Acercándonos

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La reunión había sido muy exitosa a pesar del escepticismo de muchos miembros que se encontraban renuentes a creer que un proyecto de tales magnitudes pudiera ser llevado acabo callándoles la boca, ya que pocos creyeron que ciertos cónsules estamparan su firma en aquel documento para que sus países formaran parte del tratado. Aunque había ciertos detalles que se debían refinar para que el tratado viera la luz, por lo que era necesario que tanto ella como el rubio siguieran trabajando juntos.

Desde su regreso de Italia su relación había mejorado mucho, durante todo el tiempo que llevo el proceso del desarrollo del proyecto ambos se fueron acercando cada vez más, no solo en el ámbito laboral sino también en el personal, compartían comidas y cenas informales donde conversaban de cientos de temas entre triviales e íntimos. Hermione aprendió a conocer cada gesto del rubio, aprendió a identificar cuando estaba cansado, molesto, melancólico o fastidiado.

Hermione tuvo que reconocer que la capacidad de Draco era verdaderamente aplaudible en materia de economía y finanzas; se reunía todas las tardes en el despacho del rubio a trabajar. Muchas veces enfrascándose en apasionadas discusiones al querer convencer al oponente de que su visión era la correcta, argumentando alegatos tan bien fundamentados y sólidos que dejaban al otro con un deje de admiración.

Draco comprobó que esa chica tenía un tremendo potencial; conocía a la perfección cada término y cada artículo en que su proyecto se basaba (como era de esperarse dado que se trataba de la sabelotodo Granger) pero lo que más llamaba su atención era esa pasión y esa entrega que mostraba en cada sesión la cual parecía inagotable.

- ¡Uf! Estoy rendido, no se tu pero considero que por hoy lo dejamos hasta aquí – dijo el rubio tallándose los ojos

- Nos falta muy poco para terminar esta sección – contesto la castaña sin levantar la mirada del pergamino en el que escribía

-¡Estoy hambriento! - insistió

- Anda, un poco más y te prometo que te llevo a cenar

­- ¿Tú a mí?

- Si, yo a ti ¿Qué tiene de malo? A menos que te avergüence que te vean conmigo

- Por supuesto que no. Está bien sabelotodo terminemos las modificaciones de esta sección y vamos a cenar, aunque te advierto que te saldré caro

- Ni creas que te llevare a cenar a uno de esos lugares snob que tú acostumbras, yo invito y escojo el lugar

- Ok. Por cierto, podrías quitar esa música, no sé ni quien jodidos ha berreado todo el día

- ¡Sacrilegio! – Grito la chica poniendo teatralmente la mano sobre su pecho – es el grupo Queen con Bohemian Rhapsody la mejor canción del universo, bueno tal vez exagero un poco pero si es uno de los mejores grupos y a mí me encanta su música, sus letras son increíbles.

-Si tú lo dices, yo sigo creyendo que solo berrea.

- ¿Discutiremos sobre música? ¿Pues no que te estas muriendo de hambre?

- Tienes razón, apúrate que ya te empiezo a ver "sabrosita" –dijo pícaramente

-¡Draco!- grito la chica sonrojada por la connotación de todo lo que esa palabra podría implicar

-¿Qué? – sonrió de medio lado al ver el sonrojo en las mejillas de la castaña, de un tiempo acá le gustaba provocar eso en ella.

Una hora después se encontraban en un sencillo café del centro del Londres muggle esperando a que les llevaran los platos

Amor, Dolor y Esperanza [Dramione] [Romione] [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora