No había nada más tranquilizante para Draco Malfoy que compartir su tiempo con Hermione, el poder perderse dentro de su cuerpo lo satisfacía en plenitud en el terreno sexual y el estar a su lado le brindaba una paz que jamás creyó poder experimentar. Llevaban más de medio año con esa relación de "sexo amigos" y lejos de sentirse fastidiado o aburrido como le había pasado con sus aventuras anteriores, se sentía feliz y completo.
Pasaban la mayor parte del tiempo juntos, si Draco tenía que hacer algún viaje de negocios Hermione se las arreglaba para acompañarlo y vivir su relación bajo en sol en esos lugares donde no eran conocidos. Caminando a la orilla de alguna playa en un bello atardecer, esquiando en algún lugar en las montañas, compartiendo una apetitosa comida en algún exótico lugar, mojando sus pies en algún riachuelo, recostados en alguna hamaca o simplemente en la cama de su departamento viendo alguna película; por lo que podría decirse que prácticamente vivían juntos y debido a esto Draco decidió mudar sus enseres personales así como un par de cambios al departamento de su castaña para poder ir a trabajar y no tener que volver a la mansión por la mañana a escuchar la clásica cantaleta de su padre.
A Hermione le encantaba dormir sintiendo el calor del cuerpo de su amado envolver su desnudez. Después de un agitado y estresante día en la oficina no había nada más tranquilizante para ella que el sinuoso latido de su corazón después de haber hecho el amor hasta el cansancio.
La castaña se giró para encontrarse con un rubio dormido junto a ella, apenas cubierto por las sabanas y dejando su espectacular torso desnudo. Era imposible dejar de verlo, como su pecho subía y bajaba acompasadamente, esa expresión tan angelical y masculina. Definitivamente ese hombre le gustaba, era guapo, elegante, tenía una plática divertida, un humor ácido y sarcástico, podía hacerla rabiar y contentarla en tiempo récord, era enigmático, sofisticado y sexy cuando se lo proponía, otras veces era tierno, infantil y dulce y otras tantas era taciturno y callado como si existiera algo que lo atormentara.
-Si sigues viéndome de ese modo me vas a desgastar. –susurró Draco sin abrir los ojos.
-Eres un idiota Draco –sonrió divertida dándole un tierno beso en la nariz. - No eres para nada modesto.
-No tengo porque serlo y además así te gusto o me lo vas a negar – dijo el rubio tomando a la chica y girando para quedar sobre de ella mirándola fijamente.
-No eres tan encantador como crees- respondió besando su mandíbula
-Por supuesto que lo soy- dijo el joven mago perdiéndose en el cuello de la castaña provocándole un excitante gemido viendo sus senos erguidos hacia él. Sin dejar de besarla posó las palmas de sus manos sobre los turgentes pechos y frotó los firmes pezones haciéndola estremecer.
-Eres incansable- sonrió Hermione sintiéndolo adentrarse en su intimidad levantando su cuerpo a su encuentro, Draco la contempló extasiado y no pudo evitar el impulso de besar aquella sonrisa sólo para él – Tenemos horas haciendo el amor, mañana estaré toda adolorida. - espeto en medio de leves gemidos que escapaban de su boca, mientras enredaba las piernas en la cintura del rubio.
-Te deseo...-fue su respuesta bombeando lentamente en su interior. Era increíble la sensación que Draco experimentaba en la intimidad de la castaña, se sentía tan jodidamente estrecho y húmedo que era imposible no dejarse perder por toda esa calidez, lo que hizo que incrementara el ritmo de sus caderas tratando de adherirse en lo más profundo de su ser, sintiendo un placer indescriptible a cada gemido que le regalaba de sus labios.
-¡Draco!...-Grito la castaña dejándose ir sintiendo como su interior era nuevamente bañado por la semiente del hombre que amaba abrazándolo aún más fuerte para evitar que saliera de ella.
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Amor, Dolor y Esperanza [Dramione] [Romione] [Harry Potter]
FanfictionRose y Scorpius se aman pero para poder estar juntos deberán revelar el doloroso pasado que sus padres ocultan el cual podría otorgarles la felicidad plena o separarlos para siempre