VI

5 0 0
                                    

Mi mente estaba totalmente en blanco, mi conciencia se había ido por algún lugar en no se donde. Todo era tan difuso al mi alrededor que ver al chico de los lentes me saco de mi trance, estaba enmudecida y con miedo a como fuese a reaccionar mi cuerpo ante el galán frente a mi.

El miedo carcomía mi interior, pero quizá debido a mi inconsciencia y falta de concentración, ahora me encontraba bailando con aquel desconocido en medio de la pista improvisada.

Con mi inexperiencia en esto del baile, mi mayor preocupación era pisar los pies de mi acompañante. El alivio inundo mi cuerpo, cuando una canción lenta comenzó a sonar. Si, era alivio. Por que por lo menos así, era menos probable cometer alguna estupidez.

Aunque debo decir que me sentía realmente cómoda con este chico y en un acto reflejo, me veía apuñando su camisa, así que con toda la pena del mundo, me sentí obligada a deshacer mi agarre.

Mi mano posaba sobre su hombro y la loción que usaba, inundaba mis fosas nasales. Era como una caricia su ligero aroma varonil.

Aun sin saber bailar, me era muy fácil seguir su paso y lograr que nuestros cuerpos danzarán como si estuviesen destinados. A pesar de la musica escandalosa, el momento era mágico.

Pero todo tiene un final, y el nuestro llego varias canciones después. Justo, cuando se celular comenzó a vibrar y rompimos nuestro acercamiento para que el respondiera.

Fue ahí donde el razonamiento regreso a mi y totalmente apenada me aleje de él. Ahora me sentía avergonzada, sin embargo no encontraba un porque de mi sentir. Una mano sujetaba con delicadeza mi brazo y mi mirada viajo hacia quien mantenía su agarre en mi. Con el celular en la oreja me sonrió y yo devolví el gesto con timidez.

¿Quien era este chico?

Mi cabeza tenia muy presente esa pregunta. Pero ¿Porque no le preguntaba? No lo se, quizá porque un nudo se había formado en mi garganta y al parecer, no tenia ganas de desaparecer. O probablemente por el hecho de que me ponía nerviosa. Su mirada obscura me analizaba a través de aquellos lentes "hipsters", como si pudiese ver dentro de mi.

Aparto el célular de su oreja y lo guardo en su bolsillo. Me perdí en la perfección de sus facciones y debo decir que el chico es casi o mas guapo que Joel. Su frente pequeña, cejas gruesas y delineados, grandes ojos castaños. Nariz pequeña y respingada, labios gruesos y un ligero crecimiento de barba. Su cabello lacio castaño, alborotado y con mechones apuntando a todas direcciones. Dure hací durante minutos y al parecer, el también me analizaba con detenimiento. Ambos estábamos sumidos en silencio, a pesar de la musica ensordecedora.

-¡Harold!- chillo alguien rompiendo nuestro contacto. Busco con la mirada a quien emitía el sonido tan irritante que sobre pasaba la musica -Hasta que te encontramos.

-Hola Dan, ¿Que necesitaban?- cuestióno Harold sin dejar de mirarme. Sin duda esto comenzaba a incomodarme, pero no hacia nada para alejarme de ahí. Quizá, por el simple hecho de que no quería irme.

-Nada, solo queríamos saber donde estabas. Pero, al parecer interrumpo algo- bromeo mirándome, una sonrisa tímida se formo en mis labios y el castaño a mi lado, soltó una encantadora carcajada.

-Interrumpes mucho, querida- reclamó Harold con una deslumbrante sonrisa. Me sentía derretir al verlo, tan guapo y tan, tan, tan guapo. Me encantaba -Asi que puedes dejarme con la señorita.

-No, no es necesario... Tengo que irme- escupí al recordar que no me encontraba con mis amigos y que debíamos regresar a casa -Adios Harold, fue un gusto bailar contigo.

-Adios- musitó a mi oído cuando me abrazo por sorpresa. Di un salto por el gesto, pero mi cuerpo se relajo al sentir el contacto. Debo admitir que era extraño, vaya que lo era, pero no me veía en la mas mínima intención de separarme ni el tampoco.

Un beso de película [AF #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora