual sabía, diría aún más) Fernando Colunga.

Espera...

¡¿QUÉ?!

Lucero RESPIRA.

Cerré mis ojos con fuerza.

Mi jefe #LCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora