¿Que pasa cuando tú supuesta compañera de piso resulta ser en realidad un sexy, motero e irresistible chico molón? ¿Y que pasa si ese chico se encapricha contigo a pesar de saber que tú tienes novio? ¿Y si surgen las dudas?
El primer año de univers...
Tres, dos, uno... Fin. Por fin sonaba el timbre que indicaba el final de la clase. Esta vez historia del arte había sido un verdadero pestiño. Incluso he llegado a bostezar mas de cuatro veces seguidas. Pero, gracias a Dios, ya había terminado mi gran tortura.
Salí de la clase y me encontré a Anabel y a Carmina en la entrada de la misma. Ellas habían terminado de hacer los deberes de dibujo y diseño que les habían mandado. Por tanto, nos dirigimos hacia la puerta de salida juntas, charlando.
-¿Que tal te ha ido en clase?- preguntó Anabel.
Parecía una chica realmente simpática, aunque por otra parte también tenía una pinta de loca que flipas. No me refiero al tipo de chica psicótica que necesita estar encerrada en un manicomio o al tipo de chica loca esquizofrénica que no para de acosar; más bien me refería a ese tipo de loca que hace las cosas sin pensar para más tarde arrepentirse por ello.
-Pues bastante bien, aunque esta vez se me ha echo bastante larga la hora- contesté con una gran sonrisa.
-No puede ser- dijo Carmina mientras frenaba en seco justo en la puerta de entrada.
Anabel y yo dirigimos la vista hasta encontrar a una multitud de jóvenes que se encontraban en mitad de la calle. Justo en el centro de toda esa multitud se encontraban tres muchachos en mitad de una pelea, una gran pelea.
Reconocí inmediatamente a dos de ellos. Eran dos de los chicos que intentaron joderme la vida. Me alegraba de que estuviesen recibiendo su merecido.
Fue entonces cuando me fijé en el otro chico que estaba metido en la pelea, y mi sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba de Dani. Sí, ese mismo sexy chico motero que vive en mi piso.
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Corrí hacia donde estaba toda la gente y desesperada comencé a apartar a los universitarios que se encontraban rodeando la situación como si de un circo se tratase uno a uno hasta que conseguí llegar al centro de la pelea. Posé una mano sobre el hombro de Dani y en ese preciso instante él se detuvo. Tras ese acto le agarré con fuerza y lo abracé por la espalda contra mí.
Los otros dos chicos pararon súbitamente de pegarle, probablamente por que se dieron cuenta de que yo era aquella chica a la cual trataron con tanto desprecio y la cual no quiso denunciar el acontecimiento. De echo, los dos echaron a correr en cuanto me vieron, supongo que por miedo a que pudiese delatarles.
Pasaron unos segundos así hasta que coloqué su brazo por la parte de atrás de mi cuello pasando por mis hombros y comenzamos a caminar hasta llegar a casa.
A pesar de todo, siempre volvía a él.
*****
(RUEGO QUE ESTA PARTE LA LEÁIS CON ESTA MUSICA DE FONDO, GRACIAS)
-¿Algún día dejaras de meterte en líos?- pregunté.
Acabábamos de llegar a casa, él estaba tumbado en el sofá, con una bolsa de hielo en la mejilla. Por mi parte, yo estaba sentada en el suelo con los brazos apoyados en el sofá, a la altura de sus ojos.
Lo encontraba realmente atractivo a pesar de sus muchas heridas. Estaba ojeroso, con una gran herida en el labio inferior y un gran moretón en su mejilla izquierda. Parecía apenado.
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-Lo siento mucho Emma- dijo.
No respondí, me quede callada observándole. Dani tampoco podía mirarme directamente a los ojos.
-Todo es por mi culpa. La cagué trayendo a esa tía a casa. Por mi culpa tu te fuiste enfadada y por ello quise pedirte disculpas a la salida de clases- dio una pausa para respirar- si no me hubiese portado como un autentico capullo podríamos haber disfrutado de esa cena que habías preparado tan perfecta.
-Bueno tampoco era tan perfecta, algunas patatas se me quemaron- comenté intentando quitarle algo de hierro al asunto con una enorme sonrisa.
-Estabas tú, créeme: era perfecta.
Dios, parecía que me iba a morir. El corazón me latía a mil. ¿Que me pasaba?. Dani dejo de mirar a la nada y posó su mirada fijamente en mis ojos. Le brillaban muchísimo. Casi podía verme reflejada en ellos. Por otra parte, su pulso temblaba al igual que su labio inferior.
-Sabes Dani... -comencé a decir- yo nunca he sido una líder, nunca he creído en cuentos de hadas, nunca me he atrevido a conocerme a mi misma, nunca he sido valiente... Simplemente he sido la típica chica normal de pueblo que tenía un sencillo grupo de amigas y un novio maravilloso que me quiere con todo su corazón.
Él estaba completamente atónito en lo que estaba diciendo. Analizaba cada una de mis palabras a la perfección como si de un crucigrama se tratase. Absorto en la conversación. Uniendo cada una de mis frases intentando crear algún tipo de conexión entre ellas.
-Pero entonces llegaste tú- continué- y todo ha cambiado. Me has sacado de la multitud, y parece que no hay forma de escapar de tus brazos. Todo a tu alrededor es una verdadera locura. Un día me dices que quieres estar conmigo y al otro traes a una chica a casa, un día estoy feliz y completamente enamorada de mi novio y al siguiente día me planteo dudas sobre nuestra relación por un absurdo tío- respiré- Un absurdo tío que me está sacando de quicio, que me esta volviendo completamente loca y está dandole un giro de 360 grados a mi vida. ¿Y ahora que?. ¿Que se supone que debo hacer yo con todas estas dudas que inundan cada uno de mis pensamientos?... ¡Por el amor de Dios, yo quiero a Nico! Él me ha ayudado en todo, ha sido mi apoyo fundamental, pero por otra parte... Ya no sé que pensar, ¿sabes?.
Siguió callado asimilando todo lo que acababa de decir. Y justo cuando pensaba que no iba a volver a decir nada abrió la boca y dijo:
