"Mi mejor amigo"

17 4 0
                                    


-¡Billy, ven a desayunar! –Grita mi madre, desde la cocina. -¡Llegaras tarde al Instituto!

-¡Ya voy, má! Ya desperté.

Entro al baño para ducharme antes de bajar, paso por el espejo y noto algo extraño en mis ojos, estos se ven un poco más oscuros que antes, ya mi color café está cambiando a negro.

-¡Billy, si no sales del baño perderás de nuevo el autobús!

-Ya, ya, sólo me daré una ducha rápida.

Termino de ducharme y me pongo la ropa y bajo rápidamente las escaleras.

-Madre, creo que me iré un poco más tarde.

-¿Por qué razón? Vas a perder el autobús.

-Es que debo esperar a alguien.

-¿Una chica? –Dice, con ánimos.

-Hmm... La verdad es que no lo sé.

-Billy, creo que ya no eres un niño para que tenga que decirte que no debes hablar con extraños.

-Lo sé mamá. Pero es por algo importante.

-No es mi problema, si quiere hablar contigo tendrá que esperar o ir a la escuela.

-Está bien.

Al salir de la casa pude ver como se alejaba el autobús.

-¡No! Mierda, no de nuevo.

Empecé a correr detrás del autobús gritando. -¡Chofer, por favor deténgase!

Está vez me escucho y desacelero; entré y vi al fondo a Marcus White, me le quede viendo a los ojos; me giño un ojo seguido de un beso al aire. Creo que es una de las primeras personas que he odiado en toda mi vida. Veo un asiento desocupado y opto por él, a mi lado hay una chica, ella alza la mirada y luego la quita como si tratase de evitarme. No le di importancia he igual tomé asiento.

-¿Es cierto lo que pasó? –Dice la chica, sin despegar la mirada de la ventana.

-Hmm... No lo sé del todo, perdí el conocimiento.-Respondo.

-Soy Gabriela, soy nueva, apenas empecé a clases ayer; pero todos han estado hablando de ti estos últimos días así que tuve curiosidad.

-Un gusto, Gabriela, soy Billy Johnson.

Llegamos al instituto y, cuando me dirigía a mi casillero para tomar mis libros todos a mí alrededor me miraban como si fuese un fenómeno, todos murmuraban. Era una de las cosas más incomodas que había sentido en mi vida. Siento el peso de una mano en mi hombro, giro rápidamente.

-Hola, Endemoniado, creí que con la paliza que te di no volverías más. –Dice, con voz burlona.

-Al parecer te equivocaste, los cálculos y predicciones no son lo tuyo... ¿A qué vienes?

-Quería decirte que mi papá tiene un amigo que hace exorcismos. Por si estás interesado.

-Déjame en paz, Marcus, yo no te he hecho nada para que me hagas la vida imposible.

-Cierto, ya déjalo, Marcus. –Interrumpe, Steven.

-¿Tú que niño bonito? ¿Quieres que arruine esa cara de princesa que tanto aman las chicas de la escuela?

-Déjalo, Steven con los animales no se dialoga.

Me giro para ir a aula de clases y Marcus iba como un toro detrás de mí. Mi comentario lo cabreo demasiado, como para no hacer algo.

NIGHTMAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora