Cap.4: Me despido de Jack Walder.

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En la mañana sentía mi cabeza arder como nunca, aun llevaba puestos los jeans y el polo de la noche anterior y los zapatos habían quedado esparcidos por el cuarto. Cuando logre ponerme de pie caminé hacia el baño y me quite la ropa para tomar una larga ducha, al salir me puse ropa cómoda y deje mi cabello húmedo tomar la forma que quisiera. Fuí a la cocina pasando junto al inconsciente cuerpo de mi hermano que yacía en el sofá y me serví un vaso de jugo. Tomé unas cuantas pastillas para el dolor de cabeza y me senté en el sofá mas pequeño de la sala. No fue hasta que mire mis notas y mi computador sobre la mesa que recordé a Jack, y mi cita con el hoy a las 9. Fue como si acabara de despertar. Corrí a mi cuarto y busque el teléfono. Las 8:45, cancelarían mi cita. Tome un lápiz y papel y le deje una nota a Matthew ¨ tuve que salir, cosas de la universidad, come algo y vete cuando quieras ¨. Con solo mi celular y unas cuantas notas corrí (literalmente) a tomar un taxi, por gracia divina, el chofer no era el hippie marihuanero de la otra ves, era tarde así que debía apresurarme si quería llegar a tiempo y que no cancelaran mi cita, pero antes tenia que hacer algo, una breve parada que mas tarde les contare cual fue, luego de eso el chofer me llevo a la cárcel estatal sin fijarme en mi look de pordiosera. Apenas pague el taxi corrí a la entrada, le entregue mi pase al de seguridad y entre, no se si solo yo lo sentí así pero la rutina para dejarme entrar estaba tardando diez veces mas que la ultima ves, ya frente a la puerta, a punto de entrar me fije en mi terrible aspecto, mi cabello parecía la versión femenina del rey león. Traía un polo por lo menos dos centímetros mas corto de lo que debería, y unos jeans, que en su momento parecían una buena elección… Para quedarme en casa limpiando. Suspiré y abrí la puerta, había dejado el celular afuera pero la ultima ves que vi la hora eran las 9:06, Jack estaba sentado en la silla de enfrente y me miro al principio confuso y después divertido, lo curiosos es que no se fijaba en mi ropa, me senté frente a el. 

-Perdón por llegar tarde –dije y el sonrío.

-Malgastas mi preciado tiempo en prisión llegando tarde, tengo muchas cosas que hacer ¿sabes? Por que el hecho de que tenga cadena perpetua y aislamiento no significa que no tenga planes -sonreí y me aparte los mechones de pelo de mi cara- hola Christine.

-Hola Jack.–deje mis notas sobre la mesa acompañada de una bolsa marrón de papel.

-¿No te dio tiempo a desayunar?

-Es tuyo.–dije.

-¿Mío? –me miro confundido y yo asentí, luego miro a los guardias detrás de el.

-Tranquilo, los de allá afuera ya revisaron, no es droga.–fingió un puchero y luego tomo la bolsa y la abrió.

-Una hamburguesa.–dijo.

-De McDonnalds.

-¿Así que casi me dejas plantado por parar a comprar una hamburguesa de queso?

-Pues pensaba comprarte una cajita feliz.–sonrío y la saco de la bolsa.

-No acepto sobornos Christine.–mordió la hamburguesa.

-Estaba pensando en lo que dijiste ayer –organicé mis notas y las puse frente a mi, tratando de apartar lo mechones que insistían en entorpecer mi visión- lo de que no tenia las preguntas pero quería las respuestas, y creo que tienes razón, es por eso que volví a leer el articulo –el asintió mientras se concentraba en su hamburguesa- y creo tener las preguntas correctas.–me miro unos segundos.

-En ese caso, yo tengo las respuestas.

-Bien. Mi primera pregunta es: ¿fue premeditado? –el sonrío, al principio parecía divertido con esto y luego esa simple sonrisa se convirtió en una risa, se estaba riendo en mi cara- ¿Ahora que?

psicología de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora