Deseaba abrir los ojos, pero sentía que sus parpados pesaban una tonelada. Las voces a su alrededor se escuchaban lejanas e inteligibles. Apenas pudo despegar sus parpados y la luz la segó, al tiempo que todo comenzó nuevamente a darle vueltas, su estómago se contrajo causándole una incontrolable nausea.
—¿Cómo se siente? —escucho que alguien a su costado le decía.
—¿Dónde estoy? Estoy mareada.
—Es natural, no se preocupe. El doctor dijo que la molestia pasara enseguida.
—¿Estoy en un hospital? ¿Cómo llegue aquí?
—Su novio la trajo, está afuera muy preocupado por usted, tardo mucho en volver en sí. ¿Gusta que lo haga pasar?
—Si por favor, —respondió incorporándose y alisando un poco su cabello para no verse tan desaliñada.
El corazón de Hermione latió con fuerza, después de todo, Draco la había seguido y se había ocupado de ella. El solo pensar en el rubio sentado en una sala de espera de un hospital muggle, le arranco una sonrisa. Sin embargo, no estaba preparada para ver a la persona que cruzo por la puerta.
—Hola Hermione ¿Cómo te sientes? —Ronald Weasley, uno de sus mejores amigos de infancia, su compañero en épocas de guerra y exnovio, al que había lastimado por haberse enamorado de Draco, estaba ahí parado frente a ella, con una mueca de preocupación estampada en su rostro.
—¿Ron? ¿Qué haces aquí? —preguntó impresionada. Por un momento temió que Ron pudiera encontrarse con Draco e iniciar nuevamente una pelea como la última vez que se vieron. Le costó un par de segundos darse cuenta, muy a su pesar, que no había sido Draco sino Ron el que la había auxiliado— ¿Cuándo volviste?
—Hace un par de días —respondió sin darle importancia, distrayéndose con la decoración del lugar.
—Harry no me comentó nada, —respondió extrañada que su buen amigo no le hubiera hecho mención del regreso del pelirrojo.
—No tendría porque.
Aquellas palabras le calaron recordándole que en verdad entre ellos ya no existía ninguna relación, pues ella lo había echado de su vida. No solo eso, en todo ese tiempo, no se había preocupado por saber dónde estaba o si se encontraba bien y eso le hacía sentir culpable. Pero a pesar de todo, ella le tenía un gran cariño, no por nada habían crecido y vivido tantas cosas juntos.
No supo qué o cómo contestar a eso y un silencio incomodo se instaló entre los dos. Pensó que después de tanto tiempo y de cómo habían terminado las cosas entre ellos, tendrían mucho que decirse; en lugar de eso, trataban de evadirse la mirada.
Ron se concentró en revisar un extraño reloj que brillaba intermitentemente en su muñeca izquierda, comprendió que si quería romper con aquella incómoda situación tendría que ser ella quien diera el primer paso, pues sabía lo orgulloso que podía llegar a ser Ron. Para su fortuna no fue necesario hacerlo pues el doctor, acompañado de la enfermera, llego para distraerlos.
—¿Cómo se siente señorita Granger?
—Bien doctor ¿Qué me sucedió?
—Una ligera descompensación, muy común en su estado.
—¿Estado? —preguntó alarmada intuyendo que la respuesta que le daría el galeno no sería nada agradable— ¿De qué estado está hablando?
—Debo suponer por su reacción que no lo sabe, está usted embarazada —sentencio el medico regalándole una radiante sonrisa—. Felicidades a ambos, —dijo dándole un golpecito amistoso en el hombro de Ron, quien de repente se le había ido el color—. En un momento más, firmaré su alta y se podrán marchar. Le recomiendo hacer una consulta en ginecobstetricia para determinar el tiempo de gestación y los cuidados prenatales que debe de llevar.
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Amor, Dolor y Esperanza [Dramione] [Romione] [Harry Potter]
Fiksi PenggemarRose y Scorpius se aman pero para poder estar juntos deberán revelar el doloroso pasado que sus padres ocultan el cual podría otorgarles la felicidad plena o separarlos para siempre