9. El despertar

8.6K 1.4K 150
                                    

— ¿Estás seguro de que podemos trabajar en tu casa? —preguntó con inseguridad Bruce deteniéndose en el patio delantero de la casa de Tony

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Estás seguro de que podemos trabajar en tu casa? —preguntó con inseguridad Bruce deteniéndose en el patio delantero de la casa de Tony.

Su amigo lo tomó del brazo y lo obligó a entrar a la mansión.

—Ya te dije que mis padres no están y las personas que ayudan en la casa se fueron a descansar, solo estamos Steve y yo —respondió Tony con alegría.

Bruce caminó detrás de él todavía un poco inseguro, ambos cargaban unas botellas con distintos químicos para el experimento que querían hacer.

Las clases se habían vuelto demasiado aburridas para los pequeños genios, por lo que aprovechaban para leer algunas revistas tecnológicas y científicas escondiéndolas en sus libros de texto durante las clases. Después de un tiempo, Tony, había encontrado una sección de experimentos caseros y ambos se entusiasmaron por llevarlos a la práctica.

Bruce, que tenía una cercanía inusual a los profesores, consiguió que uno de sus maestros le diera acceso al laboratorio con la excusa de que querían ver las maquetas que los niños de otras clases habían realizado. Cuando vieron que el profesor se distrajo con algunos documentos, robaron los compuestos que necesitaban para su experimento.

Ahora Bruce se debatía entre seguirle la corriente a su mejor amigo o tirarlos a la basura pues no podía evitar sentirse culpable por robarle a un profesor.

—Deja de lloriquear —dijo Tony con burla—, vamos a hacer los experimentos.

En cuanto llegaron a la cocina dejaron las botellas en la barra y Tony abrió la revista en busca del compuesto que llamó la atención de ambos.

Las instrucciones mencionaban que después de combinar permanganato de potasio con peróxido de hidrógeno crearían un indefenso humo por lo que creyeron que era algo fácil sin riesgo a que se les saliera de las manos.

Tony se acercó a la alacena y sacó un recipiente muy grande donde combinarían los ingredientes. El pequeño genio vació la botella de permanganato en el gran recipiente y destapó el del peróxido.

— ¿Estás listo? —preguntó su amigo creando una atmósfera de misterio.

Bruce sonrió y volteó a ver la botella de permanganato, había algo que no cuadraba en ella lo que le causaba cierta inquietud. Mientras Tony tarareaba una canción de suspenso Bruce le dio un jalón a la etiqueta casi suelta del plástico, leyó lo que tenía oculto y se dio cuenta de que era un compuesto inflamable.

— ¡Tony espera! —gritó Bruce aunque fue demasiado tarde pues Tony vertió el otro compuesto en el recipiente.

En cuanto las soluciones tuvieron contacto, el recipiente explotó tirándolos al piso y creando un pequeño incendio en la cocina.

— ¿Estás bien? —preguntó Bruce espantado a la vez que se reincorporaba para revisar a su amigo.

Tony se le quedó viendo al fuego que se esparcía con rapidez en los muebles de madera de la cocina.

—Puedo solucionarlo —mencionó su amigo sin aliento y de inmediato se levantó con la disposición de echarle agua al creciente fuego.

—No, Tony —intentó detenerlo—, si no salimos de aquí quedaremos atrapados en el fuego.

Bruce tiró de Tony hacia la puerta mientras su amigo se jaloneaba para intentar solucionar el problema. Más pronto de lo que hubiera pensado, el fuego se esparció hacia la estufa y al tocar la conexión del gas surgió una gran explosión que los expulsó de la cocina.

Bruce volvió a levantarse, esta vez con el pánico helando su sistema y al ver que Tony quedó inconsciente por el golpe contra el piso se quedó congelado sin saber qué hacer.

*****

Tony le había platicado a Steve que invitaría a Bruce para hacer experimentos mientras sus padres no estuvieran y como ya lo había visto trabajando en proyectos indefensos no creyó tener la necesidad de avisarles a María y Howard. Aunque después de escuchar la ruidosa explosión y sentir que el piso vibró se arrepintió de no hacerlo.

Saltó de la cama donde estaba jugando y se echó a correr por los pasillos para buscar a Tony. Cuando vio el humo cubrir la primera planta se apuró para bajar las escaleras a grandes zancadas. No tardó mucho en buscar porque vio que Bruce arrastraba a Tony tosiendo y llorando.

Al verlo inconsciente chorreando una cantidad considerable de sangre algo se encendió en él. Sintió una corriente abrasadora de calor que lo embargó con tanta fuerza que lo dejó sin aliento por un momento. Casi al mismo tiempo sintió que su cuerpo se fortalecía sintiéndose capaz de cargar un carro él solo por lo que corrió hacia Bruce, cargó casi sin esfuerzo a Tony sobre su hombro y con su mano libre tomó de la cintura al otro niño echándose a correr entre el humo buscando la puerta de la salida. En cuanto la encontró la empujó con fuerza logrando romperla para salir hacia el aire fresco del patio y atravesar la calle para poner a los chicos a salvo.

Los vecinos no tardaron en hacerse presentes, los ayudaron curando las heridas de Tony y otros llamaron a los bomberos para que apagaran el progresivo incendio.

La herida de su amigo no necesitó de mucha intervención, en cuanto lo dejaron en la acera, Steve se sentó a su lado y lo jaló sobre su regazo. Lo acarició intentando despertarlo, tenía que saber que estaba bien, deseaba escuchar su voz.

Las sirenas de los bomberos se hicieron escuchar por toda la calle y poco después comenzaron a hacerse cargo del incendio que para ese entonces ya había cubierto toda la mansión.

Steve sentía un gran peso en su corazón que crecía a medida que pasaban los minutos y Tony no despertaba. Eso sumado al calor sofocante de su cuerpo hacía que se enfureciera y gruñera disgustado.

Después de lo que se sintieron como horas por fin Tony despertó, aturdido, parpadeando, sin poder enfocar su mirada. Steve suspiró aliviado y hundió su cara en el cuello de Tony. Lo olfateó con fuerza apreciando que en ese momento olía mucho mejor que antes. En cuanto sintió que su amigo se estremeció en sus brazos se alejó para mirarlo, encontrando a Tony viendo la mansión y poco después comenzó a llorar desconsolado.

— ¡Es mi culpa! —Lloraba Tony con gran angustia— ¡yo no quería que esto sucediera!

Steve intentaba consolarlo y por más que le decía que no se preocupara, su amigo no dejaba de culparse y llorar a gritos como si lo estuvieran torturando.

De pronto sintió algo extraño en su sistema, como si fuera una extremidad extra que pudiera controlar a voluntad. No era algo físico, era algo que no podía ver, pero sí sentir. Por lo cual lo desplegó alrededor de Tony quien aspiró con fuerza y se acurrucó contra su pecho aminorando su llanto hasta que solo sollozaba sin despegar la cara de su pecho.

Bruce, quien se había mantenido muy quieto mirando aterrado el gran incendio, salió de su trance y se acercó a él con la cabeza gacha. Se recargó en su espalda aspirando con suavidad sobre sus omóplatos.

Steve de alguna forma se sentía dueño de la situación aunque no entendía de qué forma, simplemente se sentía confiado como si sus brazos y esa cosa que podía desplegar fuera suficiente para poner orden a su entorno.

*****
¿Qué será lo que pasó? 🙊🙊🙊
*****

Inocente atracción (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora