XII

2 0 0
                                    

Huele a flores.

Si, a flores frescas.

También huele a hospital. El olor a desinfectante y alcohol me marea. Me da asco.

Un «Pip» continuo se escucha lejano.

Abro los ojos, de manera lenta y pesada. Me cuesta hacerlo.

—¡Ya esta despertando! —exclamó alguien. Estaba confundida, desorientada y con el olor a hospital asqueandome.

Parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la tenue luminosidad de la habitación.

—Lauren —me nombran con una voz tan profunda y gruesa que logra hacerme estremecer. Su cabello castaño esta despeinado, sus ojos azules están hinchados y son adornados por ojeras.

—¿Que haces aquí? —vocalizo con dificultad. Entro en pánico, busco con desespero a mi madre entre la gran habitación donde me tienen encerrada—. ¡Mamá!, ¡Papá!

—¿Papá?, tu mamá esta en tu casa, descansando —resuelve él, apartándose de mi. Se sienta en una silla que esta al costado de la cama, todo él es un desastre.

Se mira desvelado, angustiado y cansado. Pero sus ojos azules brillan con intensidad.

—¿Pero... Y mi papá?, ¿Y Joel? —murmuro mirando a las 4 paredes que nos rodean y la cortina que esta detrás de él. Son blancas, con mosaicos ligeramente amarillos hasta la mitad de la altura. La cortina es azul claro y supongo que me divide del paciente que esta a mi lado.

Frente a mi cama esta otra, con un niño pequeño dormido. Su madre sostiene su mano y lo mira con ternura.

—Tú... Tú padre esta... De viaje —responde nervioso. Recupera su postura y rápido dice—. Joel fue a casa, vendrá en la mañana —responde él, mirándome. Siento su vista azulada clavada en mi perfil.

—¿Qué hora es? —cuestiono buscando algo, no se— ¿cuánto tiempo dormí?, ¿que hago aquí?

—Es de noche, debes dormir —Evade mis preguntas. Deja de mirarme y su vista se pasea por las demás camillas ocupadas.

Hay 4 camillas en total. No todos están divididos por las cortinas, solo la que esta a mi lado.

Hay 2 niños y yo. Y no se quien se encuentre tras la cortina.

—Dime, Oliver —ordeno dejando de analizar mi exterior pero él no voltea.

El olor a hospital me golpea con fuerza, me asquea una vez más. Hay flores en una repisa en la cabezera de mi camilla y en la cama de la niña de enfrente.

—Duermete un rato, Lauren —Su voz sonó ronca, cansada. Excitante para mis oídos. Acerco una mano a mi, para acariciar mi cabello y me alejé. Estaba molesta de que tratara de ocultarme las cosas—. Por favor.

—Dime.

—Tu siempre haces las cosas complicadas —reniega pasándose una mano por el cabello. Suelta un suspiro largo, y frota su rostro con ambas manos—. Te desmayaste en la escuela. Son las 2:10 am y por eso debes dormir.

—Fue un buen sueño de 16 horas.

—Tienes 5 días dormida, Lauren. —replica Oliver. Mi boca se abre sorprendida, me acomodo en la cama para sentarme.

«5 días dormida»

¿Pero que me pasó?

Por un instante sentí el tiempo detenido. Había entrado a una especie de trance donde lo único que sabía y se repetía con constancia era que había dormido 5 días.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 09, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un beso de película [AF #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora