BaekHyun

1.9K 291 23
                                    

BaekHyun estaba acostumbrado a que distintos objetos se le cayeran por la calle como consecuencia de haber chocado con alguien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

BaekHyun estaba acostumbrado a que distintos objetos se le cayeran por la calle como consecuencia de haber chocado con alguien. Desde libros de la escuela hasta él mismo. Pero, a pesar de haber pasado por aquella situación incontables veces, casi nunca nadie se disculpaba, todos llevaban demasiada prisa como para voltear hacia atrás y ponerse al tanto de lo que había sucedido.
Pero aquel hombre alto y de porte elegante no era como los demás. Tenía otro aire en su mirada y un timbre diferentes en su voz que BaekHyun no supo identificar, sólo notar.
Se había disculpado con él y personalmente evaluó los daños a su celular a pesar de que BaekHyun le había dicho cerca de cinco veces que todo estaba bien, que nada grave había sucedido. Sin embargo, la culpa se resistía a irse del cuerpo de SeHun, durante estos días había estado muy sensible y todo parecía pesarle demasiado. Le ofreció su número de una forma algo irresponsable, es decir, no vas por la vida entregándole tu número de teléfono a completos desconocidos, pero, había algo en aquella cabellera castaña que le provocaba, como ya se dijo con anterioridad, un extraño sentimiento en el estómago y SeHun quería averiguar de qué se trabata. Vio aquello como una puerta abierta que el destino le proporcionó y no la dejó cerrarse así como así. Le dijo que si algo extraño le pasaba su teléfono o encontraba algo con lo que le pudiese compensar, no dudase en llamarlo enseguida. BaekHyun quedó un poco desconcertado por aquello e inspeccionó el papel brindado con el número telefónico escrito con tinta azul por unos cuantos segundos, luego asintió y agradeció una vez más para después despedirse, de pronto recordó que tenía que llegar a su trabajado a la voz de ya.
SeHun lo siguió con la mirada hasta que su linda y brillante cabellera se perdió entre otras tantas, entonces regresó el lapicero al bolsillo de su camiseta y se percató de algo, palmeó su pecho y sus bolsillos, buscó entre su maletín como pudo y luego, rendido, dejó caer los brazos a los costados.
Su bolígrafo favorito no estaba por ningún lado.

2𝐶05 | SebaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora