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Sus salidas primero comenzaron como algo muy de ocasión, pasaban unas cuántas semanas para que se pudiesen ver nuevamente. SeHun conocía muchos lugares por la ciudad, siempre iban a un lugar nuevo. ¿Cómo lo había hecho? De repente tenía todo el tiempo del mundo en sus manos cuando hace sólo unos meses sentía que el tiempo le era tan insuficiente. A las seis en punto en la misma intersección, a veces lo recogía en auto u otras caminaban por ahí. ¡Oh dios! Qué bien se sentía. Se arrepintió y comenzó a tenerle rencor a su antiguo yo, nunca logró descifrar como era que vivía, no, supuso que en todo ese tempo nunca vivió de verdad. Que el aire fresco le golpeara en la cara con suavidad, sentir la ligera lluvia de otoño y pisotear la hojas comenzaron a hacerse sus pasa tiempos favoritos, claro, siempre que BaekHyun estuviese a su lado. Aunque sólo fuesen unas cuántas ocasiones, aún tenía algo de trabajo aunque ya no era tanto como antes. El jefe aceptó el hecho de que SeHun estaba siendo carcomido por el estrés de aquella oficina y le dio otro cargo, no fue fácil y tomó algo de tiempo, pero al final se logró y otra persona tomó su puesto, por lo visto desempeñaba mejor su labor que SeHun, pero se entendía, el venía fresco y SeHun ya estaba harto de leer documentos importantes.
Se cansó, eso fue lo que en realidad pasó.
Decidió por fin tomar las riendas de su vida, y encaminarla en una dirección diferente en la que iba. Fue lo mejor que pudo hacer. Sin embargo, aún seguía asistiendo a ese extraño lugar, ese que, ahora más que nunca parecía irreal. Comenzaba a sentirse incómodo, pero The Wallflowers lo obligaba a quedarse justo donde estaba hasta no más de dos horas después. Cuando llegó a casa se dio cuenta de que tenía una llamada pérdida de BaekHyun, eso se le hizo muy extraño, no había sentido si celular bribar en ningún momento. Tal vez había estado demasiado hundido en quién sabe qué cosas.
