Al otro día Tony despertó sintiéndose calientito y muy feliz. Abrió los ojos y cuando sintió que estaba en brazos de Steve él mismo se apretó más en su abrazo. Una suave risa escapó de su amigo y en cuanto sintió que olfateaba su cabello él también rio.
— ¿Ya no tuviste sueños feos? —preguntó Steve besando su frente.
—No —respondió frotando su cara contra la pijamita de Steve— ¿tú nunca tienes sueños feos? —preguntó al recordar que Steve nunca se despertaba agitado, parecía que cuando dormía se moría hasta al otro día, no había nada que lo despertara más que cuando él mismo tenía pesadillas.
—Creo que no —respondió el pequeño—casi nunca recuerdo mis sueños.
Tony dejó de frotarse contra Steve y levantó la cara para admirar esos hermosos y grandes ojos azules.
— ¿Eso quiere decir que ni siquiera en tus sueños puedes ver a tus papis? —preguntó ampliando más los ojos.
Steve negó con la cabeza.
—Todavía sigo sin recordarlos —murmuró el pequeño con tristeza—y no me gustaría irme con alguien que no recuerdo.
Tony, quien no quería ver a su amigo sufrir, levantó más el rostro hasta que alcanzó la quijada de Steve y le dio un beso tronado.
—Entonces, si llegan a encontrar a tus papis y no los recuerdas, yo mismo te esconderé en mi casa del árbol —dijo con entusiasmo—, nadie puede acceder a ella así que no podrían llevarte.
Los ojos de Steve se iluminaron creando cosquillitas en el estómago de Tony.
— ¿Estás seguro de que nadie podrá entrar? —preguntó Steve con la misma emoción que él sentía.
— ¡Así es! —Gritó a la vez que se sentaba en la cama y alzaba sus brazos—, nadie entra sin mi permiso, así que si yo lo impido nadie podrá alejarte de mí.
Steve se sentó al lado de Tony quien lo tomó de la mano y juntos se levantaron para saltar en la cama emocionados.
*****
—Amanecieron muy enérgicos —mencionó una dulce voz detrás de ellos. Ambos dejaron de saltar para irse a los brazos de María en cuanto estuvo a un lado de la cama—, buenos días, mis pequeños.
Steve sonreía tanto que sus redondas mejillas comenzaban a dolerle. A pesar de que no recordaba a sus padres estaba casi seguro de que nunca había sido tan feliz como en ese momento estando en brazos de esa mujer que hubiera deseado que fuera su madre.
—Buenos días, mami —saludo Tony con mucha alegría.
—Por cierto —dijo María alejándose un poco del abrazo de ambos—feliz cumpleaños mi pequeño bebé.
Tony le hizo una mala cara.
—Ya no soy pequeño —el pequeño se quejó ofendido—, ya soy un niño grande, estoy casi del tamaño de Steve.
María volteó a verlo y ambos compartieron una gran sonrisa.
—Bien, mi niño grande —dijo María apretando la mejilla de Tony— ¿listo para tu festejo de cumpleaños?
El pequeño volvió a brincar en la cama emocionado y se bajó de un gran brinco corriendo por el pasillo. Steve de inmediato se bajó para seguirlo dispuesto a cumplir su promesa de nunca dejarlo solo.
Después de una ducha matutina especial en la que María les dejó hacer burbujas en la bañera y jugar hasta que el agua se enfrió. Se pusieron unos disfraces que Howard había comprado para ese día tan especial y se echaron a correr para jugar en el jardín.
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Inocente atracción (Stony)
FanfictionTony Stark es un niño de cuatro años con una vida perfecta pues sus padres son dueños de una de las industrias tecnológicas más poderosas del mundo. Tony crece bajo los cuidados de sus amorosos padres quienes le proveen una vida lujosa y llena de at...