Lo que fue.

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La señal se había escuchado de nuevo, Gabriel no le prestó atención y ambos continuamos con nuestro asunto pendiente.

—Es demasiado extraño todo esto a tal grado que siento que algo paso y que quizás todo este cambio se derive de eso—susurre mientras agachaba la cabeza.

— ¿Que recuerdas antes de todo esto?—pregunto Gabriel—. Debe ser algo interesante, te pido que me describas todo lo más claro posible. El momento se dio demasiado lento lo cual era una clara señal de que debía hablar.

Antes de continuar saco de un portafolio que jamás vi que lo llevara consigo, un pluma y un pedazo de papel arrugado.

—Solo espera unos segundos, necesito encontrar algo adentro de esta cosa— dijo Gabriel mientras zarandeaba su portafolio de un lado a otro tirando cosas al suelo. No le importo y encontró además de la pluma y el papel un pedazo de vidrio circular; parecía hielo reflejaba algunas cosas pero no como un espejo, era de tamaño pequeño parecido a una moneda.

—Bueno, creo que empezare ahora ya que no veo problema alguno con tu búsqueda— el tono serio de mis palabras tentó a Gabriel y su reacción fue instantánea.

—Hace poco estaba en mi auto con rumbo a mi nueva vida de universitario pero me desvié un poco del camino...

— ¿Y porque te desviaste del camino? ¿Acaso no querías llegar rápido a tu destino?—pregunto Gabriel mientras en su barbilla recargo la pluma y su pose pensadora apareció.

—Que era perder el tiempo un poco—respondí—. Tuve una sensación un tanto nostálgica es común sentir eso después de todo un centenar de recuerdos salían de repente solamente para provocar la sensación de que el pasado te puede llevar a un encuentro contigo mismo.

Un poco de humedad se reflejaba en mi mirada en el instante que terminaba.

—Ya veo, la nostalgia es algo muy común en las personas...no logro imaginar a una persona que jamás derrame lágrimas en toda su vida— exclamo Gabriel mientras echaba al aire la especie de moneda que saco de sus cosas—. Hay algo que empieza a encender mi interés.

—Un extraño escenario apareció y el clima pareció enloquecer.

— ¿Consideras que el clima de hoy en día sea normal?—cuestiono el hombre—. Lo normal ni siquiera debería existir puede que así se terminen los prejuicios y probablemente todo problema se elimine sin luchas absurdas.

—Hubo algo extraño, una pequeña se encontraba sola en un cruce y parecía estar completamente empapada.

—Eso para nada es extraño, ella era a quien debías conocer en ese preciso instante—hablo Gabriel para después poner una enorme relajación en todo su ser—. No se necesita más para poder decirte que has llegado aquí por lo vago de tus acciones.

— ¿Preciso momento? ¿Nos conocemos de antes?— le cuestione a Gabriel disponiéndome firme a saber qué pasaba realmente con mis vagancias por el lugar, sobre todo que sentido tenia seguirlo.

—Nunca te he visto antes pero te puedo asegurar que todo tendrá sentido una vez que lleguemos a donde debamos.

Gabriel acomodo sus lentes con un ligero movimiento, sonrió ligeramente y peino su cabellera con un pasar de sus dedos —Tu no sientes ni el mas mínimo aprecio por lo que tuviste no es nada original tener estas charlas, ni siquiera pienso que puedas lograr la primera entrega.

— ¿Entrega?—las dudas transitaban cada vez mas—. Significa que hay algo mas en todo esto.

El hombre solamente dejo un silencio. Se reflejaba bastante claro que por su parte todo era normal sin importar nada de la conversación y ahora su comportamiento no era comprensivo ni siquiera se esforzaba por seguir conversando.

EL VALOR DE UNA PROMESA[PAUSADA-EDITANDO].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora