Y en saturno viven los hijos que nunca tuvimos,
La asociación para proteger a las mujeres abandonadas, que sufrieron maltrato se llamaba "Volver a empezar" les había llevado más de un año terminarla, reunir los fondos y la ayuda para que ese proyecto se diera sin problemas. Estaban felices por el resultado, ya que el día de ayer había estado listo, la decoración para la fiesta que se realizaría como inauguración. El edificio era enorme, contaba con habitaciones, comedor, salón de deporte, una biblioteca, un doctor privado y talleres, para que las mujeres volvieran empezar y lograran encontrar un trabajo.
Desde entonces, habían rescatado a diez jóvenes de menos de quince años, embarazadas y otras abusadas sexualmente que buscaba el refugio en la droga, muchachas que habían sido abandonadas por sus padres y familiares. Emeran Amaro había sido de gran ayuda, ayudando y dándoles las tarjetas, y ellas mismas buscando a los propietarios que aquella asociación. Cuando se corrió la voz, no solo ayuda del país llegó, sino del extranjero, entre actores, cantantes, músicos y personas que se habían enternecido con sus historias, habían apoyado.
Artemis estaba moviendo sus influencias para comprar un lote grande, ya que estaba seguro que necesitarían más espacio.
De eso hace dos años y medio, ¿Cuánto había cambiado la vida de todos? Mucho. Demasiado.
El proyecto de la literatura entre ruedas estaba yendo muy bien, había recorrido la costa y la selva, habían incentivado los colegios nacionales y cada mes se hacía un concurso de creación de cuentos y otros. ¿Qué si ahora su país era mejor? Si, y aunque aún había delincuencia, y aunque había aun mujeres muriendo en manos de sus esposos, una pequeña parte del país estaba siendo feliz. Poco a poco cambiaba, ¿Quién dice que la lectura no cambia la sociedad?
Y eso más que nadie, Charles lo sabía.
El rubio pasó sus manos por el cinturón de sus pantalones azules, lo aseguró y luego se sentó poniéndose los zapatos negros con cuidado, cuando estuvo listo regresó al espejo y se puso el chaleco, sin dejar de ver su reflejo. Parecía que había rejuvenecido aún más, estaba lleno de brillo, uno propio. Por último se puso el saco y dejó caer los lentes en el puente de su nariz, guardó su celular y las llaves y bajó las escaleras. Una sonrisa tiró de sus labios al escuchar el grito de su pequeña, al verlo estiró sus manos y como un bobo caminó hasta la pequeña caprichosa y la tomó en sus brazos. Erin, su pequeña princesita.
La sostuvo en su pecho, besando sus mejillas y viendo los pequeños rizos cafes que adornaban su cabecita. Llevaba un vestido rosado y unos zapatos negros, Jul había pasado a ayudarlo a vestirlos, ya que había estado atareado con la asociación y con Aurora, que estaba en plenos proyectos del colegio.
—Patrick, ven..., enano suelta a Flame y déjame ponerte el saco —Charles rió al escuchar las quejas de su Aurora. Su reina entró al salón sosteniendo la mano de su hijo, el cual sostenía al gato con fuerza y no dejaba que su hermana mayor lo vistiera.
Su rubio de pequeños lentes redondos, su copia. Erin había sacado el cabello y los ojos chocolates de su madre, mientras que Patrick se parecía a su padre. Unos ojos verdes claros, su cabello rizado y claro, y con miopía. Era su versión pequeña, un coqueto niño que atraía la atención de todos, y más con sus balbuceos y su lanzar de besos.
—Patrick suelta a Flame y hazle caso a tu hermana, cariño. Vamos, que nos hacemos tarde —el pequeño arrugó su boca y terminó soltando al gato, que salió corriendo y Aurora terminó resoplando. Dejó a su hermano en el sillón y caminó hasta el espejo arreglando su cabello y su ropa, estaba creciendo tanto, era una niña preciosa. Había robado su corazón, crecía y se sentía tan orgulloso.
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EL CAFÉ SE ENFRIÓ ( DISPONIBLE EN AMAZON)
Storie d'amoreCuando eres joven quieres comerte el mundo de un solo bocado, quieres experimentar y conocer los placeres de la vida. Besas, haces el amor y tomas su mano, como si de ello dependiera la vida. En su mirada encuentras las respuestas de tu existir y es...