VIII

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—¿Que haces aquí?

Me veo preguntando cuando limpio mis manos con el trapo de la cocina.

—Aqui vivo, amor mío —blanqueo los ojos por que se que en parte es cierto. Lanzo el trapo hacia el fregador y quito el bello y para nada femenino, mandil rosado con las princesas de Disney, dejándolo colgado en el respaldo de una de las sillas del comedor.

Resoplo apartando los mechones que han escapado de mi fleco, pero estos se niegan a retirarse de mi frente sudada. ¡Asco!, hago una mueca y paso una mano quitándome el exceso de sudor.

Miro a la intrusa en mi casa que escribe en su celular, seguramente esta robando mi Wi-Fi y no podre evitarlo. Así es ella.

—Alimentame —ordena y la miro confundida. ¿Como ha dicho? ¿Que la alimente?.

—¿Ahora soy tu esclava? —Ella asiente sin apartar la vista de su celular, provocándome unas intensas ganas de quitárselo de las manos para lanzarlo por la ventana. Pero me contengo y regreso mi vista hacia el refrigerador para ver que comeremos.

Muero de hambre, me pase parte del día limpiando y no he ingerido alimento desde hace rato. La casa consume mucho mi tiempo.

Dispuesta a sacar unos cuantos recipientes con comida para calentar, la puerta de entrada es golpeada con súbita fuerza y le indico a mi amiga que se digne de mi, para que abra a quien sea que toca.

Introduzco los recipientes al microondas. Mi método de supervivencia mas efectivo, porque la pereza es mas fuerte y cocinar consume aun más el tiempo que me puede quedar para holgazanear.

Los insultos comienzan a escucharse en la entrada de mi casa, y de un momento a otro pasan a ser gritos. Corro hasta la entrada para ver que sucede, porque estoy preocupada por ellos. Denn y Joel nunca habían llegado al grado de gritarse, o bueno si, pero no de la manera en la que lo estaban haciendo.

Ella le reclamaba mientras él buscaba defenderse y aseguraba de que no tenia la culpa. ¿Pero la culpa de que?

Como diría mi mamá: "Aquí hay gato encerrado".

Los miro confundida, mientras ellos buscan tranquilizarse y evadirme. Denn tiene la mirada perdida en el suelo y Joel pasea su mirada por mi y Denn.

—¿Te quedas? —le pregunto provocando que mi amiga clave su mirada en él. Como si esperase deseosa su respuesta.

El silencio se hace presente y Joel me mira. Sus ojos azules me enfocan completamente, algo en él lo aflige y lo sé.

—No —responde secamente, mira el suelo y me regresa la mirada, como si tuviera un dilema en su interior— No creo, hoy llega Oliver.

—Todo estara bien —Le sonrío cuando me acerco a abrazarlo. Sin duda ya entendí porque se siente acomplejado.

—Mas tarde regreso —avisa para después marcharse. Regreso la mirada a mi querida y rizada amiga que tiene un semblante serio y parece que en cualquier momento se desmoronara en llanto.

Todo esta mal. Pero ¿Que esta pasando?. Hay tantas cosas de las que no tengo conocimiento y pasan alrededor de mi.

Suelto un suspiro y cierro la puerta. Miro a Denn esperando a que me de una explicación, pero no. Solo se mantiene en silencio, me dice que se marcha y lo hace. Me deja sola en la entrada de mi casa.

Observó por unos segundos la puerta sin saber que hacer. Me llevo las manos a la cabeza y  regreso a la cocina.

Tras varias horas de mas aseo y comer. Me encuentro en mi habitación buscando lo necesario para darme una larga y placentera ducha. De esos baños que te hacen reflexionar, analizar y dar posibles soluciones a problemas aun no sufridos.

Un beso de película [AF #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora