XVI: Todos tenemos secretos y un pasado. Segunda parte.

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Luego de pedir los libros, me dirigí al final de la biblioteca y me senté en una de las mesas. No había ningún alma en el lugar, pero pensé que mientras más me ocultaba sería menos patética estar ahí. Comencé a hojear los libros sin ganas de leerlos aun, pero si alguien llegaba quería parecer ocupada.
A medida que pasaban los minutos aumentaba mi ansiedad... ¿Sería compañera en el siguiente bloque del chico de cabello castaño y rizado? Mientras más lo pensaba, más lentos transcurrían los minutos. Quedaba una hora, y el ambiente desolado había logrado matarme de sueño, así que decidí recostarme un momento encima de los libros—Fatal error—.
Desperté y miré mi reloj, 15 minutos tarde. Me levanté rápidamente y corrí lo mas rápido que pude ignorando la cara de pocos amigos que sentí sobre mí por parte de la bibliotecaria. Lo peor era que no tenía idea de como llegar al maldito lugar. En eso, veo al chico que se despidió de mí en la biblioteca  "Rob" y ante mi desesperación me acerqué y le pregunté si sabía en que lugar se impartía la clase. Me miró y sonrió.

— Yo puedo llevarte.

— Te amaría— respondí mecánicamente y me arrepentí de esas dos palabras que utilicé, así que intenté decir algo rápidamente para evadir la tensión que sentía.— Hoy no ha sido mi mejor día, me perdí la actividad de integración, me quedé dormida en la biblioteca, voy tarde y no sé en que lugar está la maldita clase—.

—Tranquila, la actividad de integración no es la gran cosa. Tampoco asistí cuando se realizó la mía—. Hizo un gesto con los hombros y me tocó el hombro. Sentí un escalofrío, no sé por qué, pero me congelé. —Además no vas tarde realmente—. Sonrió de una forma extraña.

— ¿Cómo?— lo miré extrañada y esperanzada.

— Llegamos— señaló la puerta. Y sin siquiera agradecer entré rápidamente y noté que estaban todos mis compañeros sentados conversando, intenté encontrar al chico que me ayudó cuando caí. Y ahí estaba sentado entre un grupo de chicos. Retiré la vista para que no notara que lo estaba mirando, pero podría jurar que sentí el peso de su mirada. Busqué un lugar y me senté. El lugar del profesor se encontraba vacío. Un minuto después, entra "Rob", y caminó sin quitarme los ojos de encima. Mi cabeza iba a explotar. ¿Él era el profesor?

— Chicos. Silencio, por favor. Mi nombre es Robert. Y soy su ayudante en esta clase, el profesor tuvo un inconveniente de último minuto y me pidió que viniese a reemplazarlo—Sonrió.

Tras su intervención, sentí alivio e inquietud a la vez, por suerte no era el profesor, pero ... ¿Ayudante?... Noté como varias de las chicas lo miraban de tal forma que parecía que querían comérselo. Nunca soy tan asertiva, pero me pareció que el sabía el efecto que producía.

—Voy a pasar lista, y luego veremos someramente el programa del curso y podrán irse—.

Comenzó a nombrar a cada uno de mis compañeros, yo solo estaba esperando escuchar un nombre y miraba de vez en cuando para evitar el contacto visual.

—Nicholas ...

— Acá— balbuceó con una voz desganada. Yo no podía dejar de mirarlo, y al voltear hacia Robert, el me estaba mirando. Me sentí descubierta.

Pasaron unos cuantos nombres más hasta que llegó el mío.

—Kristen ...

—Aquí— levanté la mano y sonreí levemente.

—¿Más tranquila ahora Kristen?— preguntó casi gritando. Solo asentí con la cabeza mientras sentía un ardor en las mejillas, la mirada brava de algunas compañeras y la mirada pícara de algunos compañeros.

Luego siguió mencionando nombres que no percaté. ¿Por qué lo hizo? Era la única pregunta que estaba en mi cabeza. Ahora todos pensarían que salgo con él o tengo algo con él. Y eso era lo que menos quería en este momento, solo quería hacer amigos, estar tranquila y sobre todo pasar desapercibida. Tres cosas que estaban muy lejos en este momento.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2018 ⏰

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