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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen. Sólo uso los personajes para entretener.

Nota de la Autora: Hechos ocurridos después de Civil War (MCU).

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Tres años han pasado después de la guerra civil. Tres años donde por primera vez, Steve Rogers vivía como un prófugo de la justicia. Todo por culpa de esos malditos acuerdos de Sokovia que no quiso firmar. Más de no querer firmar, simplemente no podía.

Tener una vida oculta tras las sombras era muy difícil, más en este siglo donde la tecnología te podía descubrir en un abrir y cerrar de ojos. No era para nada sencillo. Con el pasar del tiempo, Steve Rogers lucía una barba bastante cultivada pero no descuidada, su cabello era un poco más largo y opaco, se notaba que los años habían estado pasando por su cuerpo.

A veces pensaba como lo hacía Natasha, al tener que ocultarse o tratar de obtener otra identidad. Algo había aprendido de ella para no ser descubierto. Pero se le hacía difícil sin su ayuda. Él no era un espía, jamás se formo en eso. Lo único que podía hacer por ahora, era permanecer en aquella cabaña oculta en alguna parte del mundo.

Ahora que lo pensaba, sin la ayuda de Natasha, los demás seguirían encarcelados. Después de dejarla en Kiev ¿donde se encontraría ahora?

Estaba solo en aquel refugio. Sus demás compañeros decidieron escabullirse por otros lugares, con el plan de que es mejor que estén repartidos a que los atrapen a todos juntos. A Steve le pareció una buena idea.

Su ubicación era en los Alpes Suizos. Le pareció un buen lugar para vivir como lugareño. Sólo bajaba al pequeño pueblo un par de veces al mes para realizar compra de víveres, cosas de aseo personal y algo de ropa. Hoy tocaba ir. Había regresado no con muchas cosas, ya que el mes pasado le sobró casi la mitad de comida.

La pregunta era ¿cómo conseguía dinero? Fácil. Scott Lang era experto en realizar negocios. No, no había regresado a su "antiguo" oficio, pero él se las arreglaba para conseguir dinero suficiente y poder repartirlo a sus compañeros. Steve agradecía mucho aquel gesto de Antman.

Dejó las cosas encima de la mesa de madera que tenía y se dirigió a la pequeña salamandra. Tomó un par de troncos bien gruesos para echarlos dentro. Sacó de su bolsillo una caja de pequeña de fósforos, prendiéndolo y tirándolo dentro. Cerró la pequeña puerta y veía como empezaba a encenderse de a poco la leña seca, ya que comenzó a salir humo. Se sacudió las manos y volvió a la mesa para ordenar los víveres en la alacena.

Terminó su tarea y colocó un poco de agua en el calentador. Estaba empezando a hacer frío y necesitaba generar calor en el cuerpo de alguna manera.

Se giró hacia el mueble de la cocina para sacar el tarro de café y sintió un ruido afuera, justo daba a la ventana, como si se tratasen de pasos. Si es que era una persona, era bastante sigilosa. Hizo caso omiso a eso y continuó con la preparación de su brebaje de cafeína y sintió más pasos afuera. Esto ya era demasiado sospechoso. Si fuera alguno de sus compañeros utilizaría la contraseña que tenían siempre de cómo tocar la puerta. Un escalofrío recorrió desde su cuello hasta la punta de los pies. Era imposible que alguien lo encontrase en este lugar tan alejado de todo.

La tetera de pronto empezó a sonar, haciendo cuenta que el agua ya estaba en su punto máximo de ebullición. Steve apagó la cocina para que dejase de sonar y lentamente se acercó a la puerta, manteniendo una de sus manos al costado izquierdo, donde tenía un arma.

Abrió la puerta de la cabaña y no había nadie. De todas formas, salió un par de pasos afuera para asegurarse de que tal vez era algún pájaro o animal que andaba por ahí. No vio absolutamente nada. Recorrió el perímetro de la casa tratando de encontrar algo y tampoco nada. Se encogió de hombros volviendo a la entrada, cerró la puerta y lo que vio dentro jamás se lo había esperado.

—  ¿Viste un fantasma? —Respondió aquella voz—. Revisé el perímetro. Estás alejado de todo. Bien hecho Steve...

— ¿Cómo...?

— ¿Que cómo te encontré?... Olvidas que soy espía...

Su corazón casi se sale de su garganta al verla ahí, en su casa, en su comedor, sentada tomando un café bien cargado y al frente había otra taza preparada que supuso, era para él.

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[Continuará...]

¡Hola!

Esta historia será cortita. Fue algo que se me ocurrió de pronto, no puedo parar de escribir y mi mente me dice que debo escribir jajajajaja. Dedicado a todas las personas que me leen a diario, leo cada uno de sus comentarios y también agradezco sus votos. Lamento si hay errores de escritura, iré editando de a poco.

¡Saludos a todos! _o/

Atte,

Kuchi_

Three Years LaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora