Capítulo 11

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Pienso que es un sueño, pero mi corazón me dice que no lo es, que pasó en verdad; que me confesó que sentía algo por mi.

****

Los dos meses pasaron volando, el doctor Suárez me hizo conversar cada día con Frederick, un chico de mi edad, hasta cumplirse los dos meses.

A veces venía Melisa a hacerme compañía, tenía depresión y un trauma con su padrastro, que era alcohólico y la maltrataba de pequeña. Finalmente nos hicimos buenas amigas y le prometí que iría a buscarla cuando le dieran de alte, ya que no tenía quien la viniera a buscar.

Armé mi bolso, solo había traído ropa interior, unas pantuflas y un libro para leer, en el hospital te daban un camisón, asi que de ropa solo me traje abrigos y un pantalón suelto.

Até mi pelo, que volvió a ser como antes, enrulado y marrón, dejé de usar los lentes de contacto apenas entré al hospital; me puse rimel y agarré mi bolso ya armado, decidida a irme.

-Adiós Marcelo.- Saludé a Suárez con un abrazo.-Muchas gracias.-

-No hay de qué, fue un placer poder ayudarte.-

Saludé a Emily, a Frederick y por último fui a la habitación de Melisa, a charlar un rato antes de irme y despedirme hasta que salga de ahí.

Tomé un taxi que me llevó hasta mi departamento, todo estaba como lo dejé hace ocho meses atrás, pero con algunas cosas rotas y todo estaba a oscuras.

-Hola desquiciada, al fin saliste de el loquero.- Me quedé callada, me sentía indefensa.

John se levantó del piso y se dirigió a mí.

-Maldita zorra, me enteré de que tuviste algo con Dasler, tu querida secretaria me lo contó mientras lo hacíamos, en esta misma habitación.- Me agarró del cabello y me llevó a la habitación.-Justo en esta cama..en nuestra cama- Resaltó el "nuestra".

Me pegó una cachetada y me tiró al piso.

-Yo dándote regalos, dandote mi amor como un imbécil.- Que yo recuerde, él fue el que perdió el interés por mi. -¡Respondeme estúpida! ¡Atrévete a contradecirme!.. nunca me serviste para nada..- Pateó mi vientre muy fuerte, no resistía el dolor; no sabía porqué no contestaba, no podía, no me salía defenderme; solo me quedaba como una idiota, recibiendo los golpes de John. Sentía que de alguna forma los merecía.

Me levantó bruscamente del suelo y me pegó un puñetazo en la cara, haciendo sangrar mi nariz y la comisura de mis labios.

-Por favor, para.-

-No! Sufre maldita perra sufre como sufrí yo por ti..-

-John..estas loco.- Me pegó otra cachetada.

-Atrévete a hablarme así devuelta..-

Mis lágrimas caían y caían, no sabía como no habían encerrado a este animal en un loquero o en una cárcel.

Me empujó contra la pared y comenzó a golpearme mas fuerte. Mientras me golpeaba miré toda la suite, habían cosas rotas, lo que más me llamó la atención fueron los cuadros en los que estabamos nosotros dos; en todos faltaba mi cara o estaba rallado y roto en ella. John se había vuelto loco.

Volvió a agarrarme del cabello y me bajó por las escaleras arrastrándome; gritaba y pataleaba, pero no por eso dejaba de arrastrarme. ¡¿Dónde estaban mis vecinos?!.

-John basta!.- Me miró sonriendo, macabramente y me tiró a la calle.

-Vete!.-

Con mucha dificultad salí corriendo y llorando, la gente me miraba; pero no me ayudaba.

Llegué a las puertas de una cafetería y me desmayé, antes de cerrar mis ojos, pude ver a los trabajadores de ahí que salían corriendo hacia mi para socorrerme.

Derechos reservados de autor SweetLady_123

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Dulce venganza (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora