El Reencuentro - Elio y Oliver

¿Me reconoces?

Empezó a llamar a los alumnos por orden de la lista, hasta llegar a la P.

- Elio Perlman.

Lo dijo con un tono de voz que no me esperaba.

Esperaba un tono de voz que demostrara que ese nombre le sonaba o mejor; que me recordaba.

Que recordaba que le llamaba por mi nombre a él durante 100 veces (cómo mínimo) al día, durante los pocos días que pasamos juntos en mi habitación que en aquel momento era la suya, pero la habíamos convertido en la nuestra.

Me levanté de mi sitio molesto y me dirigí hacía su escritorio, mirando en el suelo en todo momento.

- ¿Sí? - pregunté cuando llegué, con un tono no demasiado simpático.

- Apuntame aquí todas las redes sociales que tengas. - me dijo él, pasandome un papel con algunos datos de los demás y un bolígrafo, sin mirarme en ningún momento.

Cuando terminé me alejé, sin decir una palabra y, como esperaba, él tampoco me hizo frenarme.

-

- Muy bien, por hoy ya se nos ha pasado la hora y, como hoy no toca Latín, deciros que voy a estar agregando todos vuestros números y os seguiré en vuestras cuentas, obviamente el perfil no tendrá ninguna foto mía, pero ya vais a saber que soy yo. Nada más, que espero tener un buen curso con todos vosotros sin ningún problema y ya podéis empezar a recoger.

Todos se levantaron empezando a hablar los unos con los otros y yo hice lo mismo.

En un momento tuve la esperanza de que Oliver realmente me hubiera reconocido y me pidiera que me quede con él 5 minutos.

Pero nada. Él empezó a recoger también cómo si nada.

- ¿Estás bien? - me preguntó Alessio a mi lado a lo que giré los ojos.

- Claro que sí. - dije tan escéptico que quizá se hizo notar demasiado que no estaba bien.

- Entonces, ¿Te apetece salir hoy por la tarde? - me preguntó mientras empezamos a salir de los últimos.

- No, no me apetece, lo siento.

- ¡Já! ¡Lo sabía, a ti te pasa algo! - gritó él poniéndose delante mío, ante lo que le miré extrañado.

- Joder, vale, sí, pero no te lo puedo decir, no aún. - dije y me puse a andar de nuevo sin ver si Alessio me seguía.

- ¿Es por Oliver? - me preguntó detrás mío lo que hizo que me girara de repente, para luego recordar de que Oliver se presentó y ahora todos sabían su nombre, no era yo el único.

- No. - dije para volver a girarme y seguir andando de nuevo.

- Joder, Elio, dímelo, va. Sé que es por él, tu al principio no estabas así. ¿Lo conocías de antes? - insistió mi amigo alcanzandome.

- Sí, pero nada más. No te pongas más pesado ¿vale? - dije un poco harto de él y entrando en la aula de Literatura.