¿Que pasa cuando tú supuesta compañera de piso resulta ser en realidad un sexy, motero e irresistible chico molón? ¿Y que pasa si ese chico se encapricha contigo a pesar de saber que tú tienes novio? ¿Y si surgen las dudas?
El primer año de univers...
-¿A donde me llevas?- le pregunté con los ojos vendados en la parte trasera de su moto.
-Calla ya, como sigas así vamos a tener un accidente.
-Dani, tengo miedo.
-Entonces agárrate más a mi, no me voy a quejar.
-¡Ni lo sueñes!
Habían pasado ya dos semanas desde la última pelea de Dani. En estas dos semanas habíamos estado muy unidos, más que nunca. Casi no podíamos estar el uno sin el otro, y más teniendo en cuenta que yo me fui dos días a Barcelona para visitar a Nico.
Nico se encontraba de maravilla. Sus notas eran impecables y parecía que había echo muy buenas amistades allí. Durante los dos días que estuvimos juntos no paramos de divertirnos. Me llevó a un parque de atracciones y al día siguiente hicimos algo de turismo por Barcelona. Pasamos unos días formidables y lo mejor de todo fue que sus compañeros de piso se habían ido ese mismo fin de semana a visitar a sus respectivas familias, por lo que teníamos el piso para los dos solos. Nico siempre me hacía sentir bien. Definitivamente era una de las mejores personas que conocía y conoceré a lo largo de probablemente toda mi vida. Y por ello, le quería.
-Ya hemos llegado.
-¡Dios, por fin!- exclamé- ¿puedo quitarme ya esta absurda venda?
-Espera...- dijo mientras se colocaba detrás de mi para quitármela , él siempre sabía como ponerme nerviosa- ¡Ya está!
-¡Genial, estamos en ...! ¿El baño de chicas de vete tu a saber donde?
-No seas boba y ponte esto- dijo mientras me acercaba una bolsa- cuando estés lista puedes salir de aquí.
-No pienso cambiarme en un baño publico- respondí confusa.
-En ese caso puedes montarte en la moto y volverte a casa tu solita, preciosa.
-Joder...- dije mientras le quitaba la bolsa con gran ímpetu.
Y así fue, hice todo lo que me dijo. Dentro de la bolsa había un precioso vestido azul, de espalda descubierta y pequeñas piedrecitas en el pecho. Era el vestido que tanto me había gustado de aquella tienda que vimos juntos mientras paseábamos la otra tarde. Puff... que mono era Dani...
Me lo puse inmediatamente y salí del cuarto de baño.
En cuanto salí comprendí que estábamos en un hotel. Probablemente en un hotel de lujo. Era majestuoso, con grandes lamparas en el techo y un gran pasillo. Además parecía muy moderno.
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