capitulo 30

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BYRON:
He llegado a la conclusión de que las matematicas se la pueden comparar con la vida misma.
Cuando uno es bebe, siente la curiosidad de querer dar sus primeros pasos, dejar los pañales, pronunciar las primeras palabras. Sin embargo, con el correr del tiempo, nos damos cuenta de que la vida es mucho mas que solo caminar, hablar y hacer nuestras propias necesidades en el baño.
Si nos ponemos a analizar con profundidad, lo mismo pasa con las matematicas. Al principio uno tiene curiosidad de querer aprender y saber como se realizan las operaciones matematicas, pero luego nos damos cuenta de que hay cuestiones que van mas alla de la suma, resta, multiplicación y división.

El profesor winsky seguia explicando aquel "teorema de pitagoras" que tanto consumía mi cerebro, mientras yo en lo unico que pensaba referido a las matematicas era en contar cuantos minutos faltaban para salir de esta maldita clase.

Tomé mi movil y fijé la vista en la pantalla.

<<Solo media hora Byron, solo media hora>>

Un papel rozó por mi hombro cayendo en mi escritorio. Miré hacia atras. Madison hizo un pequeño gesto para que abriera el papel.

Inmediatamente Aydra apareció en mi mente. El primer dia de clases, en donde yo le arrojaba papeles escritos invitandola a salir.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro.

<<¿Que será de ella?>>

Tomé nuevamente mi telefono y chusmeé los mensajes de textos.
No puedo creer que aún no me haya respondido los mensajes. Y ni siquiera se dignó a venir a clases esta semana. ¿Que le pasaba?

Tomé como ultimo recurso enviarle otro mensaje.

-¿Que sucede que no vienes a clases?¿Te encuentras bien? Por favor respondeme.

Byron

Si no me respondía en estos 30 minutos que quedaban, iría a la casa para obtener una respuesta.

Dejé el movil a un lado y desenvolví aquel trozo de papel que Madison me habia lanzado. No tenía ganas de leer nada. No estaba de ánimo pero lo hice solo porque esta clase me parecía completamente aburrida y necesitaba despejarme un poco.

"Se que quizas no sea el momento pero te he conseguido un traje para mañana"

<<Oh no...la fiesta>>

Cerré los ojos maldiciendo aquel momento en el que acepté en ir con ella a ese baile de bienvenida.

Otro papel cayó golpeando en mi mano. Lo abrí...

"No tienes que usarlo si no quieres, pero me encantaría verte asi"

Volteé para tenerla frente a frente y le  hice un gesto

*No cuentes con ello*

Pero su gesto de suplica hizo que mi rudo corazón se aflojara enseguida.

-Solo piensalo- susurró con la carita de perrito faldero.

-De acuerdo- respondí con el mismo tono.

<<Que sabado heavy que se viene>>

AYDRA:
No podía responderle, no debía. Lancé el telefono en mi cómoda

<<Lo siento Byron pero no puedo responderte>> dije para mis adentros.

Tomé una frasada y la coloqué por encima de Vani. Nos habia llevado casi toda la tarde preparar nuestros outfits, que se recostó y quedó dormida en el sofa.

Acaricié su hermosa melena y me dirigi una vez mas a mi habitación.o

No tuve mejor idea que pasar y ver mi reflejo en aquel espejo.

<<El collar>>

Me toqué el cuello.

<<¿Que debo hacer?>>

Vanille estaba en lo cierto cuando dijo que era indecisa. Porque realmente lo era.

Me costó como 10 minutos decidir si quitarme aquel amuleto o no. Sin embargo opté por la opción de sacarmelo. Si llegaba a pasarle algo, no se que haría.

Lo coloqué en su lugar y lo guardé en mi mochila. Lugar en donde nunca debió haber salido.

Unos golpes en la puerta hicieron que mi mente se conectara con la realidad.

Vani dormía. Vi la hora en el reloj

<<18:30>>

Mamá no suele venir tan temprano. Y si lo hacía, tenía la llave.

Me acerqué lentamente a la ventana y vislumbré quien era del otro lado.

Plasmado en la puerta como un soldado esperando a que alguien, en este caso yo, le abriera.

<<Byron>><<¿Que hace aqui?>>

Me quedé parada justo donde estaba rogando que diera media vuelta y se fuera por donde habia venido.

No debería abrirle pero anhelo hacerlo.

Este corto circuito entre mi corazón y mi cabeza me hace cada vez mas daño.

¿Que hago?¿Que hago? Me repetía una y mil veces.

Caminé y me designé a lo que la vida me deparara.

Abrí lentamente la puerta encontrandome con aquel rostro que tanto me fascinaba pero que al mismo tiempo me daba punzadas en el estomago.

DEBERÍA ODIARTE (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora