Capítulo 05

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-Nagito...- me costaba formular palabras, no sólo por el dolor de mi cuerpo, sino por verlo a él, allí en la camilla conectado a tantos aparatos extraños, sentía que me iba a desmayar.

-Él está bien...- dijo Mikan y en eso la interrumpí.

-¿Cómo puede estar bien si se encuentra aquí?- mis palabras salieron disparadas a tanta velocidad, con tanto enojo, llenas de desesperación.

-Hinata, tranquilo- dijo Nanami con su dulce voz tratando de tranquilizarme.

Nos sentamos en una banca afuera del cuarto, no quería separarme de su lado pero debía aclarar mi mente y calmarme. Nanami me dijo que todo estaría bien, pero no estaba seguro de ello.

Un poco después apareció Mikan y nos fuimos a la sala de espera, silenciosa y calmada, solos los tres. Una chica de nombre Kirumi nos trajo algo de café y el silencio continuó un rato.

Cuando Izuru entró a la sala Nanami fue a abrazarlo, luego se volteó hacia mi y me saludó con la mano, luego se fueron, seguramente tenían cosas más importantes que hacer; en cambio yo me quede en la sala de espera, solo, pues Mikan se retiró para atender más pacientes seguramente.

Me quedé viendo el reloj de la pared, pasaban los segundos uno a uno y se volvía una eternidad, sentía que nunca acabaría, que la espera no tendría fin, que no lo volvería a ver, ¿cómo pudo pasar esto? Nada de esto debió haber pasado.

Dieron las cuatro, seguía sin noticias de él, me consumían mis pensamientos, toda cosa horrible que puede ocurrir, que pueden decirme acerca de su estado. Decidí cerrar mis ojos después de un tiempo, no quería quedarme dormido, sólo meditaba.

-Hinata, sigueme- dijo la voz de Mikan que me hizo abrir los ojos.

Me puse de pie, la acompañé a un cubículo, supongo que será su consultorio. Yo quiero ir con Nagito, pensaba, y me temía lo peor.

Llegamos al cubículo, tenía paredes blancas, en el techo un ventilador y un par de focos alumbrando; el suelo era de color azul celeste con un tapete rojo carmesí bordado a mano, también un escritorio con dos sillas, una báscula, una mesa con una cortina del color del suelo. En el escritorio habian papeles en sobres, expedientes de la gente en el hospital seguramente, un bote con plumas y lápices, también una fotografía de Mikan con sus amigas, Mahiru, Ibuki y Hyoko, a lado otra fotografía de ella con sus compañeros del hospital, en ambas se le ve muy felíz.

Pasé a sentarme, estaba nervioso, Mikan cerró la puerta y se sentó frente al escritorio colocando una taza de té sobre el mismo; guardó los documentos y me observó, luego pasó a hablar.

-Bien, veras...-

-¡¡No!! ¡No es cierto...!- grité sin pensarlo, Mikan se sobresaltó ante mi reacción. -Perdon...- dije, me sentía estupido ahora.

-Si...no te preocupes- dijo calmada, tomó un sorbo de té de una taza y prosiguió. -Nagito estuvo cerca de una sobredosis, aún analizamos que clase de mezcla realizó, por ahora está estable...-

-¿Pero por qué lo haría?- ¿qué acaso no me ama? ¿no soy suficiente para él...?

-Bueno, ya sabes que tiene problemas mentales...- mi cara hizo una expresión de desagrado, no me gustaba que le llamaran así -...aún así, hay otra cosa que debes saber-

-¿De qué se trata?- y antes de poder responderme tocaron a la puerta, era otra enfermera. Mikan salió unos minutos, no pude escuchar lo que decían. Cuando regresó me dijo que la siguiera, Nagito quería verme.

Me levanté de golpe, casi tropiezo al salir, pero no me interesa, debo verlo, debo hablar con él, qué es lo que le está ocurriendo. Al entrar por la puerta lo vi, observandome fijamente.

-Hinata...- dijo con dificultad, la mascarilla del aire le estorvaba para hablar.

-¡Nagito!- exclamé y antes de avalanzarme a abrazarlo Mikan me detuvo.

-¡Tranquilo Hinata!-

Su cara pálida me causaba dolor, y la impotencia de hacer algo para ayudarlo solo empeoraba la situación.

-Puedes tomar asiento a su lado un rato...- dijo Mikan.

Hice lo que dijo, me senté a su lado, tomando su mano, se sentía fría, como si de un cadaver se tratara. No quiero que me dejes.

-Hinata...yo...-

-Tranquilo...- le dije, no debía esforzarse tanto para hablar.

Afuera Mikan hablaba con la otra enfermera, pero no distinguía bien lo que decía, lo poco que supe fue que Nanami vendría en un rato. Mientras tanto le haré compañía, no se si él me necesita, pero yo a él si.

La Terminal De La E$PERANZA [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora