—Tu odisea ha terminado—.Sonaron esas voces cuando cerré de improviso mis ojos al abrirlos la sorpresa me invadió y acelerando mi respiración junto con latidos arrítmicos.
De alguna manera mi cuerpo me daba señales de que algo andaba mal y esa voz no tranquilizo en absoluto mi cerebro. Al estar inmerso en la oscuridad de mis ojos volví a ver el vórtice que hace poco se me presento en un sueño pero esta vez en la caída libre encontraba una luz al terminar de caer y fue entonces cuando mis parpados se abrieron guiados por aquellas palabras.
Una vez que entre de vuelta al mundo me percate de cosas raras. Mi vista no mentía.
—Esto es... ¿secuestro o algo parecido?
El lugar me parecía conocido en alguna parte lo había visto; era similar a una sala de interrogatorios para criminales, el color de los cimientos eran blancos, demasiado blancos y una silla vieja en la parte central de la habitación. El nerviosismo me hacía voltear a ver a todos lados y frente a mí se encontraba un gran vidrio obscuro el cual no reflejaba nada de ningún lado, ni siquiera mi persona.
—Vamos a comenzar de inmediato asi que por favor deja de husmear por doquier— una voz emanaba de la ventana obscura. Fuerte y ronca de tirano o como de alguien con poca paciencia o con nulo sentido del humo.
Me veía de pies a cabeza sorprendiéndome de que mi aspecto había cambiado. Al tomar mi cabello con mis manos note que lo habían cortado y al ver mis ropas me di contra la pared pues mi vestimenta era parecida a un traje de oficinista acaudalado pero con colores totalmente crispados dándole un toque de bufón modernista, morado totalmente saco y pantalón al igual que la corbata y para acompañar una camisa y zapatos amarillos.
— ¿Quién rayos eres? ¿Porque estoy aquí?—le cuestione a esa voz—.Quiero saber que paso...hace unos instantes me encontraba junto a mi auto y ahora...
—Pasado—interrumpió la voz con tono educado—.Usted no pierda el hilo de nuestra conversación que pronto comenzará sino me veré obligado a tener que eliminarlo del plan.
Me tendí sobre la silla de madera fijando la vista al cristal gris del cual emanaban palabras que prácticamente dejaban en claro que era una conversación la que quería.
—Y bien...
Le prosiguió un silencio después de que termine de hablar. Entendí que no podía apresurar las cosas ya que antes no encontré respuesta a mis preguntas por parte del cristal asi que supuse que el ritmo lo tenía el entre sus manos.
— ¿Tu nombre es Bruce Matthews Farnes?
Resoplo la pregunta por toda la habitación...
«Esto me da mala espina... ¿Cómo sabe mi nombre?» pensaba mientras transpiraba por las axilas y mi frente se llenaba de una humedad característica de un tipo asustado.
—Ese es mi nombre— respondí con apenas el volumen de voz suficiente para escucharme yo mismo—. ¿Cómo sabes mi nombre?...esto es una broma.
Unas risas se escucharon al terminar de hablar. Eran de mujeres y de ese tipo del interrogatorio también escuche sus carcajadas.
— ¡Ya entendí! ¡Esto es una maldita broma!—exclame levantándome de la silla acercándome al cristal gris.
—Esto no es ninguna broma le pido que se tranquilice y tome asiento—replico la voz.
No preste atención alguna a lo antes dicho, repare como un demente sobre el cristal golpeándolo una y otra vez sin obtener respuesta de esta mala broma.
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EL VALOR DE UNA PROMESA[PAUSADA-EDITANDO].
Novela Juvenil"El silencio nos termina pero nuestro recuerdo nos une de miles de maneras" Algo nos mantiene presentes en todo momento. Disfrutas de vivir, de ser parte de un mundo de la interacción social. Si te alejas de lo "normal" entonces recaer en la mirada...