Acarició mi espalda y puse mi cabeza en su pecho. Por alguna rara razón me calmó.-Tranquila.- Me miró a los ojos y me dió un beso en mis labios.
Limpió aquellas lágrimas que comenzaban a caer con sus dedos.
Estuve abrazada a el por un largo tiempo.
-Dasler..-
-¿Qué?.-
-Me iré a dormir, es tarde; ¿mañana me puede acompañar a mi departamento? tengo que ir a buscar mis cosas.-
-Te acompañaré.- Y se paró de donde estaba sentado al lado mío.
-¿A dónde vas?.- Le pregunté
-Al sillón.-
-Duerme conmigo..-
-¿Qué?.- Dijo mientras se le dibujaba una sonrisa.
-Nada.- Respondí demasiado rápido para sonar convincente.
-Te escuché bien..-
-¿Entonces para que pregunta?.-
-Claro que dormiré contigo.- Dijo aún sonriendo.
Se acostó al lado mío y me abrazó.
-Emm.. Dasler, me sentiría mas cómoda si no hace eso.-
-¿Quién dijo que quisiera que estés cómoda?.-
-Matt.- Dije en tono de enojo.
-Ok ok.- Se dió vuelta y quedamos espalda con espalda.
****
Desperté y me cambié rápido, no me había dado cuenta de que llevaba puesto de pijama una playera de Dasler.. la que usaba en la secundaria.
Me la saqué gritando, recordando a Matt usando esa misma playera y burlandome junto con los demás.
Me agarró un ataque de pánico* comencé a pegarle a todo lo que veía. Pasé por enfrente de un espejo y ahí me vi; pero no como ahora, si no como cuando era una adolescente. Estaba muy flaca, los huesos de mis brazos se notaban bastante, mi cuerpo totalmente cuadrado, plana por donde me vieras. Sentía miedo como en aquella época.
Llena de ira rompí el espejo con mis puños.
Dasler llegó corriendo y dijo:
-Por dios Gemma, ¿Qué te pasó?.-Agarrandome de los hombros.
No podía hablar, me sentia muy mal. Sentía como los latidos de mi corazón retumbaban en toda la habitación. Quería que todas esas sensaciones se vayan, pero no lo hacían.
-MALDITA ESCORIA, JODIENDOME TODA LA MALDITA ADOLESCENCIA, ¡PUDRETE EN EL MISMISIMO INFIERNO.- Dije aquella misma frase que siempre pensaba cuando recordaba mi adolescencia pero esta vez en voz alta.
Comencé a sentirme mareada, mis piernas se debilitaron, caí al suelo, pero esta vez no me desmayé.
Narra Matt.
Escuché gritos y cosas romperse desde mi cuarto, salí de él y me encontré a Gemma enloquecida.
Fui corriendo hasta ahí.
-Por dios Gemma, ¿Qué te pasó?.- La agarré de los hombros.
No respondía, se la veía nerviosa, el miedo se notaba en sus ojos.
-MALDITA ESCORIA, JODIENDOME TODA LA MALDITA ADOLESCENCIA, ¡PUDRETE EN EL MISMISIMO INFIERNO!.- ¿A qué se refería?.
Derrepente, se desplomó en el suelo, pero no se desmayó, no hablaba estaba con la mirada en un punto fijo, casi sin respirar.
-¿Gemma?.- Moví su hombro pero no respondía. -¡Por favor Gemma responde!.- Estaba en un estado de shock supongo yo, porque no hacia nada se quedaba quieta en el suelo.
Llamé a una ambulancia y la llevaron, les expliqué a los médicos lo que pasó y me contaron la historia clínica de Gemma, al parecer tuvo una adolescencia muy díficil, con ataques de pánico igual a este, no me quisieron detallar más.
-¿En cuanto a qué era complicada?.-
-Eso no se lo puedo contar, es confidencial.- Resignado salí del despacho del doctor y fuí a la habitación donde se encontraba Gemma.
Abrí la puerta y ví a una enfermera acomodando su almohada y cambiando las sábanas.
-Todavía está anestesiada.- Dijo la enfermera en un tono muy leve.
-Puede dejarnos a solas.-
-Claro que si.- Me mostró una amable sonrisa y se fue.
Tomé la mano de Gemma y la besé.
-Te amo, sabes? nunca sentí esto por nadie.. debes estar orgullosa de ser mi primer amor.- Dije aún sabiendo que no me escuchaba, pero yo si me escuché; demonios, soné muy creído.
-Sé que si estuvieras despierta no me animaría a decirte esto, es que en realidad no sé lo que siento; pero me vuelves loco.- Sonreí de lado y acaricié su mano, la llevé a mi corazón y le dije:- Vez? esto es lo que me causa un simple roze tuyo.- Mi corazón latía a mil, se salía de mi pecho.
-Te amo mucho.- Me acerqué a su rostro y besé sus labios.
Apenas me alejé, unos doctores llegaron, para hacerle un chequeo. Esperé sentado afuera y cuando me lo indicaron, volví a entrar.
Gemma no se despertaba y me preocupaba cada vez más; estuve a punto de quedarme dormido, cuando escuché algo, levanté mi cabeza y la ví, abriendo sus párpados, lentamente. Miró hacia todos lados hasta que me miró, le sonreí y empezó a gritar, pero sin hablar; solo gritaba sin parar.
Me acerqué a ella y toqué su hombro, pero lo empeoró aún más. Quitó bruscamente mi mano y empezó a gritar más fuerte.
Los médicos entraron corriendo y me sacaron de ahí.
No sabía que le pasaba a Gemma, no entendía nada; solo lloraba, me asustaba la idea de que algo malo le pasara.
****
Estaba sentado en una silla, con mis codos apollados en las rodillas y mis manos sostenían mi cabeza.
"Que hice mal" repetía en mi cabeza, hasta que una mano se posó en mi hombro; levanté la vista y ví a un hombre con anteojos.
-Señor Dasler, necesito hablar con usted.-
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Ataque de pánico*:Los ataques de pánico no duran mucho pero son intensos, tanto que la persona afectada siente que son muy largos. La persona siente que está en peligro de muerte y tiene la necesidad de escapar de un lugar o de una situación temida. Percibe una
irrealidad del entorno, no lo reconoce bien. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquuer momento o lugar. Su aparición es de la nada y no tiene un claro causante.
Estos ataques ocurren normalmente, después de haber sufrido una situación traumática.
Durante el ataque de pánico se producen síntomas como: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos.
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Dulce venganza (EDITANDO)
ChickLitGemma vuelve a encontrarse con el maldito bastardo que la lastimaba en la secundaria, cuando era a penas una adolescente. Élla decide vengarse, pero nada le será fácil, Dasler le recuerda su pasado y abre viejas heridadas que harán que Gemma se arre...