El Reencuentro - Elio y Oliver

Melocotón

---- P a r t e 2 ----

*Este capítulo es bastante largo y un poco subido de tono, podéis ir a por palomitas si os interesa o no leer si no queréis :)*

Quizá era lo que me acababa de decir.

Quizá era la posición en la que nos encontrábamos.

Quizá era el ambiente; lleno de deseo mutuo para hacer lo que era prohibido. Porqué Oliver ya lo dijo: solo somos un profesor y un alumno. Nada más. Aunque con un pasado un tanto diferente comparado con las relaciones profesor-alumno normales.

El ambiente en aquel momento provocó la dilatación de las pupilas de Elio, que miraban fijamente al hombre que tenía encima.

Oliver sabía perfectamente lo que significaba eso. Oh, sí lo sabia. Pero lo que él no era consciente es que él se encontraba cómo Elio.

— ¿A-Así que, quieres hacerlo? — preguntó Elio, sin moverse de sus posiciones ni un segundo ninguno de los dos.

— En realidad no debería de querer, por lo mal que te portas conmigo. — susurró Oliver a su oído.

— Pero en realidad te encanta que haga todo lo que hago. — respondió Elio con una media sonrisa.

— No es que me encante, es solo que me excitas tan fuertemente cuando me llamas profesor o me envias fotos de tu culo desnudo, cuando sabes perfectamente cuánto me encanta y todo lo que hacía con el... — dijo a lo que ambos rieron, aunque Elio se sonrojó al recordarlo.

— Hm... Me encantaría volver a esos tiempos. — dijo Elio cerrando los ojos. — Porque la verdad es que desde que te fuiste, no he vuelto a tener ninguna relación con nadie. Algun rollo por ahí he tenido, pero sexo nada. Quizá porqué las esperanzas de volver a hacerlo o reencontrarme contigo nunca se fueron. Y finalmente lo logré. Te tengo aquí conmigo, así que no me arrepiento no haber hecho nada durante estos años. — continuó viendo como Oliver tenía sus ojos claros fijos en sus labios mientras decía todo aquello.

Oliver le dio media vuelta bruscamente para colocarse encima de Elio para que notase la erección que tenia en esos momentos.

— ¿Sabes? Me alegra oír eso. Y espero que sea verdad lo que dices, porqué tu me perteneces solo a mi. — susurró Oliver en su oido mientras rozaba su miembro, cubrido por su pantalón, contra el culo de Elio, sacándole pequeños gemidos que hacían que su erección creciera contra el colchón de su cama, sin poder moverse ni un poco. Oliver continuaba con su movimiento mientras le decía — Sé que no he estado aquí para prohibirte nada, pero ahora sí lo estoy y nadie te va a tocar un pelo. ¿Entiendes, Elio?

— Yo voy a hacer todo lo que me digas. — respondió Elio en un tono casi inaudible, pero que Oliver logró escuchar.

Oliver volvió a girarlo para empezar a comerse la boca del otro sin siquiera preguntar.

El sabor dulce de Elio complementaba perfectamente en la boca de Oliver, pero cuando sus lenguas se juntaban, aquello era el paraíso.

Y aquella sensación fue la misma años atrás.

El problema, es que, con los años, casi olvidan esa sensación.

Casi.

Porqué lo que sí se podía confirmar es que ambos querían probarse el resto de sus vidas.

Oliver se separó para tomar aire y empezar a dar pequeños besos y mordidas en el cuello de Elio, que lo volvían loco, sacándole pequeños gritos mientras arqueaba su espalda.