-10 [FINAL]-

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen. Esta historia si.

Notas de la autora: Contenido para +18. Si eres menor de edad lee bajo tu propio riesgo. No pago el psicólogo (?) Y lo que ya saben, letra cursiva es flashback.

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Así pasaron varias semanas, donde ambos ex agentes de SHIELD empezaron a convivir juntos en los Alpes Suizos, como un equipo, claro está.

Los días, tardes y noches que pasaban, Steve ya tenía claro quién era para él ahora Natasha Romanoff. Ella era clara, precisa, y si antes confiaba en ella, ahora lo hacía a ojos cerrados. De verdad, estaba muy agradecido en estos momentos con su compañía, porque, siendo sincero consigo mismo, le hacía falta su cable a tierra.

Y era ella.

Porque, a pesar de tener a sus amigos de su lado, que lo apoyaban constantemente, sin Natasha se sentía de alguna forma vacío. La ahora rubia, siempre había sido su pilar, alguien en quien poder sostenerse cuando nadie podía con él. Ella tenía la capacidad de hacer recapacitar a Rogers en varias decisiones, lo hacía dudar, pensar, ver y analizar las cosas desde otra perspectiva. Eso lo aprendió de ella, además de ser un casi 'agente' encubierto o, mejor dicho, como un prófugo de la justicia, porque esa era su realidad ahora. Y tenía que aprender a vivir con aquello.

...

Eran las dos de la madrugada y ninguno de los dos podía conciliar el sueño. Steve estaba de su lado de la cama, intentando descansar y Natasha estaba leyendo aquella obra de George Orwell "1984".

Extrañamente, ese día, Steve andaba de pésimo humor. Natasha se percató de esto y no quiso molestar a su compañero, pero también tenía la duda de qué estaría pensando el rubio. De todas formas, a pesar de que ella es terca, no lo iba a obligar a conversar si él no quería.

De pronto, Steve sintió que la rubia dejó aquel libro en la mesita de noche y de paso, apagó la luz para acomodarse a dormir. Se cubrió con las colchas y se metió un poco más al fondo.

Silencio.

Y el problema era, que ahora sí quería hablar. Pero siendo tan tarde, ¿sería pertinente? Él tampoco quería molestarla, pero, ya sabemos que a Steve todavía le hacen falta años de entrenamiento como espía.

—¿Qué pasa? ¿no puedes dormir? —escuchó su voz finalmente. Él se quedó callado unos minutos, como si le intentase decir que estaba profundamente dormido, pero Natasha insistió —, ¿Steve?

Su compañero se volteó a verla, topándose con aquellos orbes verdes que amaba ver cada día. Natasha pudo observar en la mirada de Steve preocupación, nervios, tal vez un poco de miedo. Y ella quería saber que era lo que pasaba por su mente y poder ayudarlo.

—Lo siento, no quise...

—Dime —por primera vez, empezaba a insistir—, hace semanas que estás extraño. Desde esa vez que te dio la crisis de pánico camino al pueblo... me dejaste preocupada.

—No es nada, son... preocupaciones que no deberían interferir —se excusaba.

—Créeme que esas "preocupaciones" que dices, te tienen así de alerta, deberías contarme... pero no te obligaré si no quieres. —Le respondió encogiéndose de hombros. Steve cerró sus ojos, soltó un suspiro y comenzó a hablar finalmente.

—Son varias cosas la verdad. Principalmente porque... —Steve mojó sus labios y continuó— esta vida es extraña para mi...

— Vivir entre las sombras —afirmó, no preguntó. Steve a veces pensaba que ella le leía la mente con algún aparato— No es tan difícil cuando te acostumbras...a veces es lo que te toca vivir y debes aceptarlo.

Three Years LaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora