III

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Treinta y cinco..

Treinta y seis...

Treinta y siete...

Hay 37 pasos desde mi casillero hasta la puerta del salón. Joel camina a mi lado mientras cuenta conmigo en voz baja. Ya no hay personas en el pasillo, así que el silencio nos permite contar con mayor facilidad.

-¿Cuantos pasos son?- me pregunta cuando entramos al aula. Frunzo el ceño y el solo niega con la cabeza. ¿Que le molesta?

Decido ignorarlo y me pierdo en mi mundo de imaginaciones y pensamientos. Los últimos días han sido bastante pesados, mucha tarea, poco tiempo y peleas de Denn.

Odio que los maestros exijan trabajos por el simple hecho de que son los últimos días del semestre. Los odio.

Me siento en mi lugar correspondiente, mientras hago berrinches por el exceso de estrés para una adolescente y maldigo por el estúpido y opresivo sistema educativo.

El maestro entra al salón. No recuerdo su nombre y me da igual, solo se que tiene cierto odio hacia mi y no se porque. Me mira entrecerrando sus ojos, lanzándome una mirada cargada de odio. ¡Tranquilo! Solo soy una estudiante.

-Espero compañera Lauren, que no vuelva a interrumpir mi clase como hace unos dias- me sentencia el hombre de bigote exageradamente teñido, que lanza otra de sus miradas venenosas ha mi amigo -Lo mismo para usted compañero Joel.

El cinismo de Joel es exorbitante ya que se ríe maliciosamente cuando el profesor lo amenaza. ¿Como es que hace algo así? Quizá y yo soy muy miedosa y no me atrevo a desafiar las políticas de los profesores.

Quisiera contarte que paso en la clase, pero sinceramente no preste atención. Como te lo imaginaras me perdí en mis pensamientos comenzando a soñar despierta. Recordando las escenas de algunos libros que me gustan.

Mi vista pasea por los alumnos que fingen prestar atención al viejo bigoton con injerto de merolico que nos habla sobre no se que de la importancia de la Energía cinética que genera un coche al avanzar, tema que no me interesa.

Mis ojos se detienen el perfil de mi amigo que escribe en una pequeña hoja y la pasa hacia un compañero. Joel a simple vista es "guapo", su cabello rubio hace que su piel se vea aun mas pálida. O mejor dicho, parece un personaje de los Simpsons por que luce todo amarillo. Lo único que contrasta son sus ojos azules.

Quizá sea un poco enfermo "comerme" a mi mejor amigo Gay, pero para mi y para el ya es completamente normal.

Su mano se estira en mi dirección y sobre mi mesa deja una hoja doblada. Frunzo el ceño, lo miro y esta riendo. Este hombre si que es raro.

~Lauren, creo que estoy embarazado~ me dice en la nota, frunzo el ceño y contesto.

~¿Que tonterías dices?~ le regreso la hoja, que segundos después regresa a mis manos.

~Es tuyo, me embarazaste con tus miradas violadoras :3~ me sonrojo y blanqueo los ojos. La risa de Joel hace eco en el salón.

~Quisieras~ le respondo de regreso y el vuelve a reír. El maestro mira hacia nuestra dirección y nos regaña con la mirada. Joder, problemas.

~Lastima que no me van las mujeres~ responde con rapidez y yo entrecierro los ojos cuando lo veo.

~Idiota~ el suelta carcajada resonante.

-Esta muy entretenida su platica compañeros- aclama el hombre del bigote, que nos mira con sus ojos profundos -Cuenten el chiste, también nos queremos reír.

-Estabamos analizando su belleza, querido profesor - exclama Joel con un cinismo puro de el.

Y entre reclamos de parte del profesor que decido ignorar. Nos ganamos una gloriosa y relajante expulsión de su clase. GE-NI-AL todo por culpa de Joel.

Un beso de película [AF #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora