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Notas de la autora: Sólo quiero agradecer a todos ustedes por haber votado la historia. ¡En menos de una semana ya casi cumplirá 100 votos! QUE RAYOS LES PASA, VAYAN A ESTUDIAR, A TRABAJAR -Joda- 

No de verdad, gracias por sus votos y comentarios :)

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—¿La estufa la dejarás así prendida? —dijo un poco preocupada.

—Si, con el frío la leña se apagará, no te preocupes por eso. —colocó ambas manos en sus caderas. Natasha asintió entendiendo la respuesta y le indicó que entraran a la habitación. Él, muy obediente, la siguió, cerrando la puerta tras de sí.

Natasha sacó de su bolso un pequeño cepillo de dientes y se dirigió al baño para cepillárselos. Steve aprovechó el momento donde la rubia estaba ocupada y salió de la habitación hacia el comedor, donde había dejado su chaqueta colgada. Sacó algo y salió un poco afuera de la casa.

Terminó de cepillarse sus dientes lista para emprender el sueño cuando nota que Steve no estaba en la habitación. Inmediatamente pensó que debía estar acostado ya en aquel sofá. No lo pensó dos veces y fue a buscarlo para regañarlo, pero no estaba ahí. Su cara era un signo de interrogación notorio ¿dónde se habría metido?

De pronto, notó que la pequeña luz que estaba afuera de la cabaña estaba encendida. Abrió la puerta con cuidado y miró hacia su izquierda y no podía creer lo que veían sus ojos. Steve Rogers estaba fumando un cigarrillo.

Parpadeó más de dos veces para poder creer lo que veía y si, era él. Ahí de pie, mirando el cielo estrellado y botando humo por su boca.

—Esto sí que no me lo esperaba —Natasha dijo interrumpiendo sus pensamientos. Él volteó hacia donde veía su voz y le devolvió la respuesta con una sonrisa de medio lado—. No sabía que fumabas...

—No es siempre —respondió—. A veces, me dan ganas de fumar un cigarro. Quizás por el frío o porque no tengo mucho que hacer —se encogió de hombros y luego volteó a preguntar—. ¿Quieres uno?

—Tal vez mañana te acepte uno, acabo de cepillar mis dientes. —vio nuevamente al rubio llevar aquel cigarrillo a su boca y exhalar aquel humo del tabaco. Quería decirle algo, pero no sabía muy bien como él lo tomaría, pero tampoco es que le importaba. Así que disparó— ¿Puedo decirte una cosa?

—¿Qué pasa?

—Te ves muy varonil con ese cigarrillo Steve.

El ex soldado soltó una risa nerviosa por aquel comentario de su amiga. Ella siempre era así, directa y decía lo que pensaba y sentía. Sin pudor, algo que él admiraba mucho de ella. Y la verdad era, que no tenía idea que responder frente a eso ¿un gracias? Natasha sabía muy bien cómo incomodarlo.

—En realidad —comenzó—, me veo como un anciano fumando —no supo cómo rebatir eso y fue lo único que se le ocurrió responder.

—Bueno, técnicamente eres un anciano, como de noventa y tantos años, ya perdí la cuenta —dijo achicando sus ojos al intentar calcular cuántos años tenía Rogers actualmente— Y para ser un abuelito te has mantenido bien, lo digo por el frío claro está.

—De verdad, extrañaba estas conversaciones sin sentido contigo, Nat —tiró la colilla del cigarro al suelo y puso ambas manos en sus bolsillos del pantalón.

—Bueno, imaginé que estarías solo, sino con Sam, son inseparables ustedes dos —se cruzó de brazos de pronto, ya que había empezado a correr un poco de viento frío.

—¿A dónde te fuiste todo este tiempo Natasha? preguntó Rogers con un tono de melancolía, que ella pudo notar—. Te busqué y no tenía señales de ti...

Ella al escuchar aquella pregunta, le indicó que mejor entrasen, ya que la casa se iba a enfriar. Steve la siguió y cerró la puerta, asegurándola con algunos candados. Natasha sentía como su cuerpo se enfriaba de a poco, así que de la nada entró a la cama del rubio para cubrirse. Parecía una niña pequeña. A Steve le dio un poco de ternura aquella acción de la ahora rubia Natasha Romanoff. Como Natasha aún no respondía su pregunta, decidió consultar otra cosa para relajar el ambiente.

—¿No que te acostumbrabas rápido al frío Nat? —preguntó él.

—Antes de ser espía también soy mujer, y las mujeres tenemos frío —argumentó la rubia, mientras cogía un poco más de la manta de lana para cubrirse los brazos. Aunque si fuera por ella, se tapaba hasta la cabeza, pero no lo hacía por mantener su dignidad.

El rubio se sentó al borde de la cama y empezó a desabrochar sus botines, dejándolos a un lado de la cama. De pronto notó que ya no estaba solo ahí y tenía que desvestirse frente a Natasha. Bueno qué más daba, habían pasado tantas cosas juntos que el quitarse los pantalones no era nada del otro mundo que no haya visto su compañera. Se levantó para quitárselos y de pronto, escuchó su voz nuevamente.

— Estaba en Rusia —Natasha respondió citando la pregunta que Steve le había hecho hace unos minutos atrás—. Fui a encontrarme con mi hogar, me hizo bien.

—Nat, no es necesario que me cuentes, es decir, si te hace sentir incómoda...

—No, está bien. Quiero contarte —lo interrumpió ella—, además... después de que te ayudé con Bucky ese día... desaparecí por completo del radar y creo que mereces saber...

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[Continuará...]

Aquí tienen la cuarta parte. Espero que les haya gustado. Y sólo vengo a decir que quedan sólo 19 DÍAS PARA INFINITY WAR

- Actualización 26/05/2019 -

Que recuerdos...cuando esperábamos Infinity War y éramos felices... que ilusos fuimos :(

Estoy actualizando los pie de página y me encontré con esto. Veamos que sigue xD.

PD: ¡Gracias a todos por leer, comentar y votar esta historia!

Atte,

Kuchi_

Three Years LaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora