¿Que pasa cuando tú supuesta compañera de piso resulta ser en realidad un sexy, motero e irresistible chico molón? ¿Y que pasa si ese chico se encapricha contigo a pesar de saber que tú tienes novio? ¿Y si surgen las dudas?
El primer año de univers...
-Compañero de piso buenorro a tu derecha- comentó Carmina casi susurrando en mi oido.
Me giré súbitamente al escuchar esta noticia y ahí estaba él, tan guapo como siempre, con su cabello peinado-despeinado colocado a la perfección. Me miró con sus oscuros ojos y rió con esa sonrisa que tanto me gustaba, con esa sonrisa pícara que dejaba caer una doble intención escondida. Dani me observaba muy intensamente a pesar de la distancia. Chema por el contrario estaba a su lado babeando por Carmina, pero ya sabemos que él es caso aparte.
Jamás olvidaré esa condenada fiesta.
-Dios tía, ¿has visto como me está mirando Dani?- comentó Carmina mientras se enrollaba un mechón de pelo en sus delicadas manos.
Me quedé paralizada por unos instantes. ¿Estaba mirándola a ella?. La verdad es que es posible. Después de todo Carmina era una morenaza con un culo enorme inigualable, y todas sabemos que no se puede luchar contra semejante culo. ¡Dios! ¿En que estaba pensando?. Me sentía fatal. ¿Y Nico que?. No iba a terminar una relación de tantos años con él por una absurda pelea mañanera, ¿no?
-Eh, ya vienen hacia aquí, ¿quieres hacer el favor de reaccionar Emma?- dijo dándome un pequeño empujón en el hombro.
Asentí con la cabeza mientras observaba como se aproximaban hacia donde estábamos con paso ligero. En tan solo unos segundos ya se encontraban junto a nosotras.
-Hola- dijo el frotándose el pelo con la mano derecha.
Joder, me estaba volviendo loca.
-Hola, pensaba que no vendrías- contesté curiosa.
-Tenía razones de sobra para venir.
Normal, con el ''ojete'' de Carmina como para no tener razones suficientes. Y no es que ella hiciese mucho por disimular semejante buque de guerra, más bien al contrario. Dios santo, tenía que parar de pensar en su enorme y gigantesco culo y concentrarme en la conversación o quedaría como una tonta.
-¿Quieres bailar Dani?- preguntó Carmina.
A tomar por culo la conversación. Nunca mejor dicho... ¿Lo pilláis? Por lo del culo digo... Bueno da igual, basta de bromas de culos, el caso es que se me han adelantado. ¿Mi única segunda opción? Chema.
Dani se quedó impactado por la pregunta de Carmina durante unos instantes, pero no tardó en contestar un sonoro <<Si>>.
-Chema, ¿bailas conmigo?- pregunté sin pensar.
-Te advierto de que bailo peor que mi bubu fresa.
-¿Bubu fresa?- preguntó Carmina.
-Mejor no preguntéis- dijo Dani risueño.
En ese momento Carmina arrastró de un empujón a Dani hacia la pista de baile y yo simplemente me límite a imitarla. Estaba llena de rabia y ni siquiera sabía el porqué. Si las miradas matasen ahora mismo Dani tendría la cabeza troceada en siete partes.
El DJ dio paso a la siguiente canción: Talk Dirty de Jason Derulo. La verdad es que no era de las mejores canciones que había escuchado en mi vida, de echo me resultaba algo anticuada. A pesar de ello lo tenía claro: lo daría todo.
Comenzó la canción y empecé a moverme agitadamente, sin pensarlo, removiendo mi pelo en todas direcciones, acentuando mis caderas en cada movimiento, incluso me atrevería a decir que estaba bailando bastante bien. Chema por el contrario estaba haciendo uno de los movimientos más extraños que había visto en toda mi vida. ¿Como podía alguien ser tan tonto y a la vez tan adorable?. La verdad es que él me resultaba divertido y hasta se podría decir que me lo estaba pasando bien.
Fue entonces cuando ladee la cabeza y vi como Carmina estaba moviendo su precioso y exuberante cuerpo con la gracia de una bailarina profesional, era impresionante. Sus movimientos podían dejar a cualquiera atónito. Incluso a Dani. Cabreada me aparté de Chema lo más rápido que pude y corrí hacia la puerta de la discoteca. Joder, como he podido ser tan estúpida. Soy una idiota. Un momento, ¿que era eso mojado que caía por mi mejilla? ¿estaba llorando?.
Mierda.
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-Hola guapa, ¿te has perdido?- dijo una voz detrás mía.
Me giré en un brusco movimiento y pude observar a cinco chicos aparentemente mayores que yo, todos muy guapos a decir verdad, pero no era fan de los machos alfa que iban proclamando territorio conquistando a mujeres.
-No, mi novio está en la fiesta esperándome- mentí entrecortada.
-Claro guapa, ¿y por eso estás aquí llorando? ¿Nos tomas por gilipollas? ¿Quien coño te crees que eres?- dijo levantando el tono de voz.
Iba a responder cuando de repente una mano salió de la nada, me tapó la boca y me arrastró hasta una esquina de la misma calle. Me acorralaron entre todos. Aún no salía de mi asombro. ¿Como era posible que en pleno siglo 21 siguiesen existiendo este tipo de abusos?. Me derrumbé y no pude evitar llorar como una condenada cría sin parar. Estaba temblando.
-No llores guapa- dijo el más alto de todos- no queremos que se te corra el rímel.
Todos comenzaron a reír. Quería contestarles, pero no podía. El terror me tenía paralizada.
Uno de ellos deslizó su rugosa mano por mi ahora despeinado cabello apartándomelo de la cara mientras otro comenzó a acariciarme la pierna de arriba a abajo, los otros chicos se limitaron a observar sonrientes. Fue entonces cuando el más bajito de ellos me pegó una patada justo en el centro de la barriga. Solté un grito desgarrador. Jamás había sentido tanto dolor físico. Pero eso solo era el principio. El chico más alto de todos me pegó un puñetazo en la cara seguido de dos patadas en la espalda. Sentía la sangre brotar desde mi acalorado cuerpo.
-Eh, ¡Seréis mal nacidos! ¿Se puede saber que coño os pasa?.
Era la voz de Dani.
Por desgracia no pude escuchar nada más, simplemente me desmayé.
Por un segundo me pareció ver a mi pequeño hermano acurrucado en mi dolorido regazo.
