La primera llamada...

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La chica salió de la sala conmigo siguiendo sus pasos. No se encontraba nadie en los pequeños cúbicos, parecía que habían terminado sus labores aunque en realidad no podía tener una idea de tiempo para eso por simple lógica del lugar.

-Es tiempo de que salgan...

-¿De que salgan?- le debatí. Esperaba que en el aparador del edificio Angella estuviera recibiendo los pendientes de la predicadora e institución de buenos modales Isabella.

-Aquí debes de esparcir tu mundo...si no se acaba, no puedes correr con el tiempo pero puedes y debes hacerte sentir - respondió – Espero que tengas un poco de respeto conmigo, lamentablemente soy tu Legna y no estaría de más que por lo menos me llamases "maestra".

-¿Maestra?...pero si eres menor que yo, para ser sincero no me pasaba por la cabeza que tu fueras mi llave...-

-¿Llave?, soy la mejor de todos los Legna de esta zona y si tienes dudas sobre mi te arrepentirás.

-...tra-tranquila no es para ta-tanto, por el momento me gustaría llamarte por tu nombre- fueron unas palabras que me costaron hablar...ella me fruncía el ceño con rabia y me dio la impresión de que esperar un daño físico no era del todo improbable.

-Que va...supongo que debemos hacer buenos acuerdos de mutuo beneficio, mi nombre es Vera- respondió la chica al tiempo que me daba la espalda.

Tal vez quería ocultarse de algo, antes, habría jurado que fuese obra de esos que me trajeron a esta lúgubre cuidad que Vera fuera algo parecida a Jess pero observando su forma de ser ambas parecían día y noche.

-¿Traes la moneda?- dijo Vera.

-Quiero pensar que por moneda hablas de ese pedazo de vidrio.

-Es más que solo eso, por el momento viajaremos con la mía- dijo -Antes haremos una visita a un amigo.

Acepte las ordenes de la joven y aunque no me gustaba del todo tener que soportar la actitud de ella, entendía que la única forma de evitar malos encuentros seria callar y aprender de todo lo que ella hiciese...por algo se autonombro el mejor Legna del lugar.

Vera adelanto por la izquierda de la salida del edificio no disimulaba su prisa por terminar sea lo que fuese que haría. Sembró su andar en un puesto de periódicos o algo asi y volteo esperando con un ligero tic de sus zapatos golpeando el suelo con ritmo acelerado.

- ¡Cuando espera demasiado suele enojarse mucho, anda chico!- revoloteo una voz excéntrica...una especie de sonido desagradable al oído.

-No me joda más de lo que ya estoy, se comporta caprichosa y aun asi tengo que ser un todo cariño para ella- me detuve al lado del puesto y pude observar que estaba vacío. De donde provenían esos sonidos si no era de Vera.

-Pero que boquita la tuya chaval-de nuevo se escuchó aquella voz.

-Se mas observador...solo será esta vez y después todo lo harás solo, y no quiero perder mi prestigio y fama-dijo ella.

-¿Fama? ¿Prestigio?, donde esta eso cuando lo necesitas...- totalmente decaído en mi forma de hablar -Ahora debo poner atención... ¿a qué va este lugar tan solitario?

-Anda date prisa y dame lo esencial para una única entrega...- susurro Vera al puesto.

<<Debe estar un poco presuntuosa o quizás loca...no puede ser...que mierda de situación me espera. No puedo esperar mucha ayuda de su parte, dado eso, asumo que esa chiquilla me dará un libertad para lograrlo>>.

-Pero que poca fe la tuya Vera, ¿Acaso ya le perdiste la gratitud a estos inicios- una extenuante cadena de palabras fueron la respuesta a hacía con la joven.

EL VALOR DE UNA PROMESA[PAUSADA-EDITANDO].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora