Quinto capítulo:
"Sus ojos"
[☁]
Observó al joven frente a él con seriedad, no estaba de humor para sus juegos.
-Reprobado
El contrario palideció con rápidez, lo qué provocó una risa por parte del contrario.
-¿Es una broma, no?
-Claro qué no, señor Tomson.
Luego de ello le entregó su exámen con delicadeza y guardó sus libros en un bolso junto a su escritorio. Se preparó y caminó hacía la puerta con pasos calmados.
-Y tú, Olive, también estás reprobado, la próxima vez qué te vea reírte te enviaré con el director.
Traspasó la puerta con todo su orgullo intacto y fue directo hacía el salón de Artes, justo frente al suyo, bueno, la verdad no era de su propiedad, pero la mayoría del tiempo la pasaba allí y era casi cómo su propio salón privado.
Tenía la puerta abierta, por lo cuál lograba ver con claridad al profesor de Artes dando su clase con una felicidad alarmante.-Deben terminar éste trabajo durante esta clase, ¡manos a la obra! -les dijo sonriendo ampliamente.
El día de hoy traía su cabello atado en dos colas bajas qué caían por su espalda cómo una cáscada, cómo siempre, llevaba las uñas pintadas de color negro, su clásica bata blanca con manchas de colores, unos jeans y unas zapatillas color fucsia.
Bon dio un paso al frente al notar todas las miradas de los alumnos en él. Bonnie se acercó dando saltitos y se paró frente al más alto, esbozando una sonrisita.-Hola, James -saludó con dulzura.
Bon observó las preciosas facciones de su amado, sus ojos siempre tan meláncolicos y espectantes. A veces, podías divisar una enorme tormenta en ellos, esos ojos lluviosos tan perfectos qué Bon adoraba.
-Hola, Bonnie.
Sin detenerse a pensarlo, bajó su mano con cuidado y revolvió con delicadeza los cabellos de su compañero, para después esbozar una pequeña sonrisa.
-¿Qué hacías por aquí?
Los estudiantes parecían mumurar en voz baja, todas las miradas espectantes en ellos.
-Me preguntaba si luego de terminar tu clase podríamos ir a algún lado.
Bonnie le dedicó una mirada alegre y Bon divisó otra vez la cantidad de sentimientos qué esos orbes bermellón expresan. Sabía qué todo estaría bien cuándo esos ojos se posaban en él.
-¡Por supuesto!
Minutos después, Bon ya estaba en su departamento, limpiando cada rincón de éste. Se colocó una camiseta negra, junto con una chaqueta, unos jeans y unas converse de un suave azul marino.
Tres golpes sonaron en la puerta, por lo cuál el joven se levantó de un salto y la abrió con rápidez.
Se encontró con Bonnie, totalmente igual, solo qué ésta. vez traía un suéter magenta, cubierta por una camisa cuadriculada con los botones desabrochados. Lo saludó con cortesía y luego los dos salieron del departamento en busca de algún lugar dónde pasar el rato.
Se detuvieron en un parque cercano, las hojas de los árboles estaban teñidas de colores otoñales y el aire estaba más frío qué de costumbre. De igual manera, compraron bebidas y se sentaron a contemplar cómo la gente caminaba por las calles casi desiertas de Abril.-¿James, te digo algo?
Bon asintió tomando un sorbo de su café.
-Gracias a ti, me estoy adaptando mejor a está ciudad -le dijo sonriendo-. Llegué hace menos de un año y ya considero éste lugar cómo mi segundo hogar.
Él de lentes de sol se acercó un poco a Bonnie, haciendo qué sus brazos chocaran con delicadeza.
-No es nada, después de todo, ¿somos amigos, no?
Sus ojos comenzaron a brillar, igual qué miles de vengalas en el anochecer. Tan llenos de vida, parecían comunicar miles de cosas inexplicables.
-¡Claro! ¡Mejores amigos!
Esa palabra retumbó en el corazón de Bon, extrañaba qué Bonnie le hablase cómo su mejor amigo. Eso le hacía recordar a las viejas épocas de su adolescencia, ahora tan alejadas de la realidad al igual qué una historia del pasado.
Los minutos pasaron entre conversaciones sin mucha importancia. Bon le preguntaba a su enamorado cosas de su vida cotidia y él respondía sonriendo, para luego formular la siguiente pregunta.
Sin saberlo, ya hacía media hora desde su llegada a ese bello parque, pero aún no se cansaban de conversar y la noche recién estaba pintando el cielo.-¿Entonces dices qué tu cabello no te agrada?
Bon palideció, nervioso. Entreabrió los labios y dirigió su mirada hacía el de cabello largo, para luego suspirar con pesadez.
-Supongo, por eso jamás lo muestro en público.
No era el mejor mintiendo, pero algo era algo. Creía qué eso terminaría con la curiosidad de Bonnie, pero no fue así.
Éste se acercó, invadiendo su ser de un hermoso aroma a lavanda. Levantó su mano derecha y, con cuidado acarició la mejilla de Bon, el rostro del recién nombrado enrojeció con rápidez y sólo atinó a mirar a Bonnie con espectación.-¿Algún día, me lo mostrarás?
Realmente deseaba responder con un "no", pero era imposible mentirle al joven frente a él.
Quitó con cuidado la muñeca de Bonnie y entrelazó los dedos de su mano, su mejilla dejó de sentirse cálida al momento en el cuál dejó de tener contacto con el joven, pero sostener la mano de su amado otra vez le provocaba una felicidad increíble.-Algún día.
Y sus ojos, se posaron en él. Por un segundo, pareció cómo si puedieran atravesar el oscuro cristal de los lentes de sol y llegaran hasta los orbes color esmeralda del Profesor de Historia.
¿Cómo los ojos de alguien podían ser tan sentimentales y preciosos?
-¿Es una promesa?
-Es una promesa.
Porqué no eran sólo los ojos de una persona común, eran, sus ojos, los de alguien maravilloso e impredecible al mismo tiempo.
Apretó el agarre con su amado y luego esbozó una pequeña sonrisa.
Si había algo único en el mundo, eran los perfectos ojos de Bonnie.
[☁]
¡Hola! ¡Aquí Sun! Víne para avisarles qué mañana es el último día para enviarme sus dibujos y sólo he recibido dos de ellos. Confío en qué podrán terminarlos a tiempo♡♡
-Sin más, ni menos.
-Sun.

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-"Sólo tú"-B&B
Fanfic-"Nuestras vidas son cómo dos líneas recorriendo su camino por separado, pero de alguna manera, siempre se vuelven a encontrar" -Los días de la llegada del otoño se vivían muy deprimentes para Bon, pero eso cambia al encontrar otra vez al amor de su...