Capitulo 5 Volverte a ver

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Esa mañana Hermione se esforzó en su arreglo tratando de esconder las pronunciadas ojeras que rodeaban sus ojos. Había dormido apenas un par de horas esperando que Ron volviera y poner los puntos sobre la mesa acerca de esa relación que no los estaba llevando a nada.

Pero el pelirrojo nunca apareció, seguramente había pasado la noche en la madriguera o con alguno de sus amigotes, la verdad estaba cansada de no poder evitar preocuparse por ese irresponsable, así que pesar de todo lo primero que hizo fue enviarle una lechuza para asegurarse que se encontraba bien. Había pensado mucho durante la noche valorando los pros y los contras de seguir esa relación que se estaba volviendo toxica llegando al a conclusión de que no tenía caso seguir, así que a través de esa carta le hizo saber que lamentaba terriblemente el no haber sido lo que el necesitaba deseándole con todo su corazón que pronto encontrara a alguien con quien ser verdaderamente feliz, porque por desgracia y aun queriéndolo como lo quería, ella nunca lo seria. Después de darle un par de sorbos a su café se encamino rumbo a su trabajo.

Hermione trabajaba como asistente de Dirección en el departamento jurídico del Ministerio de Magia, se había ganado a pulso ese puesto gracias al esfuerzo y pasión que ponía en cada uno de los casos que le eran conferidos, lo que le había valido ser la elegida para preparar un proyecto para la negociación de aranceles e impuestos aduanales con diferentes países de Europa para el libre comercio de mercancías reglamentadas. Dicha consigna debería realizarla en coordinación con la COMMI (Comisión de Mercadeo Mágico Internacional)

Como cada mañana llego puntual a su diminuta oficina donde apenas si cabía un escritorio y un viejo archivero; lo primero que vio frenando su paso fue un enorme ramo de margaritas, las flores que más detestaba en este mundo porque le causaban una terrible alergia que en muchas ocasiones la hacían terminar en el hospital.

- ¿Sabes quién dejo ese ramo de flores en mi oficina? -pregunto desde el umbral de la puerta a su joven asistente que en ese momento se dirigía hacia ella para recordarle los pendientes del día

- Yo, un mensajero las trajo muy temprano junto con esta carta – dijo la joven tímidamente entregándola. Amy era una chica bajita y menuda de tez blanca y pelo rubio que desde hacía un mes había sido designada para ser la asistente y secretaria de la castaña por lo que había llegado a conocer el fuerte carácter de su jefa si las cosas no estaban como ella las había indicado.

- Gracias, serias tan amable de sacarlas de ahí y tirarlas a la basura por favor- musito seriamente con el ceño fruncido en muestra de clara molestia

- ¿Cómo? ¿Está segura? Son unas flores bellísimas- rebatió la joven tratando convencer a su cada vez más acalorada jefa de que estaba cometiendo un error con respecto al hermoso arreglo

- Pues si te gustan te las regalo, solo mantenlas lo más lejos que sea posible de mi porque soy alérgica

- Si claro, enseguida las retiro. - dijo apenada al desconocer algo como aquello

En cuanto las flores fueron retiradas la castaña conjuro un casco burbuja para entrar a su oficina depurando el aire para que ninguna de las esporas se hubiera quedado en el ambiente, cuadro o mueble. Ese día era muy importante para su carrera y por nada del mundo se arriesgaría a terminar en el hospital. Se sentía molesta por que estaba segura que sabedores de la alergia que le producían, habían mandado ese ramo con la firme intención de boicotear la entrega del proyecto.

Viendo la carta sobre su escritorio decidió no liberarse del casco burbuja temerosa de que su contenido le desencadenara la alergia. Desgarro el sobre casi con violencia identificando inmediatamente al culpable por la terrible caligrafía

Amor, Dolor y Esperanza [Dramione] [Romione] [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora