Debajo del disfraz

1K 96 22
                                    


Al día siguiente sería su cumpleaños, y lo mejor de todo es que ese día era sábado. Lily y Eileen se sentían emocionadas, pues su padre les había prometido una fiesta para ese día. Su primera fiesta juntas. Ambas se habían comprado un obsequio a escondidas de la otra mediante compras por lechuza. Hedwig II había ido y venido con ambas cartas durante esa semana. Cada una estaba en su cama, con las cortinas corridas mientras envolvían su presente en un papel brillante de estrellitas que les había dado el abuelo.

—¡Listo! —Exclamó Lily, evaluando su obra. El papel estaba mal puesto pero se veía decente.

Eileen amarró el moño dorado con mucho cuidado. Su regalo se veía peor que el de Lily.

* * *

Harry se encontraba evaluando el Gran Comedor, esperando poder decorar todo cómo si fuera una fiesta para niños muggle. Había colocado sus dedos unos contra otros, imitando un marco, y observaba a través de él. Algunos alumnos miraban con curiosidad sus movimientos.

—¿Se puede saber qué está haciendo? —Preguntó Severus, que había sido enfocado en el marco y le miraba con una ceja enarcada.

—Esta sería una buena foto —Bromeó Harry, sonriendo.

Severus gruñó y volteó la cara.

—Entonces, ¿para qué quería ver el Gran Comedor?

—¿Le parecerían muchas serpentinas por aquí? ¿Globos aquí y flores allá? —Interrogó mientras señalaba los lugares en los que pretendía poner todo eso—. Quizá el pastel debería ir allí... ¿Estaría bien de diez pisos?

—¿Piensa alimentar a todo el Reino Unido de pastel? —Inquirió—. Yo no sé de estas cosas, Potter... puede hacer lo que le venga en gana.

—¿Puedo traer algún grupo musical?

—Mientras no sean esas ruidosas Brujas de MacBeth, todo está bien.

—Bueno... la verdad es que no sé qué está de moda hoy en día... pero en fin...

La puerta del comedor se abrió intempestivamente, mientras Lily y Eileen corrían hacia sus padres. Muchos alumnos creyeron que el suelo se abriría al ver a Lily abrazar a Severus y este le correspondía.

—Papá, papá —Decía la niña—. Ya sabemos lo que queremos.

—¿Y qué es? —Preguntó Harry, acariciando el cabello de Eileen y mirándoles con cariño.

—¡Una fiesta de disfraces!

—¿De disfraces?

—¡Sí! En Halloween no tuvimos una.

—Vaya... ¿Y piensan invitar a todo el castillo?

—A todos —Sonrió la pequeña leona.

—Excepto a Alina Nott —Agregó Eileen, ambos hombres le miraron y Lily asintió.

—¿Alina Nott? ¿La hija de Theodore Nott? —Inquirió Harry, interrogando con la mirada a Severus.

—Y de Parkinson, me parece —Respondió este.

—Oh vaya... ¿Y por qué no habrían de invitarla?

—¡Porque es mala! —Argumentó Lily—. Se burla de nosotras, nos molesta siempre y se cree reloj de marca cara.

La mente de Harry fue asaltada por alguien que cumplía con esa descripción en sus años de escuela. En la oficina de algún departamento del ministerio, Draco también recordó a Harry por alguna extraña razón... y quería propinarle un buen golpe. Eileen asintió en acuerdo con su hermana.

No me dejes irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora